20/03/2016, 16:13
El joven de cabello negro quedó completamente sorprendido por lo que Kazuma proponía. Aunque era de esperarse, no todos los días te dicen que eres el adecuado para embarcarte en una odisea épica llena de peligros. Pero siempre era así en las mejores historias de aventura; El protagonista no buscaba embarcarse en un viaje ni tener aventuras, pero su objetivo de vida lo llevaba a encontrarse en aquellas situaciones. Hasta podría considerarse una noble meta pues nada tendría que ver con la venganza o con la codicia, sólo se trataría de su amor por las espadas.
—Yo también suelo ser un imán de problemas, jejeje, pero ahora procuro enfrentarlos y no evitarlos, si no lo hago jamás me libraría de ellos —en ocasiones incluso llegaba a buscarlos a sabiendas de las consecuencias—. Por otro lado, toda leyenda viviente ha de comenzar desde abajo… Ya que las historias legendarias no nacen de la nada, son forjadas por la gente que no abandona sus convicciones.
Aún estaban en la noche temprana y el fuego aún tenía mucha vida por delante, pero al día siguiente tendría que levantarse con el alba para continuar con su tarea. Se reclinó en el árbol y cerró los ojos, con todas las intenciones de dormir en aquella postura, por si necesitaba despertarse y moverse rápido. Puso a Bohimei sobre sus piernas y se relajo.
—Ouaaagh, lo mejor será que tratemos de dormir un poco —dijo bostezando—. Lo que te dije… No es algo que tengas que hacer de manera obligada y mucho menos es un deber… Pero si algún día tomas la decisión de emprender ese viaje, bueno, seria genial acompañarte en aquella aventura y volverse parte de la leyenda.
Y sin más cerró los ojos, medio vencido por el cansancio de todo un día en aquel bosque.
—Yo también suelo ser un imán de problemas, jejeje, pero ahora procuro enfrentarlos y no evitarlos, si no lo hago jamás me libraría de ellos —en ocasiones incluso llegaba a buscarlos a sabiendas de las consecuencias—. Por otro lado, toda leyenda viviente ha de comenzar desde abajo… Ya que las historias legendarias no nacen de la nada, son forjadas por la gente que no abandona sus convicciones.
Aún estaban en la noche temprana y el fuego aún tenía mucha vida por delante, pero al día siguiente tendría que levantarse con el alba para continuar con su tarea. Se reclinó en el árbol y cerró los ojos, con todas las intenciones de dormir en aquella postura, por si necesitaba despertarse y moverse rápido. Puso a Bohimei sobre sus piernas y se relajo.
—Ouaaagh, lo mejor será que tratemos de dormir un poco —dijo bostezando—. Lo que te dije… No es algo que tengas que hacer de manera obligada y mucho menos es un deber… Pero si algún día tomas la decisión de emprender ese viaje, bueno, seria genial acompañarte en aquella aventura y volverse parte de la leyenda.
Y sin más cerró los ojos, medio vencido por el cansancio de todo un día en aquel bosque.