5/02/2025, 10:40
Rin se levantó entonces de golpe, recortando la distancia con Sora con pasos fuertes y decididos. Le agarró de la muñeca cuando esta intentó abrir la puerta y se la torció con suavidad hacia atrás para mirarla airada.
— Te vas a sentar y vas a descansar hasta que ella te lo diga — se giró a la chica sin soltar la mano de Sora, todavía con aquella decidida mirada. — ¿Puedes darle alguna camisa vieja?
— Te vas a sentar y vas a descansar hasta que ella te lo diga — se giró a la chica sin soltar la mano de Sora, todavía con aquella decidida mirada. — ¿Puedes darle alguna camisa vieja?