29/12/2022, 14:10
— Tranquila, tranquila. No es para tanto.
Kira lo dijo cómo si las palabras fuesen a tener algún efecto en Chika, y no, eso no iba a suceder. Su capacidad de preocuparse estaba muy por encima de cualquier cosa que Kira pudiese argumentar. Esta vez estaba decidida a no echarse atrás, ya la había dejado montar ese torneo y se estaba yendo todo a la...
Mientras maldecía para sus adentros, Kira se le desmontó frente a los ojos. Instintivamente, Chika intentó atraparla, pero Raijin fue más rápido. Si Chika ya estaba palida, ahora parecía una pared recien enyesada enfocada con un foco industrial a toda potencia. Ni siquiera reaccionó, ni siquiera pudo hacer nada más que contenerse a sí misma mientras Raijin explicaba la situación a sus hermanos.
Durante un momento, fugaz, tuvo la necesidad imperiosa de meterse en ese papel de hermana mayor que se había labrado. Ese papel en el que se había encasillado para intentar proteger a sus hermanos. ¿Proteger? ¿A quien había protegido? No hacia más que fallar en precisamente lo único que se había propuesto hacer. Cada vez que Kimi ha estado en peligro ha salido sin que ella tuviese ni un 1% de intervencion.
Y en los dojos tuvo excusa, fue completamente inesperado. Con lo de Mika, Kimi fue de cabeza a una trampa. Con este torneo no tenía excusa alguna. Sabía que era mala idea, sabía que alguien se haría daño.
Miró a Kira, dolorida, alejarse de ella, como había visto a Kimi más veces de las que le gustaria. Cuando se la llevaron para operarla, cuando la secuestraron... Imagenes que no borraba de su mente. Ahora tenía una más para la colección.
Cayó de rodillas al suelo, destrozada. Era justo el trauma que había intentado superar, devorandola de nuevo. No tenía las fuerzas para ver a otra de sus hermanas pasar por eso, no tenía las fuerzas para llorar, no tenía fuerzas. Ella no era una hermana mayor, era una niña chica que quiere meterse bajo la mesa y que pase el terremoto.
Kira lo dijo cómo si las palabras fuesen a tener algún efecto en Chika, y no, eso no iba a suceder. Su capacidad de preocuparse estaba muy por encima de cualquier cosa que Kira pudiese argumentar. Esta vez estaba decidida a no echarse atrás, ya la había dejado montar ese torneo y se estaba yendo todo a la...
Mientras maldecía para sus adentros, Kira se le desmontó frente a los ojos. Instintivamente, Chika intentó atraparla, pero Raijin fue más rápido. Si Chika ya estaba palida, ahora parecía una pared recien enyesada enfocada con un foco industrial a toda potencia. Ni siquiera reaccionó, ni siquiera pudo hacer nada más que contenerse a sí misma mientras Raijin explicaba la situación a sus hermanos.
Durante un momento, fugaz, tuvo la necesidad imperiosa de meterse en ese papel de hermana mayor que se había labrado. Ese papel en el que se había encasillado para intentar proteger a sus hermanos. ¿Proteger? ¿A quien había protegido? No hacia más que fallar en precisamente lo único que se había propuesto hacer. Cada vez que Kimi ha estado en peligro ha salido sin que ella tuviese ni un 1% de intervencion.
Y en los dojos tuvo excusa, fue completamente inesperado. Con lo de Mika, Kimi fue de cabeza a una trampa. Con este torneo no tenía excusa alguna. Sabía que era mala idea, sabía que alguien se haría daño.
Miró a Kira, dolorida, alejarse de ella, como había visto a Kimi más veces de las que le gustaria. Cuando se la llevaron para operarla, cuando la secuestraron... Imagenes que no borraba de su mente. Ahora tenía una más para la colección.
Cayó de rodillas al suelo, destrozada. Era justo el trauma que había intentado superar, devorandola de nuevo. No tenía las fuerzas para ver a otra de sus hermanas pasar por eso, no tenía las fuerzas para llorar, no tenía fuerzas. Ella no era una hermana mayor, era una niña chica que quiere meterse bajo la mesa y que pase el terremoto.