21/03/2016, 16:38
—¿Eh? —Una leve sacudida en su hombro le trajo de vuelta al mundo de los despiertos—. Buenos días.
Se levanto lentamente y comenzó a estirarse, para su sorpresa dormir en aquella postura no le había causado el fuerte dolor de espalda que esperaba. Se desperezo y se dirigió al riachuelo para echarse un poco de agua fría en el rostro y con ello despertar por completo.
La noche no había sido precisamente cómoda, puesto que el calor era bastante mayor a lo que estaba acostumbrado. Si no hubieran estado en aquel lugar medianamente fresco, hubiera despertado empapado en sudor. Pese a todo estaban descansados y listos para continuar; la tenue luz que llegaba a aquel arroyo les indicaba por su ángulo que el sol, al igual que ellos, recién estaba regresando al mundo.
«El día de hoy también será caluroso.» —Se dijo a sí mismo.
Mientras observaba los grises restos de lo que fuese su fogata, sentía una extraña sensación de olvido. El Ishimura había soñado con algo significativo, pero por alguna razón no podía recordar lo que era. No le parecía extraño tener viajes oníricos puesto que Bohimei siempre le arrastraba a los mismos, lo que estaba fuera de lo común era el hecho de no recordar nada. Quizás fuera por el cansancio y la incomodidad que sus recuerdos nocturnos se disiparon. Como fuese, no podía permitirse el meditar sobre ello en aquel momento, pues le esperaba una dura jornada por delante.
—Es hora de que nos pongamos en marcha —recogió su cabello, guardo sus cosas y se ajustó la katana en la espalda—, si no tenemos más incidentes y vamos a buen paso podremos llegar hoy al centro del bosque.
Yacía de pie esperando a Tatsuya, quien fuera el único de los dos que podría llevarles por el camino más corto y evitarles el riesgo de perderse.
Se levanto lentamente y comenzó a estirarse, para su sorpresa dormir en aquella postura no le había causado el fuerte dolor de espalda que esperaba. Se desperezo y se dirigió al riachuelo para echarse un poco de agua fría en el rostro y con ello despertar por completo.
La noche no había sido precisamente cómoda, puesto que el calor era bastante mayor a lo que estaba acostumbrado. Si no hubieran estado en aquel lugar medianamente fresco, hubiera despertado empapado en sudor. Pese a todo estaban descansados y listos para continuar; la tenue luz que llegaba a aquel arroyo les indicaba por su ángulo que el sol, al igual que ellos, recién estaba regresando al mundo.
«El día de hoy también será caluroso.» —Se dijo a sí mismo.
Mientras observaba los grises restos de lo que fuese su fogata, sentía una extraña sensación de olvido. El Ishimura había soñado con algo significativo, pero por alguna razón no podía recordar lo que era. No le parecía extraño tener viajes oníricos puesto que Bohimei siempre le arrastraba a los mismos, lo que estaba fuera de lo común era el hecho de no recordar nada. Quizás fuera por el cansancio y la incomodidad que sus recuerdos nocturnos se disiparon. Como fuese, no podía permitirse el meditar sobre ello en aquel momento, pues le esperaba una dura jornada por delante.
—Es hora de que nos pongamos en marcha —recogió su cabello, guardo sus cosas y se ajustó la katana en la espalda—, si no tenemos más incidentes y vamos a buen paso podremos llegar hoy al centro del bosque.
Yacía de pie esperando a Tatsuya, quien fuera el único de los dos que podría llevarles por el camino más corto y evitarles el riesgo de perderse.