30/01/2025, 09:44
Sora podría abrir la puerta sin ningun problema, y podría ver a Rin mal sentada en la silla y su padre ligeramente ocupado.
— Bueno, pues me las piro — dijo levantándose y cogiendo una bandolera oscura que se colocó por encima.
Rin llevaba el pelo recogido en dos moños como era habitual en ella. Llevaba una camisa roja con la chaqueta negra que vio Sora el día anterior, así como la misma chapa identificadora en su cuello a modo de collar. Sus pantalones eran los habituales de un ninja, pero llevaba unas zapatillas deportivas de un tono azul, oscuro y blanco. La bandana, por su parte, la llevaba atada al cinturón, cayendo esta de forma vertical.
— Me marcho unos días, si no vuelvo, no lloréis por mi muerte — dijo ya al lado de la puerta y de Sora, apunto de irse.
— Deja de decir esas cosas, que acabaras siendo pajaro de mal agüero — replicó molesto para después mirar a Sora. — Id con cuidado, ten cuidado de ella y perdona por adelantado los problemas que te cause
— ¡Pero si soy un angelito caído del cielo
— Bueno, pues me las piro — dijo levantándose y cogiendo una bandolera oscura que se colocó por encima.
Rin llevaba el pelo recogido en dos moños como era habitual en ella. Llevaba una camisa roja con la chaqueta negra que vio Sora el día anterior, así como la misma chapa identificadora en su cuello a modo de collar. Sus pantalones eran los habituales de un ninja, pero llevaba unas zapatillas deportivas de un tono azul, oscuro y blanco. La bandana, por su parte, la llevaba atada al cinturón, cayendo esta de forma vertical.
— Me marcho unos días, si no vuelvo, no lloréis por mi muerte — dijo ya al lado de la puerta y de Sora, apunto de irse.
— Deja de decir esas cosas, que acabaras siendo pajaro de mal agüero — replicó molesto para después mirar a Sora. — Id con cuidado, ten cuidado de ella y perdona por adelantado los problemas que te cause
— ¡Pero si soy un angelito caído del cielo