13/05/2015, 00:31
(Última modificación: 13/05/2015, 00:55 por Sasagani Yota.)
-¿Y por qué no te trajiste a Kota-niisan?-
-¿Y por qué no contigo, Yotita? ¡Ya verás que no es tan aburrido! Además, Yamiria es un lugar muy bonito-
-Seguro...-
*Y también será un fastidio..* me dije para mis adentros mientras caminabamos, mamá y yo en dirección a la capital del Remolino.
Pero a decir verdad no le encontraba atractivo alguno en acompañar a mamá a aquel lugar a comprar quién sabe qué mientras derrochaba aquellos valiosos momentos en los que podría estar entrenando y mejorando mis habilidades ahora que recién había sido ascendido a gennin. De hecho la bandana, reluciente y de una tela carmesí adornaba mi frente como de un destello de luz se tratase, radiante.
Varias horas después, tras aquella larga caminata desde Uzushiogakure llegamos a nuestro destino. A decir verdad en algo tuvo razón, aquel lugar era majestuoso, cada local estaba decorado con exquisitez y al fondo, como si de un cuadro de un artista se tratase, el castillo del señor feudal se alzaba aún con mayor majestuosidad. Embobado fui siguiendo a mamá, que se giró para ver mi impresión, la cual fue justa la que esperaba así que no pudo hacer otra cosa que esbozar una tenue sonrisa de satisfacción mientras con la mano me dio un golpecito en el hombro para que avanzase. En cuanto salí de aquel pequeño trance metí mi medallón, aquella preciada joya que estaba suspendida en mi cuello y se alzaba a la altura de mi pecho en el interior de la camiseta negra, no me gustaba ir enseñándola para que algún listo tratase de arrancármela de un tirón. No señor, era demasiado importante.
Estuvimos un largo rato deambulando de local en local hasta que estaba agotado, jadeaba de puro aburrimiento hasta que me detuve en seco. Por suerte, mamá ni se percató y siguió caminando. Era mi oportunidad de desaparecer sin ser visto así que no lo pensé dos veces, doblé la esquina y desaparecí de aquella avenida principal. Apoyé mis manos en mis rodillas y curve mi espalda para soltar un bufido de alivio mientras trataba de recuperar el aliento.
*Joder... ¡Qué manía con el comprar!*
-¿Y por qué no contigo, Yotita? ¡Ya verás que no es tan aburrido! Además, Yamiria es un lugar muy bonito-
-Seguro...-
*Y también será un fastidio..* me dije para mis adentros mientras caminabamos, mamá y yo en dirección a la capital del Remolino.
Pero a decir verdad no le encontraba atractivo alguno en acompañar a mamá a aquel lugar a comprar quién sabe qué mientras derrochaba aquellos valiosos momentos en los que podría estar entrenando y mejorando mis habilidades ahora que recién había sido ascendido a gennin. De hecho la bandana, reluciente y de una tela carmesí adornaba mi frente como de un destello de luz se tratase, radiante.
Varias horas después, tras aquella larga caminata desde Uzushiogakure llegamos a nuestro destino. A decir verdad en algo tuvo razón, aquel lugar era majestuoso, cada local estaba decorado con exquisitez y al fondo, como si de un cuadro de un artista se tratase, el castillo del señor feudal se alzaba aún con mayor majestuosidad. Embobado fui siguiendo a mamá, que se giró para ver mi impresión, la cual fue justa la que esperaba así que no pudo hacer otra cosa que esbozar una tenue sonrisa de satisfacción mientras con la mano me dio un golpecito en el hombro para que avanzase. En cuanto salí de aquel pequeño trance metí mi medallón, aquella preciada joya que estaba suspendida en mi cuello y se alzaba a la altura de mi pecho en el interior de la camiseta negra, no me gustaba ir enseñándola para que algún listo tratase de arrancármela de un tirón. No señor, era demasiado importante.
Estuvimos un largo rato deambulando de local en local hasta que estaba agotado, jadeaba de puro aburrimiento hasta que me detuve en seco. Por suerte, mamá ni se percató y siguió caminando. Era mi oportunidad de desaparecer sin ser visto así que no lo pensé dos veces, doblé la esquina y desaparecí de aquella avenida principal. Apoyé mis manos en mis rodillas y curve mi espalda para soltar un bufido de alivio mientras trataba de recuperar el aliento.
*Joder... ¡Qué manía con el comprar!*
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa