22/02/2016, 18:04
La luz del sol caía con fuerza en aquella plaza, por lo que en la primera hora de la tarde el mercado se fue vaciando un poco. Aquello no era bueno para el Ishimura, pues si quería pasar desapercibido tendría que diluir su presencia entre la gente. Pero con el calor que imperaba la mayoría de las personas se encontraban escondidas bajo la sombra de algún toldo o refrescándose bajo el interminable roció de la fuente central. Ese día todo parecía dispuesto a complicarse, la gente, los oficiales, los maleantes e incluso el propio Momo.
—¿Qué? ¿Por qué me miras así? —Le preguntó al animal que parecía exigirle algo con la mirada—. No, no te he traído nada de comer —le dijo en cuanto entendió que buscaba en él—. Vamos, no seas así, ha sido una mañana difícil; he tenido problemas y perdí los melocotones en algún callejón.
—¡Iiiiih! —Relincho el animal ante la afrenta de su amo al extraviar su alimento preferido.
—¡No seas malcriado, Momo! —Le espetó al caballo mientras este se agitaba para impedir que le tomaran por las riendas—. Está bien, ya… Más tarde te comprare toda la fruta que quieras para que comas hasta que no puedas caminar —Aquella promesa logró calmar al potro, que de repente se encontraba tranquilo y manso como si hubiera obtenido lo que quería—. Jejeje, caballo glotón.
El peliblanco examinó las proximidades y busco rastro de quienes pudieran parecer sospechosos. Observó la fuente y la gente que se refrescaba en ella, los callejos y los sujetos que salían de ellos. También observo detrás de sí, hacia la tienda de té, pues esperaba que alguien fuera a montarle una bronca por no pagar, pero a pesar de que los empleados le vieron nadie se acercó para tratar de cobrarle.
—Un poco de suerte para variar —dijo mientras subía a su montura.
En cuanto estuviera listo partiria; no estaba seguro como o donde conseguir a la persona a quien buscaba, pero suponiendo que era alguien importante, no tendría que ser demasiado difícil de localizar. Supuso que tendría que preguntar por las calles, al menos hasta tener una idea de hacia dónde debía ir.
Estando alerta y concentrado, se puso en marcha para cumplir con su deber.
—¿Qué? ¿Por qué me miras así? —Le preguntó al animal que parecía exigirle algo con la mirada—. No, no te he traído nada de comer —le dijo en cuanto entendió que buscaba en él—. Vamos, no seas así, ha sido una mañana difícil; he tenido problemas y perdí los melocotones en algún callejón.
—¡Iiiiih! —Relincho el animal ante la afrenta de su amo al extraviar su alimento preferido.
—¡No seas malcriado, Momo! —Le espetó al caballo mientras este se agitaba para impedir que le tomaran por las riendas—. Está bien, ya… Más tarde te comprare toda la fruta que quieras para que comas hasta que no puedas caminar —Aquella promesa logró calmar al potro, que de repente se encontraba tranquilo y manso como si hubiera obtenido lo que quería—. Jejeje, caballo glotón.
El peliblanco examinó las proximidades y busco rastro de quienes pudieran parecer sospechosos. Observó la fuente y la gente que se refrescaba en ella, los callejos y los sujetos que salían de ellos. También observo detrás de sí, hacia la tienda de té, pues esperaba que alguien fuera a montarle una bronca por no pagar, pero a pesar de que los empleados le vieron nadie se acercó para tratar de cobrarle.
—Un poco de suerte para variar —dijo mientras subía a su montura.
En cuanto estuviera listo partiria; no estaba seguro como o donde conseguir a la persona a quien buscaba, pero suponiendo que era alguien importante, no tendría que ser demasiado difícil de localizar. Supuso que tendría que preguntar por las calles, al menos hasta tener una idea de hacia dónde debía ir.
Estando alerta y concentrado, se puso en marcha para cumplir con su deber.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)