24/11/2022, 09:40
Pero para cuando la kunoichi llego, Yuki no parecía estar. De hecho, no parecía haber nadie y no había ningun ruido más allá del posiblemente ambiental de la calle. Yuu miró a ambos lados, como si fuera a cruzar la calle mientras sostenía con sus dos manos la pequeña cesta de galletas, si fuera vestida de rojo, podría estar posiblemente visitando a su abuelita enferma con el objetivo de darle unas galletas que recien había horneado. Tan solo esperaría que no hubiera un fiero lobo haciéndose pasar por su pariente.
Yuu esperaría un par de minutos, pero pronto se impacientaría; arqueando el cuello y mirando los alrededores de la casa, pero no parecía poder conseguir nada en claro. Pero su senpai seguía sin aparecer, había algunas ventanas en el edificio con cortinas, pero estaban abiertas. Fue entonces cuando decidió si pasaba algo, y luego se disculparía casi llorando si había metido la pata. Caminó hasta una de estas, para apartar las cortinas si fuera necesario.
— ¿Y-Yuki? ¿E-Estas aquí, Yuki-chan? — añadió con voz temblorosa mientras movía los trozos de tela.
Yuu esperaría un par de minutos, pero pronto se impacientaría; arqueando el cuello y mirando los alrededores de la casa, pero no parecía poder conseguir nada en claro. Pero su senpai seguía sin aparecer, había algunas ventanas en el edificio con cortinas, pero estaban abiertas. Fue entonces cuando decidió si pasaba algo, y luego se disculparía casi llorando si había metido la pata. Caminó hasta una de estas, para apartar las cortinas si fuera necesario.
— ¿Y-Yuki? ¿E-Estas aquí, Yuki-chan? — añadió con voz temblorosa mientras movía los trozos de tela.