2/03/2016, 01:03
- Vaya, si aprietas mucho, es como sir=HotPink]- ¿Podemos quedarnos las meras imitaciones?
- Claro...
Juro contuvo un bostezo. No llevaban mucho rato, pero era totalmente insoportable. ¿Que iban a hacer? Estaba seguro de que no aguantarian mucho más...
- Bueno, si les parece comencemos con la siguiente. Esta nueva lanza es una mejora de la anterior, que incorpora...
- Espere - le interrumpió la mujer, curiosa - ¿Como se fábrica estas lanzas? Parece fácil....
- Yumiko, cariño, no interrumpas al señor... - dijo el hombre, cariñosamente.
- ¿Como me has llamado?
Juro se echo para atrás, asustado. El tono de voz de la mujer no era para nada el de antes. Ahora parecía... Que iba en serio, si. Hasta el hombre se llevó una mano a la boca. Takeshi comprendió que debia callar y observar.
La cosa no pintaba bien.
..............................................................
Mientras, ajena a la matanza que pronto se ejecutados, Ritsuko andaba felizmente con su nueva yaya, a la que si la cosa seguía así, tendría que adoptar.
- ¡Ocupado! -
Ritsuko sorteo hábilmente la trampa, es decir, la habitación ocupada. La anciana sólo pudo protestar y obedecer a las órdenes de su nueva dueña. Al girarla, se volvio a perder y ortra vez se agarró a la chica, buscando una guía.
Pasaron de largo, mientras los gemidos de la mujer se aventuaban. ¿Habia tambien gemidos masculinos? Parecía haberlos. Daba igual, ambas habían pasado aquella misteriosa habitación.
Caminaron por un largo pasillo, hasta localizar otra puerta sin nada que la identificase. La abril insegura... Y para su sorpresa, ahí estaba el baño. Bueno, lo que parecía ser un baño extra que habían dejado aparte por ahí. Una taza de vater llena de suciedad y un lavabo, en pocos metros cuadrados. Difícilmente cabrían las dos ahí. Y estaba el hecho de que sólo había una, además de estar hecho un asco...
- ¡Pis! ¡Pis! - la mujer se puso entre la puerta y la kunoichi, exigiendo algo. Si, todo apuntaba a que Ritsuko iba a tener que ayudar a la mujer, y lidiar con el problema de la suciedad.
Nadie en su sano judío se sentaría ahí. Menos la anciana senil, claro.
- Claro...
Juro contuvo un bostezo. No llevaban mucho rato, pero era totalmente insoportable. ¿Que iban a hacer? Estaba seguro de que no aguantarian mucho más...
- Bueno, si les parece comencemos con la siguiente. Esta nueva lanza es una mejora de la anterior, que incorpora...
- Espere - le interrumpió la mujer, curiosa - ¿Como se fábrica estas lanzas? Parece fácil....
- Yumiko, cariño, no interrumpas al señor... - dijo el hombre, cariñosamente.
- ¿Como me has llamado?
Juro se echo para atrás, asustado. El tono de voz de la mujer no era para nada el de antes. Ahora parecía... Que iba en serio, si. Hasta el hombre se llevó una mano a la boca. Takeshi comprendió que debia callar y observar.
La cosa no pintaba bien.
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Mientras, ajena a la matanza que pronto se ejecutados, Ritsuko andaba felizmente con su nueva yaya, a la que si la cosa seguía así, tendría que adoptar.
- ¡Ocupado! -
Ritsuko sorteo hábilmente la trampa, es decir, la habitación ocupada. La anciana sólo pudo protestar y obedecer a las órdenes de su nueva dueña. Al girarla, se volvio a perder y ortra vez se agarró a la chica, buscando una guía.
Pasaron de largo, mientras los gemidos de la mujer se aventuaban. ¿Habia tambien gemidos masculinos? Parecía haberlos. Daba igual, ambas habían pasado aquella misteriosa habitación.
Caminaron por un largo pasillo, hasta localizar otra puerta sin nada que la identificase. La abril insegura... Y para su sorpresa, ahí estaba el baño. Bueno, lo que parecía ser un baño extra que habían dejado aparte por ahí. Una taza de vater llena de suciedad y un lavabo, en pocos metros cuadrados. Difícilmente cabrían las dos ahí. Y estaba el hecho de que sólo había una, además de estar hecho un asco...
- ¡Pis! ¡Pis! - la mujer se puso entre la puerta y la kunoichi, exigiendo algo. Si, todo apuntaba a que Ritsuko iba a tener que ayudar a la mujer, y lidiar con el problema de la suciedad.
Nadie en su sano judío se sentaría ahí. Menos la anciana senil, claro.