22/04/2023, 19:17
El humo le inundaba los pulmones, cada dos por tres tenía que desviar sus acaloradas zancadas para esquivar algún escombro o algún que otro bulto en el que no quería detenerse a pensar y los gritos de ayuda y los llantos seguían punzando sus oídos... pero Suzaku no se detuvo en ningún momento. Ni siquiera Umi tuvo que insistir en tirar de su brazo, ella seguía su estela de buena gana, con el corazón palpitándole con fuerza en el pecho al escuchar a su hermana sollozar de aquella manera. Al final llegaron a su destino: su casa. De forma milagrosa, su hogar había quedado fuera del alcance de la explosión. Seguía allí de pie, casi de forma insultante mirando a sus derruidas vecinas, como si desafiara al mismo destino.
—¡Umi! —exclamó Suzaku, cuando su hermana se desplomó de rodillas.
—Menos mal... menos mal, Suzaku... menos mal... nuestro hogar está intacto —sollozaba ella, con las manos tapando su rostro.
Suzaku se quedó paralizada durante varios instantes, sin saber cómo reaccionar, qué decir o incluso qué sentir. Se mordió el labio inferior, sintiéndose también culpable por sentir alivio de conservar su casa cuando tantos otros habían perdido tanto... Al final, y llevada por sus impulsos más primarios, se agachó junto a Umi y la abrazó con fuerza, llorando silenciosamente.
—¡Umi! —exclamó Suzaku, cuando su hermana se desplomó de rodillas.
—Menos mal... menos mal, Suzaku... menos mal... nuestro hogar está intacto —sollozaba ella, con las manos tapando su rostro.
Suzaku se quedó paralizada durante varios instantes, sin saber cómo reaccionar, qué decir o incluso qué sentir. Se mordió el labio inferior, sintiéndose también culpable por sentir alivio de conservar su casa cuando tantos otros habían perdido tanto... Al final, y llevada por sus impulsos más primarios, se agachó junto a Umi y la abrazó con fuerza, llorando silenciosamente.