14/03/2016, 05:57
El filo de Bohimei cortaba el aire a gran velocidad, produciendo un sonido único de ella. El arma buscaba el cuello de lo que fuera que amenazara a su amo, aunque en realidad era poca la amenaza que representaba un solitario chico paseando por el bosque. Pero fue tarde cuando la mente de Kazuma razono aquello, pues su cuerpo realizaba aquel movimiento ensayado miles de veces con una fluidez irrefrenable.
«No…» —Fue la única palabra que acudió a su mente cuando ya daba a aquel chico por muerto, ya que con tanta adrenalina y velocidad no tenía oportunidad de activar la cubierta de seguridad de Bohimei.
Faltando solo centímetros para crear un cuerpo decapitado, el ataque se vio interceptado por un objeto y un movimiento de naturalezas similares: El chico había logrado reaccionar con la suficiente velocidad como para bloquear la espada del Ishimura con la suya propia, produciendo un destello de chispas escarlatas y un eco metálico.
—¡Detente! —Fue lo primero que le dijo a aquel muchacho que lo había atacado por sorpresa. —Tranquilízate, por favor...
Al ver la expresión alarmada de aquel muchacho cayó en cuenta de que aún mantenía su espada en alto.
—Cielos, yo... Lo siento —se disculpo sinceramente y envainó su katana—. Pensé que se trataba de una de las bestias del bosque.
Su tono era calmado y cordial, como si estuviera tomando té y hablando del clima con un conocido. La verdad es que se encontraba bastante avergonzado por lo precipitado de su ataque, pero su rostro le era leal y no lo traicionaba mostrando su turbación. Tomo un poco de distancia y observó con detenimiento a aquel extraño.
Se trataba de un chico alto y de cabellos negros, por sus facciones se podía deducir fácilmente que era un poco mayor. Algo de él le causaba cierta sensación de curiosidad, y no era aquel par de ojos de colores contrastantes entre sí. Ciertamente le alegraba que el desconocido siguiera con vida, pero fue la forma en que se protegió lo que le delató como algo más que un civil.
«Definitivamente está acostumbrado a manejar esa arma —una vida entera practicando el arte de la espada le había dado el don de reconocer a sus semejantes—. Bien podría ser un ninja, pero no veo una bandana por ningún lado y no creo que sea de por aquí, pues no se habría adentrado en el bosque sabiendo lo del jabalí.»
—Dime viajero —se mantuvo en una postura que indicaba que no estaba dispuesto a bajar la guardia—. ¿Qué es lo que buscas en un lugar tan peligroso como este?
El sujeto podía ser cualquier cosa; Un caza recompensa en busca de dinero a cambio de matar a la bestia o un cazador en busca de la fama que traería la cabeza de tan infame animal. Pero también podría tratarse de un bandido o de un mata viajeros. No lo sabía, pero hasta no tener certeza de nada no se permitiria perder la calma ni bajar la guardia.
«No…» —Fue la única palabra que acudió a su mente cuando ya daba a aquel chico por muerto, ya que con tanta adrenalina y velocidad no tenía oportunidad de activar la cubierta de seguridad de Bohimei.
Faltando solo centímetros para crear un cuerpo decapitado, el ataque se vio interceptado por un objeto y un movimiento de naturalezas similares: El chico había logrado reaccionar con la suficiente velocidad como para bloquear la espada del Ishimura con la suya propia, produciendo un destello de chispas escarlatas y un eco metálico.
—¡Detente! —Fue lo primero que le dijo a aquel muchacho que lo había atacado por sorpresa. —Tranquilízate, por favor...
Al ver la expresión alarmada de aquel muchacho cayó en cuenta de que aún mantenía su espada en alto.
—Cielos, yo... Lo siento —se disculpo sinceramente y envainó su katana—. Pensé que se trataba de una de las bestias del bosque.
Su tono era calmado y cordial, como si estuviera tomando té y hablando del clima con un conocido. La verdad es que se encontraba bastante avergonzado por lo precipitado de su ataque, pero su rostro le era leal y no lo traicionaba mostrando su turbación. Tomo un poco de distancia y observó con detenimiento a aquel extraño.
Se trataba de un chico alto y de cabellos negros, por sus facciones se podía deducir fácilmente que era un poco mayor. Algo de él le causaba cierta sensación de curiosidad, y no era aquel par de ojos de colores contrastantes entre sí. Ciertamente le alegraba que el desconocido siguiera con vida, pero fue la forma en que se protegió lo que le delató como algo más que un civil.
«Definitivamente está acostumbrado a manejar esa arma —una vida entera practicando el arte de la espada le había dado el don de reconocer a sus semejantes—. Bien podría ser un ninja, pero no veo una bandana por ningún lado y no creo que sea de por aquí, pues no se habría adentrado en el bosque sabiendo lo del jabalí.»
—Dime viajero —se mantuvo en una postura que indicaba que no estaba dispuesto a bajar la guardia—. ¿Qué es lo que buscas en un lugar tan peligroso como este?
El sujeto podía ser cualquier cosa; Un caza recompensa en busca de dinero a cambio de matar a la bestia o un cazador en busca de la fama que traería la cabeza de tan infame animal. Pero también podría tratarse de un bandido o de un mata viajeros. No lo sabía, pero hasta no tener certeza de nada no se permitiria perder la calma ni bajar la guardia.