4/03/2016, 13:30
-Si, un médico... pero... el gilipollas este...
Daruu suspiró. «Es que es lo que teníamos que haber hecho desde un principio, no ponernos a buscar como unos locos por un bosque...»
Era de esperar, pero a Yota le temblaban muchísimo las manos. «Como alguien que ha estado al borde de la muerte».
-Si, un médico... pero... el gilipollas este... No vayas a creerte a ese puto asesino, Daruu-san, no lo hagas. simplemente buscaba divertirse con nosotros... ¿Y si acabamos con él? Quién sabe quién más podría caer apresado por él en el futuro.
Daruu levantó las cejas y abrió los ojos, sorprendido. Acto seguido, se dio la vuelta y señaló a la puerta. «Definitivamente no sé quién está peor de la cabeza, si el chamán o él».
—Aquí no muere nadie, me da igual si piensas que es un asesino o si él piensa que tú te tienes que beber sus potingues o morir. Nosotros nos vamos —sentenció.
Yota se levantó detrás de él y dio un largo suspiro. Rebuscó en los bolsillos y todos los músculos de Daruu se tensaron a una, pensando que quizás estaba a punto de sacar un cuchillo, desoyéndolo y asesinando al chamán. Para su sorpresa, lo que estaba haciendo era ofrecerle un caramelo. «En serio, este muchacho es impredecible». Aceptó el caramelo para complacerlo y se lo metió en la boca.
—Gracias, Yota-san. Hala, ¡vámonos! —anunció, y sin esperarlo salió corriendo por el umbral de la puerta—. ¡Vamos, que como se despierte la hemos liado!
Saltó a la rama del primer árbol que encontró y de ahí brincó de vegetal en vegetal en dirección a los Dojos del Combatiente, aunque realmente no sabía si Yota querría dirigirse ahora allí.
—Mi sugerencia es buscar el médico en los Dojos, eres un participante. No creo que sólo tú quieras "llegar al torneo en plenas condiciones" —apuntó—. En el estadio es donde mejor te podrán tratar.
Daruu suspiró. «Es que es lo que teníamos que haber hecho desde un principio, no ponernos a buscar como unos locos por un bosque...»
Era de esperar, pero a Yota le temblaban muchísimo las manos. «Como alguien que ha estado al borde de la muerte».
-Si, un médico... pero... el gilipollas este... No vayas a creerte a ese puto asesino, Daruu-san, no lo hagas. simplemente buscaba divertirse con nosotros... ¿Y si acabamos con él? Quién sabe quién más podría caer apresado por él en el futuro.
Daruu levantó las cejas y abrió los ojos, sorprendido. Acto seguido, se dio la vuelta y señaló a la puerta. «Definitivamente no sé quién está peor de la cabeza, si el chamán o él».
—Aquí no muere nadie, me da igual si piensas que es un asesino o si él piensa que tú te tienes que beber sus potingues o morir. Nosotros nos vamos —sentenció.
Yota se levantó detrás de él y dio un largo suspiro. Rebuscó en los bolsillos y todos los músculos de Daruu se tensaron a una, pensando que quizás estaba a punto de sacar un cuchillo, desoyéndolo y asesinando al chamán. Para su sorpresa, lo que estaba haciendo era ofrecerle un caramelo. «En serio, este muchacho es impredecible». Aceptó el caramelo para complacerlo y se lo metió en la boca.
—Gracias, Yota-san. Hala, ¡vámonos! —anunció, y sin esperarlo salió corriendo por el umbral de la puerta—. ¡Vamos, que como se despierte la hemos liado!
Saltó a la rama del primer árbol que encontró y de ahí brincó de vegetal en vegetal en dirección a los Dojos del Combatiente, aunque realmente no sabía si Yota querría dirigirse ahora allí.
—Mi sugerencia es buscar el médico en los Dojos, eres un participante. No creo que sólo tú quieras "llegar al torneo en plenas condiciones" —apuntó—. En el estadio es donde mejor te podrán tratar.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)