2/02/2025, 21:05
El suave latido de Sora fue la melodía perfecta también para que Rin acabara por dormirse. En algún momento de su sueño, pasó a abrazar el brazo de Sora y pegar un poco más la cabeza, esta vez sobre su hombro, dejando que ella pudiera hacer lo mismo pero sobre su cabeza.
El trayecto pasaría sin ninguna complicación más allá del traqueteo habitual de las vías. Fue cuando estuvieran cerca de la llegada de Los Herreros que los vigilantes y compañía empezarían a avisar de su llegada, así como un sonoro pitido del tren. Alguna gente, algo impaciente, empezó a agarrar sus maletas y bajarlas pese a las indicaciones de que esperaran a llegar a la estación, donde había tiempo de sobra para ello e incluso los del servicio del tren los podrían ayudar. Rin, sin embargo, seguiría frita sobre el brazo de Sora, baboseándoselo un poco.
El trayecto pasaría sin ninguna complicación más allá del traqueteo habitual de las vías. Fue cuando estuvieran cerca de la llegada de Los Herreros que los vigilantes y compañía empezarían a avisar de su llegada, así como un sonoro pitido del tren. Alguna gente, algo impaciente, empezó a agarrar sus maletas y bajarlas pese a las indicaciones de que esperaran a llegar a la estación, donde había tiempo de sobra para ello e incluso los del servicio del tren los podrían ayudar. Rin, sin embargo, seguiría frita sobre el brazo de Sora, baboseándoselo un poco.