30/01/2025, 18:45
Sora suspiró de nuevo. La cabezonería de Rin no conocía limites. Si no se lo acababa diciendo iba a estar todo el viaje con eso en mente y en boca.
— Sí, son cachos de metal que se mueven a mucha velocidad y que es tremendamente facil que descarrile. Cualquiera puede coger un martillo y cargarse las vias y entonces adios tren y adios tu vida. Así que no, no me gusta poner mi vida en riesgo si puedo usar mis piernas. Pero si tú quieres hacerlo, adelante. — contestó ligeramente airada.
Tomó aire profundamente para volver a calmarse. Le molestaba la facilidad con la que la sociedad había aceptado esa monstruosidad.
— Sí, son cachos de metal que se mueven a mucha velocidad y que es tremendamente facil que descarrile. Cualquiera puede coger un martillo y cargarse las vias y entonces adios tren y adios tu vida. Así que no, no me gusta poner mi vida en riesgo si puedo usar mis piernas. Pero si tú quieres hacerlo, adelante. — contestó ligeramente airada.
Tomó aire profundamente para volver a calmarse. Le molestaba la facilidad con la que la sociedad había aceptado esa monstruosidad.