26/11/2022, 00:55
— Muy bien. —Respondió Raijin, contento de que todo estuviese bien—. Si pasa cualquier cosa, solo tienen que decírmelo ¿de acuerdo?
Esperó por una confirmación por parte de ambas, antes de volver a alejarse para dar pie a los siguientes combates.
— ¡Ryō, Kazemaru, Mami, Momo! —Llamó a los participantes con voz firme—. ¡Les toca!
Los dos chicos se levantaron enseguida, yendo a su posición.
— Has mejorado mucho, pero esta vez tendrás que hacer más que quedarte detrás mío. —Le dijo Ryō a su hermano.
— Lo intentaré. —Respondió Kazemaru, llevándose una mano a la nuca, algo avergonzado.
Mientras tanto, Mami agitaba un poco a su hermana, que se había quedado dormida meditando.
— Vaaaamos, Moooomo, despiertaaaaa. —Tampoco se esforzaba mucho en agitarla—. Que nos están esperaaaaaaaando.
Kenshin estiró la mano, tocándole la mejilla a su hermana y despertándola de un chispazo.
— ¡Ay! —Se quejó.
— Os toca. Raijin espera. —Le explicó Kenshin.
— Oh ¡vale! —Alegre, se levantó para ponerse en posición.
De brazos cruzados, Mami siguió a su hermana. Habría deseado aprovecharse de que Momo tenía el sueño muy pesado para no tener que pelear, pero Kenshin tuvo que arruinarlo todo.
— ¡HAJIME!
Esperó por una confirmación por parte de ambas, antes de volver a alejarse para dar pie a los siguientes combates.
— ¡Ryō, Kazemaru, Mami, Momo! —Llamó a los participantes con voz firme—. ¡Les toca!
Los dos chicos se levantaron enseguida, yendo a su posición.
— Has mejorado mucho, pero esta vez tendrás que hacer más que quedarte detrás mío. —Le dijo Ryō a su hermano.
— Lo intentaré. —Respondió Kazemaru, llevándose una mano a la nuca, algo avergonzado.
Mientras tanto, Mami agitaba un poco a su hermana, que se había quedado dormida meditando.
— Vaaaamos, Moooomo, despiertaaaaa. —Tampoco se esforzaba mucho en agitarla—. Que nos están esperaaaaaaaando.
Kenshin estiró la mano, tocándole la mejilla a su hermana y despertándola de un chispazo.
— ¡Ay! —Se quejó.
— Os toca. Raijin espera. —Le explicó Kenshin.
— Oh ¡vale! —Alegre, se levantó para ponerse en posición.
De brazos cruzados, Mami siguió a su hermana. Habría deseado aprovecharse de que Momo tenía el sueño muy pesado para no tener que pelear, pero Kenshin tuvo que arruinarlo todo.
— ¡HAJIME!