18/12/2022, 00:05
Un gato se posó en su regazo. Un gatito. Era blanquito, con motitas anaranjadas por su cuerpo. Era el ser más puro y bello que había visto en su vida. Si alguna de sus manchas tuviera una forma característica, lo llamaría así, y si no, Manchitas. Manchitas era bonito. Es como si solo tuviera las patas coloreadas, entonces se llamaría Manoplas.
A Yuu prácticamente se le caía la baba con el animalito, y empezó a intentar acariciarlo con las manos algo temblorosas. Le daba miedo asustarlo, pero también le daba miedo que el que le diera miedo asustarlo, lo asustara. Estaba hecha un auténtico manojo de nervios, y ella solo quería acariciar al gatito y escucharlo ronronear.
— ¿Eh? — respondió atolondrada mirando a su senpai, teniendo que parpadear un par de veces antes de entender lo que estaba pasando. — A-A-Ah si, e-es verdad. L-La misión...
Y entonces sus ojos rodaron lentamente de nuevo hacia el gato, al que miró con atención. No era justo, acababa de acercársele, quería estar un poquito más con él. Entonces, se levantó dudosa, pero cogiendo al gato entre sus brazos, buscando que estuviera lo más cómodo posible. Después, le pondría una mejilla sobre su pelaje. Con lo bajita que era, Yuu mediría aproximadamente como 4 o 5 gatitos adultos, por lo que el gato se vería seguramente bastante grande teniéndolo en sus manos.
— S-Seguro que está por aquí... En algún lado... — Dijo sin despegar la cara de la bolita peluda, claramente buscando una excusa para quedarse con el animal, un ratito más entre sus brazos.
A Yuu prácticamente se le caía la baba con el animalito, y empezó a intentar acariciarlo con las manos algo temblorosas. Le daba miedo asustarlo, pero también le daba miedo que el que le diera miedo asustarlo, lo asustara. Estaba hecha un auténtico manojo de nervios, y ella solo quería acariciar al gatito y escucharlo ronronear.
— ¿Eh? — respondió atolondrada mirando a su senpai, teniendo que parpadear un par de veces antes de entender lo que estaba pasando. — A-A-Ah si, e-es verdad. L-La misión...
Y entonces sus ojos rodaron lentamente de nuevo hacia el gato, al que miró con atención. No era justo, acababa de acercársele, quería estar un poquito más con él. Entonces, se levantó dudosa, pero cogiendo al gato entre sus brazos, buscando que estuviera lo más cómodo posible. Después, le pondría una mejilla sobre su pelaje. Con lo bajita que era, Yuu mediría aproximadamente como 4 o 5 gatitos adultos, por lo que el gato se vería seguramente bastante grande teniéndolo en sus manos.
— S-Seguro que está por aquí... En algún lado... — Dijo sin despegar la cara de la bolita peluda, claramente buscando una excusa para quedarse con el animal, un ratito más entre sus brazos.