2/02/2025, 21:19
Sora se relajó un instante antes de volver a ponerse en tensión.
— ¡La estación, Rin! ¡Tenemos que bajarnos! — esta vez no era nerviosismo, sino alivio e incluso entusiasmo.
Por fin iba a bajarse de aquella trampa mortal. Agarró a Rin y la puso de pie, obligandola a serenarse o a caer de bruces contra el suelo mientras se giraba hacia la puerta del tren.
— ¡La estación, Rin! ¡Tenemos que bajarnos! — esta vez no era nerviosismo, sino alivio e incluso entusiasmo.
Por fin iba a bajarse de aquella trampa mortal. Agarró a Rin y la puso de pie, obligandola a serenarse o a caer de bruces contra el suelo mientras se giraba hacia la puerta del tren.