21/12/2022, 11:22
Todo fue bastante mecánico y profesional por parte de Yuri. Entregó al gato a sus dueños, les avisó sobre donde podrían volver a encontrarlo, así como recibir un par de indicaciones y la aprobación de que la misión había sido cumplida. Yuu claramente no sabía que todo aquello no era un comportamiento propio de su senpai, pero acababa de conocerla aquella misma mañana, así que tampoco es que tuviera mucho conocimiento sobre como actuaba ante ciertas situaciones. La morena, quien simplemente saludo nerviosa al chico cuando entregaron al gato, y devolvió los dibujos a su dueño, estaba visiblemente asustada.
No sabía que hacer ni decir, y el silencio sepulcral que había entre ambas la ponía por momentos más en tensión. Le daba miedo abrir la boca y que cualquier cosa que dijera la molestara aún más. Por ello, se limitó a caminar en silencio tras ella, mirando casi en todo momento el suelo para evitar volver a tropezarse; caminando por las calles de esa forma, parecía que se dirigía hacia un severo castigo por haber roto algo. Mantenerse callada no era algo que le fuera difícil, ya que en casa, tampoco es que tuviera alguien con quien establecer una conversación o intercambiar un par de palabras.
No sabía que hacer ni decir, y el silencio sepulcral que había entre ambas la ponía por momentos más en tensión. Le daba miedo abrir la boca y que cualquier cosa que dijera la molestara aún más. Por ello, se limitó a caminar en silencio tras ella, mirando casi en todo momento el suelo para evitar volver a tropezarse; caminando por las calles de esa forma, parecía que se dirigía hacia un severo castigo por haber roto algo. Mantenerse callada no era algo que le fuera difícil, ya que en casa, tampoco es que tuviera alguien con quien establecer una conversación o intercambiar un par de palabras.