13/05/2015, 00:10
Mientras nuestra charla transcurría con normalidad, seguíamos caminando decididos hacía nuestro nuevo destino. Ya habíamos cruzado el puente Kannabi y seguimos directo a un camino que llevaba inexorablemente hacía la entrada al bosque de la Hoja.
Riko no dijo muy convencido lo que no le gustaba los problemas, pero pareció querer arreglarlo en el último momento. -Si eso, cacemos un poco juntos. Será divertido, sin duda. No tenía ningún problema en cazar o en hacer lo que fuera, por que estaba realmente entusiasmado. Aunque por un momento pensé a que se refería a personas y no en animales.
Cerré los ojos durante un instante, como si quisiera reflexionar antes las palabras de Riko y después contesté a mi compañero sonriente, pues me di cuenta de que había mal interpretado mis palabras. -No no no, creo que ha habido un mal entendido. Yo no soy para nada problemático, pero me gusta hacer justicia. ¿Si vieras un asalto en mitad de un camino no irías a ayudar? pues a ese tipo de problemas me refería. Aunque nuestras villas estén en paz, no quiere decir que hayan desaparecido los criminales.
Sabía que mi comentario era irrefutable, da igual en que país se encuentre uno, pues no existe ningún lugar en el que no se deba repartir justicia. -Bueno, eso que habías dicho antes, eso de cazar... ¿Te referías a algún animal? Le pregunté con curiosidad.
Shokkou Riko aseguró que su aguante al clima era cuestión de adaptación, que no tenía que ver para nada en la fueraza. Aseguró que adaptarse era en lo que consistía la vida de un shinobi -En eso y en otras muchas cosas más. A fin de cuentas, adaptarse es hacerse más fuerte. Todo lo que te haga más fuerte es lo que realmente importa en la vida de un shinobi.
Seguíamos caminando por un camino que poco a poco, se volvía más pedregoso y agreste. Se podía ver a lo lejos el claro del bosque, a partir de ahora había que ir con los ojos abiertos, sobre todo para evitar posibles emboscadas.
Riko no dijo muy convencido lo que no le gustaba los problemas, pero pareció querer arreglarlo en el último momento. -Si eso, cacemos un poco juntos. Será divertido, sin duda. No tenía ningún problema en cazar o en hacer lo que fuera, por que estaba realmente entusiasmado. Aunque por un momento pensé a que se refería a personas y no en animales.
Cerré los ojos durante un instante, como si quisiera reflexionar antes las palabras de Riko y después contesté a mi compañero sonriente, pues me di cuenta de que había mal interpretado mis palabras. -No no no, creo que ha habido un mal entendido. Yo no soy para nada problemático, pero me gusta hacer justicia. ¿Si vieras un asalto en mitad de un camino no irías a ayudar? pues a ese tipo de problemas me refería. Aunque nuestras villas estén en paz, no quiere decir que hayan desaparecido los criminales.
Sabía que mi comentario era irrefutable, da igual en que país se encuentre uno, pues no existe ningún lugar en el que no se deba repartir justicia. -Bueno, eso que habías dicho antes, eso de cazar... ¿Te referías a algún animal? Le pregunté con curiosidad.
Shokkou Riko aseguró que su aguante al clima era cuestión de adaptación, que no tenía que ver para nada en la fueraza. Aseguró que adaptarse era en lo que consistía la vida de un shinobi -En eso y en otras muchas cosas más. A fin de cuentas, adaptarse es hacerse más fuerte. Todo lo que te haga más fuerte es lo que realmente importa en la vida de un shinobi.
Seguíamos caminando por un camino que poco a poco, se volvía más pedregoso y agreste. Se podía ver a lo lejos el claro del bosque, a partir de ahora había que ir con los ojos abiertos, sobre todo para evitar posibles emboscadas.