24/12/2022, 02:09
(Última modificación: 24/12/2022, 02:24 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
— No necesito tu condescendencia. —Le contestó, mucho menos gritona, pero igual de agresiva—. Así que piérdete.
Chika no era especialmente buena con las palabras, pero de alguna manera parecía que con Mami le iba mucho peor de lo que le iba usualmente. Aunque podía estar segura de que no era culpa suya, durante el mes en el que han estado conviviendo, Chika había podido descubrir que Mami era una persona muy difícil, aunque realmente nunca le había importado nada lo suficiente para enfadarse así.
— No... se lo tengas en cuenta. —Chika sentiría en su hombro la mano de Hotaru, quien hablaba en murmullos muy bajos y miraba a sus pies, como usualmente—. Ya me encargo yo. Tú... Quizás deberías ir con Momo.
Hotaru continuaría siguiendo a Mami, entonces, aunque no iban a un ritmo tan rápido como para que Chika no pudiese seguirlos simplemente andando rápido. Si se giraba, podría ver a Kira, quien volvió a hincar la rodilla para descansar, mientras que Momo estaba sentada en el suelo, con Raijin agachado a su lado hablando con ella.
— No me molesta, de verdad... —La escuchó afirmar, aunque estaba cabizbaja.
Chika no era especialmente buena con las palabras, pero de alguna manera parecía que con Mami le iba mucho peor de lo que le iba usualmente. Aunque podía estar segura de que no era culpa suya, durante el mes en el que han estado conviviendo, Chika había podido descubrir que Mami era una persona muy difícil, aunque realmente nunca le había importado nada lo suficiente para enfadarse así.
— No... se lo tengas en cuenta. —Chika sentiría en su hombro la mano de Hotaru, quien hablaba en murmullos muy bajos y miraba a sus pies, como usualmente—. Ya me encargo yo. Tú... Quizás deberías ir con Momo.
Hotaru continuaría siguiendo a Mami, entonces, aunque no iban a un ritmo tan rápido como para que Chika no pudiese seguirlos simplemente andando rápido. Si se giraba, podría ver a Kira, quien volvió a hincar la rodilla para descansar, mientras que Momo estaba sentada en el suelo, con Raijin agachado a su lado hablando con ella.
— No me molesta, de verdad... —La escuchó afirmar, aunque estaba cabizbaja.