13/11/2022, 15:11
El hecho de salir de casa le aterraba y daba algo de ansiedad a Yuu, y barajar el hecho de salir de las puertas de la villa... No tenía palabras para describir cuanto miedo la daba. Pero el Uzukage la inspiró de algún modo para empezar a salir de su cascarón. No esperaba hacer la mayoria de cosas a la primera, ni si quiera de forma mediocre, y eso que sus objetivos estaban bastante bajos. Salir de casa, intentar hacer una rutina de comida algo más saludable... Podía recaer una y otra vez, pero lo importante era volver a levantarse. Si se caía ocho veces, debía levantarse otras nueve.
Ya llevaba algunos días pudiendo andar por las calles, sin alejarse mucho de su domicilio. Un pensamiento intrusivo la instó a pedir una misión de rango D; no debería ser complicada, seguramente ni saldría de la villa y también le ayudaría a conocer un poco más las calles de su propia aldea. Los cerezos rosados que vio de camino al edificio, llamaron su atención ligeramente. Eran de un color suave, pero eran lo suficientemente llamativos para ella. Simplemente, se le hacía algo raro; era normal ver flores de esos colores, pero un árbol tan grande era realmente sorprendente. Recordó haber leído en un libro que muy al norte, en las zonas más frías, había unos árboles que también se volvían rosados y daban unos pequeños frutos.
En ese momento, pensó en aquello como una meta a muy largo plazo, que tal vez podría servirle para avanzar hasta conseguir ese objetivo. Algo más animada, y con un rosado rubor en sus mejillas, entró en finalmente en el edificio del máximo exponente de la villa. Estaba nerviosa, miraba a todos lados y jugaba con sus manos ansiosa. Avanzó hasta uno de los mostradores, y visiblemente alterada, se quedó un par de segundos en silencio mirando a la persona que le recibiera.
— H-Hola... M-Me llamo Yuu y... M-Me preguntaba si tendrían una misión de rango bajo para una genin como yo — le temblaba ligeramente uno de sus labios, y estaba hecha un manojo de nervios.
Ya llevaba algunos días pudiendo andar por las calles, sin alejarse mucho de su domicilio. Un pensamiento intrusivo la instó a pedir una misión de rango D; no debería ser complicada, seguramente ni saldría de la villa y también le ayudaría a conocer un poco más las calles de su propia aldea. Los cerezos rosados que vio de camino al edificio, llamaron su atención ligeramente. Eran de un color suave, pero eran lo suficientemente llamativos para ella. Simplemente, se le hacía algo raro; era normal ver flores de esos colores, pero un árbol tan grande era realmente sorprendente. Recordó haber leído en un libro que muy al norte, en las zonas más frías, había unos árboles que también se volvían rosados y daban unos pequeños frutos.
En ese momento, pensó en aquello como una meta a muy largo plazo, que tal vez podría servirle para avanzar hasta conseguir ese objetivo. Algo más animada, y con un rosado rubor en sus mejillas, entró en finalmente en el edificio del máximo exponente de la villa. Estaba nerviosa, miraba a todos lados y jugaba con sus manos ansiosa. Avanzó hasta uno de los mostradores, y visiblemente alterada, se quedó un par de segundos en silencio mirando a la persona que le recibiera.
— H-Hola... M-Me llamo Yuu y... M-Me preguntaba si tendrían una misión de rango bajo para una genin como yo — le temblaba ligeramente uno de sus labios, y estaba hecha un manojo de nervios.