26/02/2016, 03:41
-¡Vaya, tienes que tener unas grandes dotes de shinobi! -
Con eso una de las cejas de Noemi se alzó a más no poder y su mirada casi de forma instantánea bajó hacia su busto. ~¿Me está diciendo que parecen falsos...? ~Se preguntó a si misma, no le interrogaría al respecto para evitar cualquier tipo de inconveniente que pudiera llegar a darse. Además que la respuesta que la peliceleste pudiera llegar a darle podría llegar a darle otro derechazo a la autoestima que ya la traía bastante golpeada. ~Pensar que solo pasaron unos minutos… ~
Lo importante era llegar hasta donde Noemi quería, ya luego podría arriesgarse a preguntar más cosas como esa duda que le quedó dando vueltas por su mente. ~Ya le preguntaré… ~Pensaba sin parar la marcha, quería llegar cuanto antes.
–Al menos hiciste algo bueno por tu aldea. –Le soltó con bastante tranquilidad sin dar mayor importancia a la reacción de la pequeña kunoichi. En ciertos casos Noemi solía mostrarse con cierta falta de tacto y lamentablemente a la peliceleste le tocaría soportarla de esa manera, aunque principalmente la mayor se había puesto de esa manera por su injustificada envidia.
Ahora lo importante. Esa pregunta que le formuló Eri que hizo que Sakamoto se retorciera en su lugar, no por rechazo, por el contrario. ~¡Qué me la llevo a casa! ~Primera vez en su vida que le llamaban de esa manera y si bien, le hacía sentir ciertamente vieja, le quedó gustando. ~Ahora… ¿Por qué carajo el viejo no le hizo un segundo hijo...? ~Comenzó a cuestionarse Noemi casi olvidando por completo que no estaba sola. ~Todavía son jóvenes y a mamá no se le han caído ni nada… ~Y así siguió por un rato totalmente desconectada del universo.
De un instante a otro, la rubia desvió totalmente su mirada al suelo, a un lado de donde ella justo acababa de pasar donde teóricamente no había nada. –A entrenar… Mi padre dijo que era un buen lugar. – Respondió natural como si nunca hubiese pasado nada. Lo que la había traído de vuelta no fue el recuerdo de la pregunta, tampoco Eri ni mucho menos la propia fuerza de voluntad de la chica, nada de eso. Fue una paloma desgraciada que por un milímetro falló al blanco que era la de Taki justamente. –No lo sé, no sé mucho del torneo, siquiera el rango de los participantes y eso. –Agregó al cabo de unos pasos ya habiendo perdido de vista la gracia de la paloma. –A todo esto… ¿Llevas mucho trabajando como kunoichi? –~Como sea una prodigio… ~
Con eso una de las cejas de Noemi se alzó a más no poder y su mirada casi de forma instantánea bajó hacia su busto. ~¿Me está diciendo que parecen falsos...? ~Se preguntó a si misma, no le interrogaría al respecto para evitar cualquier tipo de inconveniente que pudiera llegar a darse. Además que la respuesta que la peliceleste pudiera llegar a darle podría llegar a darle otro derechazo a la autoestima que ya la traía bastante golpeada. ~Pensar que solo pasaron unos minutos… ~
Lo importante era llegar hasta donde Noemi quería, ya luego podría arriesgarse a preguntar más cosas como esa duda que le quedó dando vueltas por su mente. ~Ya le preguntaré… ~Pensaba sin parar la marcha, quería llegar cuanto antes.
–Al menos hiciste algo bueno por tu aldea. –Le soltó con bastante tranquilidad sin dar mayor importancia a la reacción de la pequeña kunoichi. En ciertos casos Noemi solía mostrarse con cierta falta de tacto y lamentablemente a la peliceleste le tocaría soportarla de esa manera, aunque principalmente la mayor se había puesto de esa manera por su injustificada envidia.
Ahora lo importante. Esa pregunta que le formuló Eri que hizo que Sakamoto se retorciera en su lugar, no por rechazo, por el contrario. ~¡Qué me la llevo a casa! ~Primera vez en su vida que le llamaban de esa manera y si bien, le hacía sentir ciertamente vieja, le quedó gustando. ~Ahora… ¿Por qué carajo el viejo no le hizo un segundo hijo...? ~Comenzó a cuestionarse Noemi casi olvidando por completo que no estaba sola. ~Todavía son jóvenes y a mamá no se le han caído ni nada… ~Y así siguió por un rato totalmente desconectada del universo.
De un instante a otro, la rubia desvió totalmente su mirada al suelo, a un lado de donde ella justo acababa de pasar donde teóricamente no había nada. –A entrenar… Mi padre dijo que era un buen lugar. – Respondió natural como si nunca hubiese pasado nada. Lo que la había traído de vuelta no fue el recuerdo de la pregunta, tampoco Eri ni mucho menos la propia fuerza de voluntad de la chica, nada de eso. Fue una paloma desgraciada que por un milímetro falló al blanco que era la de Taki justamente. –No lo sé, no sé mucho del torneo, siquiera el rango de los participantes y eso. –Agregó al cabo de unos pasos ya habiendo perdido de vista la gracia de la paloma. –A todo esto… ¿Llevas mucho trabajando como kunoichi? –~Como sea una prodigio… ~