25/02/2016, 10:18
(Última modificación: 25/02/2016, 10:21 por Uzumaki Eri.)
-Qué bien que nos veamos de nuevo-El Sasagani contestó ante el saludo de la kunoichi de su propia villa, con las manos en los bolsillos y la cabeza ligeramente levantada para encarar sus ojos, o al menos así quizás mirarla en la cara.
La menor tragó saliva, intentando contener los nervios mientras Yota sacaba una de sus manos de su refugio y trajo consigo un caramelo. Con este gesto Eri comenzó a sentir el miedo correr por sus extremidades, ¿comenzarían? O... ¿Hablarían un rato? ¿Qué pensaría Yota? Cuando el dulce rozó los labios del moreno cerró los ojos por unos instantes, y la joven ni si quiera se percató de que después de ese gesto se había colocado justo en frente de la peliazul, quien, asustada sin esperarse aquel movimiento tan rápido, echó un paso hacia atrás y se colocó en posición defensiva.
Pero vio su rostro, iluminado por una media sonrisa. Eri, cada vez más confusa por la actitud de su compañero, observó como éste sacaba el plástico al que se agarraba el dulce redondeado y apuntaba al lugar donde deberían estar los Kages. -¿Ya te has dado cuenta, verdad? Shiona-sama no está, ni siquiera están los demás kages. Solo los malditos señores feudales.- explicaba con la mirada en el suelo -Esto no tiene sentido. ¿Por qué tenemos que pegarnos? ¿Te lo has preguntado? ¡Ni siquiera nosotros hemos decidido estar aquí! Es más, ¿Te has preguntado por qué Shiona-sama no está? 3 de los 4 participantes de esta ronda somos de Uzushiogakure; ¡Debería estar orgullosa de nosotros, joder! ¿Y si ha pasado algo?-
Falta de razón no tenía, pero no solo Shiona, sino que Yui, la kage de Amegakure tampoco estaba - Yubiwa era otro caso, quizás estaría regañando a los participantes de su propia aldea -, sin embargo, allí sí que se encontraban los señores feudales, que por mucha repulsión que le produjeran, eran los que pagaban sus misiones y los que la mantenían por así decirlo.
Sin embargo, otra de las cosas que dijo el pelirrojo llamó su atención, ¿a qué habían venido a pegarse? ¿Por qué había derrotado a Kazuma si era un compañero? La cabeza comenzaba a darle vueltas ante las preguntas que se arremolinaban en ella sin respuestas... Recordó fugazmente una frase, ''Antes de empezar una guerra... Tienes que saber por qué estás luchando...'' Suspiró y dejó que sus brazos viajasen hasta sus cabellos, revolviéndolos. ''¿Por qué lucho? Ya he demostrado mis habilidades, y no están del todo mal, entonces... ¿Ya se han cansado de nosotros?'' La nariz comenzaba a picar, quería llorar, ¿Shiona no la reconocía como genin? Porque si no se encontraba allí...
-Así que debo pedirte que me digas una sola razón para la que deberíamos luchar, aquí y ahora-
-Porque así lo han querido - contestó por fin con un tono de voz bajo mientras viajaba su mirada hasta el suelo del pilar, confiando en que el pelirrojo no la golpease. Sus manos hicieron una parada en sus caderas y Eri suspiró derrotada. -Porque somos peones en este tablero, y si ellos dicen que luchemos, lucharemos; y si ellos quieren que muramos... Moriremos - No le gustaba ponerse seria, ni si quiera sabía de donde había sacado aquellas palabras. Dos gruesas lágrimas viajaron por sus mejillas causadas por el picor que soportaba su nariz. Levantó la mirada y se encontró con la carmesí de Yota, entonces habló con un tono más alto:
-Yo no quiero luchar, y menos contigo, pero... ¿Eso no va contra las órdenes, Yota-niichan? - Preguntó su duda, sus brazos cayeron a ambos lados de la figura de la kunoichi, cerrando sus manos en puños. -No tengo razones para pegarme contigo, pero ellos las tienen - Señaló con la cabeza al palco de los señores feudales - Entonces... ¿Qué hacemos?
