19/03/2016, 14:29
Tatsuya pudo encontrar una explicación sincera por parte de Kazuma; era muy cierto, la muerte estaba en todos lados pero quizás el joven Takanashi simplemente había tratado de no verla, de creer que era algo lejano, cuando en realidad estaba más cerca de lo que el creía. Desde pequeño su padre casi siempre estaba afuera en misiones de espionaje, el niño siempre tuvo el miedo de que no volviese, a pesar de que Takigakure mantenía en secreto su existencia seguían estando en medio de una guerra, y, el día que el Zorro de las Nueve Colas destruyó Kusagakure hubo quienes festejaron, pero Tatsuya no podía alegrarse de la desgracia ajena, más aún sabiendo que el Kyubi pudo haberlos destruido a ellos o a cualquier otra aldea. Tal y como decía Kazuma, la muerte está rondando todo el tiempo alrededor de todas las personas, durante cada momento, pero talvez siempre tratamos de evitar pensar en ella.
Kazuma también parecía entender el sentimiento de impotencia que genera el desprenderse de su arma, mucha gente siente que poseer una katana te hace alguien muy fuerte y peligroso, algunas personas ególatras llegan a llenarse de vanidad al sentirse superiores por el simple hecho de tener una y buscan aprovecharse de ello para intimidar a los demás. Pero lo cierto es que alguien que realmente esta consciente de lo que implica tener una espada entiende que sin ella será tal y como las demás personas, una espada da una gran fortaleza a su portador a la vez que se convierte en su debilidad.
Tatsuya notó que cuando Kazuma se recostó en la roca y le habló respecto a sus habilidades se mostraba algo azareado por el hecho de no poder utilizar una naturaleza del chakra y que, se había concentrado única y exclusivamente en el kenjutsu, realmente le sorprendía, pues aquello demostraba que Kazuma también tenía sus fallos como cualquiera pero había logrado superarlos, perfeccionándose en sus virtudes para sobrellevar sus carencias.
"Un ninja sin ninjutsu, eso suena muy raro"- Pensó, quizás hasta le parecía gracioso por lo paradójico que era.
Además de que Tatsuya solía pensar que la personalidad de alguien podía ser interpretada de acuerdo a la naturakeza del chakra que poseia y solía buscar la manera de asociarlas, pero alguien como Kazuma le resultaba raro, quizás, así como era desconocida su naturaleza así era de misterioso el mismísimo Kazuma. Pronto el joven de los ojos grises se levantó raudo y veloz, algo tenía en mente.
—Tus palabras me han recordado algo... —Aseguro con una sonrisa enorme que era muy poco habitual en él—. Es una historia sobre espadas y destinos que podría ayudarte a formar tu camino ¿Quieres escucharla?
-Me encantaría escucharla, Kazuma-san- Respondió Tatsuya con una sonrisa correspondiendo la del ninja de Uzushio.
Kazuma también parecía entender el sentimiento de impotencia que genera el desprenderse de su arma, mucha gente siente que poseer una katana te hace alguien muy fuerte y peligroso, algunas personas ególatras llegan a llenarse de vanidad al sentirse superiores por el simple hecho de tener una y buscan aprovecharse de ello para intimidar a los demás. Pero lo cierto es que alguien que realmente esta consciente de lo que implica tener una espada entiende que sin ella será tal y como las demás personas, una espada da una gran fortaleza a su portador a la vez que se convierte en su debilidad.
Tatsuya notó que cuando Kazuma se recostó en la roca y le habló respecto a sus habilidades se mostraba algo azareado por el hecho de no poder utilizar una naturaleza del chakra y que, se había concentrado única y exclusivamente en el kenjutsu, realmente le sorprendía, pues aquello demostraba que Kazuma también tenía sus fallos como cualquiera pero había logrado superarlos, perfeccionándose en sus virtudes para sobrellevar sus carencias.
"Un ninja sin ninjutsu, eso suena muy raro"- Pensó, quizás hasta le parecía gracioso por lo paradójico que era.
Además de que Tatsuya solía pensar que la personalidad de alguien podía ser interpretada de acuerdo a la naturakeza del chakra que poseia y solía buscar la manera de asociarlas, pero alguien como Kazuma le resultaba raro, quizás, así como era desconocida su naturaleza así era de misterioso el mismísimo Kazuma. Pronto el joven de los ojos grises se levantó raudo y veloz, algo tenía en mente.
—Tus palabras me han recordado algo... —Aseguro con una sonrisa enorme que era muy poco habitual en él—. Es una historia sobre espadas y destinos que podría ayudarte a formar tu camino ¿Quieres escucharla?
-Me encantaría escucharla, Kazuma-san- Respondió Tatsuya con una sonrisa correspondiendo la del ninja de Uzushio.