16/03/2016, 06:42
Nuevamente la kunoichi tuvo que retorcerse en su mente tras escuchar las palabras de la pequeña que estaba oculta detrás suyo. Esos "neesan" la estaban torturando pero no de mala manera, por el contrario, casi que estaban despertándole un instinto que ella al menos desconocía o desde cierta perspectiva un instinto que no debería de tener por ningún motivo. De todas formas, no había nada que pudiera llegar a hacerle a ello, después de todo disfrutaba de ese trato pese a que dejaba en evidencia la diferencia de edades.
Volviendo a lo importante, ese desconocido del otro lado de la ventana al instante en que escuchó el nombre de la mayor de las jóvenes saltó por la ventana y procedió a presentarse. Acto seguido, hizo un pedido a Eri para que hiciera lo mismo aunque lo hizo con algo de timidez de por medio. De cualquier manera, lo que Noemi no podía evitar era analizar con la mirada el aspecto físico de este hombre que tenía delante. ~De no ser por el Uchiha me lo pensaría… ~Confesó en su mente manteniendo una mirada serena y esa cordial sonrisa en su rostro.
Luego de las presentaciones, el tal Kuro decidió soltar un comentario acerca de un posible encuentro dentro de lo que se suponía era un restaurante. Un abuelo algo gruñón que vaya uno a saber que tipo de persona sería en realidad y claro, en ese instante en que ellas debían de seguirle al interior del edificio la rubia aprovechó para voltearse a mirar a su compañera de cabellos celestes aunque con una mirada bastante más seria. —Si llega a pasar algo… Intenta escapar aunque sea por alguna ventana. ¿Sí? —Dijo a la más joven, esperando que aceptara lo que le decía. Por mucho que sean kunoichis no podían ir y matar civiles así porque si y menos en otro país, aunque en realidad si hacían bien las cosas no tendrían ningún problema pero siendo genins…
Habiendo hecho las aclaraciones necesarias para con su compañera, Noemi se dispuso a seguir los pasos del joven ingresando así al restaurante donde todo se veía en muy buen estado y claro que debía de ser así, si se trataba de un lugar completamente nuevo ya que ni en el mapa figuraba siendo este de hace menos de un mes. —Dígame señor Kuro… ¿Por qué construyeron el restaurante en el medio de la nada? —Unos momentos atrás habían mencionado los motivos, pero era algo demasiado abierto a la imaginación para el gusto de la rubia así que buscaría algo más de detalle en medida de lo posible, aunque siempre estándose atenta de todo a su alrededor para evitar perderse o algo por el estilo si algo llegaba a pasar.
Volviendo a lo importante, ese desconocido del otro lado de la ventana al instante en que escuchó el nombre de la mayor de las jóvenes saltó por la ventana y procedió a presentarse. Acto seguido, hizo un pedido a Eri para que hiciera lo mismo aunque lo hizo con algo de timidez de por medio. De cualquier manera, lo que Noemi no podía evitar era analizar con la mirada el aspecto físico de este hombre que tenía delante. ~De no ser por el Uchiha me lo pensaría… ~Confesó en su mente manteniendo una mirada serena y esa cordial sonrisa en su rostro.
Luego de las presentaciones, el tal Kuro decidió soltar un comentario acerca de un posible encuentro dentro de lo que se suponía era un restaurante. Un abuelo algo gruñón que vaya uno a saber que tipo de persona sería en realidad y claro, en ese instante en que ellas debían de seguirle al interior del edificio la rubia aprovechó para voltearse a mirar a su compañera de cabellos celestes aunque con una mirada bastante más seria. —Si llega a pasar algo… Intenta escapar aunque sea por alguna ventana. ¿Sí? —Dijo a la más joven, esperando que aceptara lo que le decía. Por mucho que sean kunoichis no podían ir y matar civiles así porque si y menos en otro país, aunque en realidad si hacían bien las cosas no tendrían ningún problema pero siendo genins…
Habiendo hecho las aclaraciones necesarias para con su compañera, Noemi se dispuso a seguir los pasos del joven ingresando así al restaurante donde todo se veía en muy buen estado y claro que debía de ser así, si se trataba de un lugar completamente nuevo ya que ni en el mapa figuraba siendo este de hace menos de un mes. —Dígame señor Kuro… ¿Por qué construyeron el restaurante en el medio de la nada? —Unos momentos atrás habían mencionado los motivos, pero era algo demasiado abierto a la imaginación para el gusto de la rubia así que buscaría algo más de detalle en medida de lo posible, aunque siempre estándose atenta de todo a su alrededor para evitar perderse o algo por el estilo si algo llegaba a pasar.