Preguntó, ¿qué iba a hacer ella? ¿Qué iban a hacer ambos? El nerviosismo se cargó en su espalda y le susurraba que se alejara, que dejase que ganara él y así ninguno tenía por qué luchar, pero... Casi llegaba al extremo de hacerse daño a sí misma si seguía con aquella confusión.
La menor tragó saliva, intentando contener los nervios mientras Yota sacaba una de sus manos de su refugio y trajo consigo un caramelo. Con este gesto Eri comenzó a sentir el miedo correr por sus extremidades, ¿comenzarían? O... ¿Hablarían un rato? ¿Qué pensaría Yota? Cuando el dulce rozó los labios del moreno cerró los ojos por unos instantes, y la joven ni si quiera se percató de que después de ese gesto se había colocado justo en frente de la peliazul, quien, asustada sin esperarse aquel movimiento tan rápido, echó un paso hacia atrás y se colocó en posición defensiva.
Pero vio su rostro, iluminado por una media sonrisa. Eri, cada vez más confusa por la actitud de su compañero, observó como éste sacaba el plástico al que se agarraba el dulce redondeado y apuntaba al lugar donde deberían estar los Kages. -¿Ya te has dado cuenta, verdad? Shiona-sama no está, ni siquiera están los demás kages. Solo los malditos señores feudales.- explicaba con la mirada en el suelo -Esto no tiene sentido. ¿Por qué tenemos que pegarnos? ¿Te lo has preguntado? ¡Ni siquiera nosotros hemos decidido estar aquí! Es más, ¿Te has preguntado por qué Shiona-sama no está? 3 de los 4 participantes de esta ronda somos de Uzushiogakure; ¡Debería estar orgullosa de nosotros, joder! ¿Y si ha pasado algo?-
Falta de razón no tenía, pero no solo Shiona, sino que Yui, la kage de Amegakure tampoco estaba - Yubiwa era otro caso, quizás estaría regañando a los participantes de su propia aldea -, sin embargo, allí sí que se encontraban los señores feudales, que por mucha repulsión que le produjeran, eran los que pagaban sus misiones y los que la mantenían por así decirlo.
Sin embargo, otra de las cosas que dijo el pelirrojo llamó su atención, ¿a qué habían venido a pegarse? ¿Por qué había derrotado a Kazuma si era un compañero? La cabeza comenzaba a darle vueltas ante las preguntas que se arremolinaban en ella sin respuestas... Recordó fugazmente una frase, ''Antes de empezar una guerra... Tienes que saber por qué estás luchando...'' Suspiró y dejó que sus brazos viajasen hasta sus cabellos, revolviéndolos. ''¿Por qué lucho? Ya he demostrado mis habilidades, y no están del todo mal, entonces... ¿Ya se han cansado de nosotros?'' La nariz comenzaba a picar, quería llorar, ¿Shiona no la reconocía como genin? Porque si no se encontraba allí...
-Así que debo pedirte que me digas una sola razón para la que deberíamos luchar, aquí y ahora-
-Porque así lo han querido - contestó por fin con un tono de voz bajo mientras viajaba su mirada hasta el suelo del pilar, confiando en que el pelirrojo no la golpease. Sus manos hicieron una parada en sus caderas y Eri suspiró derrotada. -Porque somos peones en este tablero, y si ellos dicen que luchemos, lucharemos; y si ellos quieren que muramos... Moriremos - No le gustaba ponerse seria, ni si quiera sabía de donde había sacado aquellas palabras. Dos gruesas lágrimas viajaron por sus mejillas causadas por el picor que soportaba su nariz. Levantó la mirada y se encontró con la carmesí de Yota, entonces habló con un tono más alto:
-Yo no quiero luchar, y menos contigo, pero... ¿Eso no va contra las órdenes, Yota-niichan? - Preguntó su duda, sus brazos cayeron a ambos lados de la figura de la kunoichi, cerrando sus manos en puños. -No tengo razones para pegarme contigo, pero ellos las tienen - Señaló con la cabeza al palco de los señores feudales - Entonces... ¿Qué hacemos?
Preguntó, ¿qué iba a hacer ella? ¿Qué iban a hacer ambos? El nerviosismo se cargó en su espalda y le susurraba que se alejara, que dejase que ganara él y así ninguno tenía por qué luchar, pero... Casi llegaba al extremo de hacerse daño a sí misma si seguía con aquella confusión.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)