2/02/2025, 21:08
En cuanto sonó el pitido, Sora saltó del sitio poniendose en guardia, sin saber siquiera que llevaba horas dormida. Se volteó a Rin, que seguramente ya se había despertado con la caida, y empezó a zarandearla de nuevo.
— ¡Rin! ¡El pitido! ¡Hay un incendio! — dijo frotandose los ojos, pues le costaba hasta parpadear del repentino despertar.
— ¡Rin! ¡El pitido! ¡Hay un incendio! — dijo frotandose los ojos, pues le costaba hasta parpadear del repentino despertar.