6/03/2023, 04:02
Daigo agradeció la ayuda del gorila, apoyándose en su hombro para poder caminar. De momento, con su ayuda, andar no parecía ser algo imposible, pero sí que era extremadamente doloroso. Le dolía cada músculo de su cuerpo, le quemaban las múltiples quemaduras que había sufrido y con cada paso sentía que sus piernas iban a ponerse en huelga por la cantidad de abusos que estaba sufriendo. Sentía que habían kilómetros y kilómetros de escalones y que el camino duraba horas, aunque probablemente no estuvieron más de unos minutos andando.
Al llegar, dos guardias abrieron la enorme puerta para ellos, abriendo el camino a lo que debía ser otra dimensión. Una dimensión llena de fiesta, comida y bebida a la que él no pertenecía, eso se lo dejaron claro con las miradas de miedo, sorpresa, confusión y enfado. Aunque Daigo sabía que los bosques eran su hogar, allí claramente era un extranjero. Hacía mucho no había dejado de ser un extranjero.
«Su guerra... ¿acaso será contra unos humanos?»
Daigo caminó con ayuda del gorila hasta Baruck, quien, en comparación con el resto, no parecía especialmente grande ni fuerte, pero sin embargo era el líder. Esto no era nada extraño, pues los señores feudales en Ōnindo no solían ser personas especialmente fuertes, aunque tampoco podría comparar a Baruck con los señores feudales, pues, aunque no lo parecía, por lo que había escuchado probablemente era el más fuerte del lugar.
Cuando Baruck le recibió, el Kusajin respondió con una reverencia.
— Sí. Es un honor conocerlo, Baruck-sama.
Al llegar, dos guardias abrieron la enorme puerta para ellos, abriendo el camino a lo que debía ser otra dimensión. Una dimensión llena de fiesta, comida y bebida a la que él no pertenecía, eso se lo dejaron claro con las miradas de miedo, sorpresa, confusión y enfado. Aunque Daigo sabía que los bosques eran su hogar, allí claramente era un extranjero. Hacía mucho no había dejado de ser un extranjero.
«Su guerra... ¿acaso será contra unos humanos?»
Daigo caminó con ayuda del gorila hasta Baruck, quien, en comparación con el resto, no parecía especialmente grande ni fuerte, pero sin embargo era el líder. Esto no era nada extraño, pues los señores feudales en Ōnindo no solían ser personas especialmente fuertes, aunque tampoco podría comparar a Baruck con los señores feudales, pues, aunque no lo parecía, por lo que había escuchado probablemente era el más fuerte del lugar.
Cuando Baruck le recibió, el Kusajin respondió con una reverencia.
— Sí. Es un honor conocerlo, Baruck-sama.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.