18/11/2022, 17:47
Yuu soltó un agudo y pequeño grito cuando la puerta se abrió de golpe. Pero al ver que tan solo se trataba de un niño, Yuu pudo mantenerse en pie. Tras no dejarle siquiera tiempo para que ambas se presentaran, el chico enseñó unos dibujos hechos a mano que no servían de mucho más allá de para saber de qué color era. Y, sin embargo, a la kunoichi le pareció más que suficiente.
— ¿¡Los has hecho tú!? ¡Es impresionante! —Respondió completamente sincera, viendo todos y cada uno de los dibujos que le iba enseñando, pasandolos una y otra vez entre sus manos.
No había nada especial, y tampoco ni un solo ápice de sarcasmo en su voz mientras miraba los papeles completamente fascinada. Salvo que conservaban algo de su forma, podrían ser simplemente rayajos, casi sin ton ni son. Pero para Yuu eran auténticas obras de arte, ella dibujaba y escribía mucho, y aunque tenía mucho nivel, ella veía auténticos grandes dibujos.
— ¡Ya veo, no te preocupes! ¡Encontraremos a Tuchi, te lo prometo! — Sus ojos y todo su ser emitían una radiante aura de ilusión y pasión como nunca nadie había visto.
— ¿¡Los has hecho tú!? ¡Es impresionante! —Respondió completamente sincera, viendo todos y cada uno de los dibujos que le iba enseñando, pasandolos una y otra vez entre sus manos.
No había nada especial, y tampoco ni un solo ápice de sarcasmo en su voz mientras miraba los papeles completamente fascinada. Salvo que conservaban algo de su forma, podrían ser simplemente rayajos, casi sin ton ni son. Pero para Yuu eran auténticas obras de arte, ella dibujaba y escribía mucho, y aunque tenía mucho nivel, ella veía auténticos grandes dibujos.
— ¡Ya veo, no te preocupes! ¡Encontraremos a Tuchi, te lo prometo! — Sus ojos y todo su ser emitían una radiante aura de ilusión y pasión como nunca nadie había visto.