16/02/2016, 03:55
La idea de practicar de la kunoichi pronto se vería frustrada por una especie de corriente un tanto extraña que no hacia más que desviarle las armas sin importar lo bien que apuntase. ~ ¿Qué mierda pasa...? ~ Se cuestionó la chica en primera instancia para luego mirar en la dirección contraria a la que sus armas se desviaban, no había nada a simple vista, como era de esperarse, pero en el instante en que escuchó una voz masculina se le ocurrió mirar a la parte más alta de los árboles y allí se encontraba un chico que había tenido la brillante idea de burlarse de la inteligencia de ella.
Sencillamente le miró con una mueca de sumo desprecio al haberle jugado tal broma. Era más que lógico pensar que el chico había hecho algo con ese abanico en especial si tenías la suficiente memoria como para recordar que algunos shinobis se especializan justamente en el uso de esos abanicos gigantes con los que casi producen tornados. — Mucha confianza ¿No te parece...? — Respondió severa la kunoichi en lo que se dirigía hacia el árbol en el que había estado practicando aunque claro, sus armas estarían a un lado del mismo y no a los pies de este ni menos clavadas gracias a la ayudita de un rubio con abanico.
— ¿Y bien? No creo que hayas venido a estas horas solo para echarte una siesta o mirar el paisaje. — Consultó la rubia en lo que tardaba en juntar las agujas y los shurikens, se suponía que eran cinco y seis respectivamente pero le estaba faltando una de las primeras, justamente una de las pequeñas y más difíciles de encontrar entre tanta hierba.— Encima se me perdió un senbon… — Refunfuñó la kunoichi mientras seguía la búsqueda a gatas, haciendo a un lado la hierba alta cerca del árbol al que había estado apuntando, después de todo con esa brisa tan miserable que había levantado con el abanico no debería de haberse ido más lejos.
Ni por aquí ni por allá, el senbon se había esfumado y para colmo parecía que le tocaba buscarlo completamente sola y eso solamente le servía para enojarla un poco más de lo normal. — Mínimo ayúdame a buscar… — Le cuestionó al del abanico, sin interrumpir la búsqueda. Podría comprarse otro paquete de senbons… No eran demasiado costosos para la fortuna de su familia pero su padre probablemente terminaría echándole algún sermón por no saber cuidar sus cosas. ~ Y el viejo enojado da miedo… ~
Sencillamente le miró con una mueca de sumo desprecio al haberle jugado tal broma. Era más que lógico pensar que el chico había hecho algo con ese abanico en especial si tenías la suficiente memoria como para recordar que algunos shinobis se especializan justamente en el uso de esos abanicos gigantes con los que casi producen tornados. — Mucha confianza ¿No te parece...? — Respondió severa la kunoichi en lo que se dirigía hacia el árbol en el que había estado practicando aunque claro, sus armas estarían a un lado del mismo y no a los pies de este ni menos clavadas gracias a la ayudita de un rubio con abanico.
— ¿Y bien? No creo que hayas venido a estas horas solo para echarte una siesta o mirar el paisaje. — Consultó la rubia en lo que tardaba en juntar las agujas y los shurikens, se suponía que eran cinco y seis respectivamente pero le estaba faltando una de las primeras, justamente una de las pequeñas y más difíciles de encontrar entre tanta hierba.— Encima se me perdió un senbon… — Refunfuñó la kunoichi mientras seguía la búsqueda a gatas, haciendo a un lado la hierba alta cerca del árbol al que había estado apuntando, después de todo con esa brisa tan miserable que había levantado con el abanico no debería de haberse ido más lejos.
Ni por aquí ni por allá, el senbon se había esfumado y para colmo parecía que le tocaba buscarlo completamente sola y eso solamente le servía para enojarla un poco más de lo normal. — Mínimo ayúdame a buscar… — Le cuestionó al del abanico, sin interrumpir la búsqueda. Podría comprarse otro paquete de senbons… No eran demasiado costosos para la fortuna de su familia pero su padre probablemente terminaría echándole algún sermón por no saber cuidar sus cosas. ~ Y el viejo enojado da miedo… ~