29/02/2016, 20:11
A final de cuentas el gordo no pudo hacer nada de lo que pretendía y casi podía darse por sentado que el plan de ambos se había ido al traste, o eso suponía Ritsuko que seguía reteniendo al más delgado de los pervertidos pero las cosas como de costumbre no iban a ser tan sencillas. Luego de que Anzu le propinara una potente patada en la cara el chico chilló y se quedó desparramado en el suelo lloriqueando por el dolor de tener la nariz partida pero él solito se lo había buscado e incluso le había sacado una sádica sonrisa a la pelirroja.
- ¿Cambiaste de opinión? - Consultó a su compañera sin siquiera prestar atención al chico que tenía atrapado. Posiblemente un error más que grave pero por suerte no lo cometió en una misión ni nada por el estilo, seguían dentro de la villa así que nadie debería de correr peligro.
En el momento de distracción, el tal Hotaru se las ingenió para dejar caer una bomba sonora que al instante en que chocó contra el suelo produjo un estruendo simplemente insoportable para ambas chicas que terminaron por retorcerse y taparse los oídos, fue ahí cuando el chico logró liberarse al fin de la kunoichi de ojos rojos y no tardó ni un instante en invocar un arma, algo que le dio a entender a Ritsuko por lo menos que se encontraba en desventaja frente a estos genins y posiblemente todo lo que habían logrado o había sido suerte o porque ellos no pretendían lastimarlas de ninguna manera.
-¡POR TAKESHI!
Gritó el shinobi al mismo tiempo que se lanzaba sobre la aturdida Ritsuko con la intención de asestarle un golpe directo a la cara. - Puta… - Soltó la chica que apenas si llegó a reccionar como para evitar el golpe dejándose caer hacia un lado. Luego aprovecharía para reincorporarse y dar un par de saltos a la misma dirección en la que se encontraba la rubia. ~ Podría haberlo parado seguro con la máscara… ~ Pensó la pelirroja mientras hacia una serie de sellos pura y exclusivamente para soltar por la válvula de la mano un hilo de lava al suelo justo delante del chico. Principalmente a modo de advertencia. - A la próxima no fallaré… - Le amenazó fulminándole con la mirada, esperando que sus advertencias fueran escuchadas y no terminase yéndose todo a mayores. Para colmo estaba prácticamente desnuda aunque el gordo se dedicaba a lloriquear en el suelo así que podría decirse que las chicas se encontraban en ventaja numérica.
- ¿Cambiaste de opinión? - Consultó a su compañera sin siquiera prestar atención al chico que tenía atrapado. Posiblemente un error más que grave pero por suerte no lo cometió en una misión ni nada por el estilo, seguían dentro de la villa así que nadie debería de correr peligro.
En el momento de distracción, el tal Hotaru se las ingenió para dejar caer una bomba sonora que al instante en que chocó contra el suelo produjo un estruendo simplemente insoportable para ambas chicas que terminaron por retorcerse y taparse los oídos, fue ahí cuando el chico logró liberarse al fin de la kunoichi de ojos rojos y no tardó ni un instante en invocar un arma, algo que le dio a entender a Ritsuko por lo menos que se encontraba en desventaja frente a estos genins y posiblemente todo lo que habían logrado o había sido suerte o porque ellos no pretendían lastimarlas de ninguna manera.
-¡POR TAKESHI!
Gritó el shinobi al mismo tiempo que se lanzaba sobre la aturdida Ritsuko con la intención de asestarle un golpe directo a la cara. - Puta… - Soltó la chica que apenas si llegó a reccionar como para evitar el golpe dejándose caer hacia un lado. Luego aprovecharía para reincorporarse y dar un par de saltos a la misma dirección en la que se encontraba la rubia. ~ Podría haberlo parado seguro con la máscara… ~ Pensó la pelirroja mientras hacia una serie de sellos pura y exclusivamente para soltar por la válvula de la mano un hilo de lava al suelo justo delante del chico. Principalmente a modo de advertencia. - A la próxima no fallaré… - Le amenazó fulminándole con la mirada, esperando que sus advertencias fueran escuchadas y no terminase yéndose todo a mayores. Para colmo estaba prácticamente desnuda aunque el gordo se dedicaba a lloriquear en el suelo así que podría decirse que las chicas se encontraban en ventaja numérica.