29/11/2022, 17:43
— Tienes razón... —Respondió Kira, aunque solo la tenía a medias—. Puede darle la vuelta en cualquier momento.
Mientras tanto, Kimi hacía todo lo que podía por seguir en aquel combate. Mantenía la calma, pero estaba claro que estaba en apuros. Mientras Kimi se defendía, Chika pudo ver como su ojo derecho brillaba en rojo durante un pequeño instante, pero rápidamente se apagó como si se lo hubiese pensado dos veces. En lugar de recurrir a sus mejoras mecánicas, la chica decidió intentar por todos los medios recurrir al Karate que le había enseñado su padre. Intentaba encontrar algún tipo de apertura o patrón en los ataques, pero no podía encontrar ninguna. Poco a poco, el porcentaje de los golpes que acababan alcanzándola empezó a aumentar más y más.
Kira pareció no poder aguantar más aquel espectáculo, así que puso las manos enfrente de su boca como si hiciera un megáfono.
— ¡Si te defiendes por siempre te van a comer! —Le gritó—. ¡Ataca de una puta vez!
Desesperada, Kimi decidió hacerle caso a Kira, lanzando un amplio derechazo a ambos chicos, que esquivaron con facilidad retrocediendo un paso. Durante ese pequeño instante en el que la pequeña pudo respirar, Chika pudo ver un brillo especial en su ojo izquierdo. Había encontrado una oportunidad. Durante un instante, el cuerpo entero de Kimi se rodeó de electricidad.
Ambos chicos volvieron a avanzar, sincronizados, para continuar con su ofensiva, pero esta vez Kimi contestó dando un paso al frente también. Estiró el brazo para tocar el pecho de Hotaru, que puso un brazo enfrente para defenderse. En el instante en el que su brazo fue tocado por la chica, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo, paralizándolo.
— ¡No! —Kenshin fue a detener a la chica, lanzándole un puñetazo, pero fue demasiado tarde.
¡BAM! Ninguno de los presentes pudo ver cuándo sucedió, pero en un instante escucharon un estruendo parecido al disparo de una escopeta y al instante siguiente Hotaru había salido despedido varios metros atrás, mientras Kimi mantenía la pose de haber acabado de dar un puñetazo recto, electrificada. El joven apenas pudo mantener los pies en el suelo mientras era arrastrado hasta cinco metros, directo hacia Miki, que pegó un gritito de sorpresa justo antes de... apartarse del camino. Hotaru consiguió mantener el equilibro, quedando de pie.
— ¡No! —Esta vez, fue Kimi quien gritó. Esperaba que su hermana hiciese algo.
Ahora que su cuerpo estaba acalambrado por su propia técnica, la Kaminari no se pudo defender de un barrido simple por parte de Kenshin, que la tiró al suelo.
— ¡Fin del combate!
Mientras tanto, Kimi hacía todo lo que podía por seguir en aquel combate. Mantenía la calma, pero estaba claro que estaba en apuros. Mientras Kimi se defendía, Chika pudo ver como su ojo derecho brillaba en rojo durante un pequeño instante, pero rápidamente se apagó como si se lo hubiese pensado dos veces. En lugar de recurrir a sus mejoras mecánicas, la chica decidió intentar por todos los medios recurrir al Karate que le había enseñado su padre. Intentaba encontrar algún tipo de apertura o patrón en los ataques, pero no podía encontrar ninguna. Poco a poco, el porcentaje de los golpes que acababan alcanzándola empezó a aumentar más y más.
Kira pareció no poder aguantar más aquel espectáculo, así que puso las manos enfrente de su boca como si hiciera un megáfono.
— ¡Si te defiendes por siempre te van a comer! —Le gritó—. ¡Ataca de una puta vez!
Desesperada, Kimi decidió hacerle caso a Kira, lanzando un amplio derechazo a ambos chicos, que esquivaron con facilidad retrocediendo un paso. Durante ese pequeño instante en el que la pequeña pudo respirar, Chika pudo ver un brillo especial en su ojo izquierdo. Había encontrado una oportunidad. Durante un instante, el cuerpo entero de Kimi se rodeó de electricidad.
Ambos chicos volvieron a avanzar, sincronizados, para continuar con su ofensiva, pero esta vez Kimi contestó dando un paso al frente también. Estiró el brazo para tocar el pecho de Hotaru, que puso un brazo enfrente para defenderse. En el instante en el que su brazo fue tocado por la chica, una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo, paralizándolo.
— ¡No! —Kenshin fue a detener a la chica, lanzándole un puñetazo, pero fue demasiado tarde.
¡BAM! Ninguno de los presentes pudo ver cuándo sucedió, pero en un instante escucharon un estruendo parecido al disparo de una escopeta y al instante siguiente Hotaru había salido despedido varios metros atrás, mientras Kimi mantenía la pose de haber acabado de dar un puñetazo recto, electrificada. El joven apenas pudo mantener los pies en el suelo mientras era arrastrado hasta cinco metros, directo hacia Miki, que pegó un gritito de sorpresa justo antes de... apartarse del camino. Hotaru consiguió mantener el equilibro, quedando de pie.
— ¡No! —Esta vez, fue Kimi quien gritó. Esperaba que su hermana hiciese algo.
Ahora que su cuerpo estaba acalambrado por su propia técnica, la Kaminari no se pudo defender de un barrido simple por parte de Kenshin, que la tiró al suelo.
— ¡Fin del combate!