Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#25
Con el pelinegro dispuesto a escuchar lo que había por decir, Kazuma se puso manos a la obra.

Ya habían salido del riachuelo y comenzaba a hacer frío, por lo que tendrían que encender un fuego para pasar la noche. Aquello era lo mejor, puesto que si aquel sitio era tan peligroso de día no quería ni imaginar lo letal que podría ser en la oscuridad. La fogata tardo un poco en encender debido a la humedad reinante, pero al final lograron conseguir un fuego bastante caluroso.

Las llama crepitaban al quemar la madera y soltar las ascuas que les mantendrían cálidos. Solo necesitaban algo con lo cual llenarse el estómago. Irónicamente había miles de hongos que podían comer, pero estaban mezclados con miles que podrían matarlos. Por suerte el Ishimura se había ido preparado; Los aldeanos le dieron una mochila llena con comida, al menos lo suficiente para permanecer un buen rato en el bosque.

«Al principio no me agrado nada su indirecta de darme suficiente comida para pasar una semana aquí —lo considero algo muy poco cortés—, pero he de admitir que resultó siendo de utilidad.»

Comenzó a revisar su mochila mientras trataba de recordar cómo se comía cada alimento. Aunque en realidad solo eran un montón de hongos eran lo mejor que pudo llevar consigo. En la parte superior encontró unos níscalos delgados y secos. Los pobladores le habían dicho que se podían comer solos y sin nada más.

Esto servirá. —Aseguró mientras le pasaba a su compañero una bolsita de aquellas setas.

Sacó dos botellas de agua, una para cada uno. Se rescato en un tronco cercano, para descansar mientras probaba la comida. Su sabor era bastante curioso; tenían un gusto a tocineta y al mismo tiempo eran un poco picantes como el curry. Estaban un poco tiesos, pero aun así sabían muy bien. Aunque comerse unos hongos mientras que te rodeaban algunos que podrían matarte al contacto, podría afectarles el apetito.

Ahora que estamos cómodos podré contarte la historia —El bosque se había vuelto terriblemente oscuro y el fuego proyectaba sombras distorsionadas en la orilla de aquel riachuelo—. Esto es algo que me contó mi maestro cuando noto mi gran pasión por las armas y el combate. —Comenzaba a recordar las palabras que escuchó en aquel entonces.

Se acomodo y mientras miraba el fuego danzante comenzó su relato.

Hace mucho tiempo, más del que pudiera ser recordado, el país del agua se encontraba bajo la amenaza constante de muchos peligros… Uno de ellos, aunque difícil de creer, era un poderoso demonio llamado Hōnnana no Akuma… En el folclore popular se decía que su crueldad y sed de sangre eran incomparables. Muchos sacerdotes trataron de detenerlo, pero resultaba demasiado poderoso. Se decía que era gigantesco y de forma humanoide, y que su poder provenía de siete cuernos que crecían por todo su cuerpo, cada uno con habilidades distintas.

Hizo una pausa para hacerse una imagen mental de aquel abominable ser.

Incapaces de seguir tolerando sus masacres, un grupo de ninjas se reunió para hacerle frente. Eran siete en total, y cada uno tenía que encargarse de un cuerno en particular. Pasaron mucho tiempo estudiando a la criatura y aprendiendo acerca de sus habilidades, hasta que un día estuvieron en condiciones de combatir. Juntos invocaron una espesa niebla para que el demonio no pudiera huir, y entonces comenzó una épica lucho que duró cinco días y cinco noches. Al final, cuando la neblina se dispersó, los siete guerreros se encontraban de pie frente al monstruo que había perdido todos sus cuernos.

Hizo otra pausa, preparándose para el giro que daría la historia.

Para honrarlos por su gran victoria, un grupo de herreros le forjó a cada uno una poderosa e incomparable espada con los cuernos de la bestia. Cuando sus armas les fueron entregadas, fueron condecorados con el título de los siete espadachines de la niebla. Los guerreros más fuerte y valientes del país del agua.

Mordió unos cuantos hongos y tomo un poco de agua.

Pero aquel título legendario, que estaba lleno de honor y gloria, pronto se vio manchado con sangre y crueldad. Cuando se fundó Kirigakure, el grupo fue reclutado como un escuadrón de asesinato. Quizás solo querían servir a su país, pero de igual manera sus actos barbáricos solo eran comparables a los que aquel demonio realizará en vida. Las generaciones pasaban y las espadas iban siendo heredadas igual que las manchas en ellas.

Se sentó derecho y vio como las pavesas brincaban hacia la oscuridad.

Desde entonces se cree que aquellas armas están malditas y que convierten a sus portadores en verdaderos demonios… Pese a eso, sigue habiendo mucho que las buscan para obtener su poder sin importarles en que se puedan convertir y las abominaciones que puedan llegar cometer.

Pensó un poco en los objetivos que tenía para su vida y en lo que se había planteado con anterioridad.

Hubo un tiempo en el que me hubiera gustado tenerlas y volverme más fuerte, pero luego me di cuenta de que solo me convertiría en un carnicero más, pues las estaba codiciando solo como armas… —reflexión un poco sobre sí mismo—. Pero creo que alguien como tú, que ama las espadas por lo que son, podría reunirlas y hacer que dejen de ser simples guillotinas y que se conviertan en los símbolos de valor que solían ser antaño… ¿Te lo imaginas? Tatsuya, el sabio de las siete espadas.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
Responder


Mensajes en este tema
RE: Un jabalí con guarnición de hongos y espadas. - por Hanamura Kazuma - 19/03/2016, 16:56


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.