22/03/2016, 15:47
No fue mucho el tiempo que les tomó estar listos para partir hacia lo desconocido. Tatsuya se colocó al frente de la marcha pues era quien mejor sabía moverse por aquel sitio. Por su parte Kazuma le seguía el paso a duras penas. Esperaba no tener que pasar más días en aquel sitio, si bien no tendrían que preocuparse por la comida, el solo hecho de estar allí resultaba desgastante.
«De alguna manera parece que sabe exactamente por dónde vamos —le resultaba agradable la seguridad con la cual su compañero se desenvolvió en aquel ambiente—. Tendré que esforzarme un poco más si no quiero retrasarme, después de todo creo que su tarea es más urgente que la mía.»
Caminaban en silencio a través de la espesura, con sus sentidos atentos a cualquier amenaza que pudiera presentarse. Con el tiempo se fueron adentrando más y más, viendo como la flora aumentaba en densidad y tamaño. Con solo acercarse un poco se podía apreciar la antigüedad de los árboles, no eran centenarios, pero los que si lo eran no debían de estar muy lejos.
—¿Kazuma-San puedes seguir? —Dijo volteando a ver hacía atrás.
—Estoy bien, continuemos —En realidad estaba un poco cansado, pero no permitiría que aquello les aminorara el paso a ambos.
El joven de cabellos negros se había subido a lo alto de un hongo para poder orientarse en aquel sitio donde los árboles se volvían cada vez más altos. El de ojos grises decidió quedarse en tierra y confiar en lo visto por él, pues aunque podía escalar junto con su compañero, aquello representaría un gran desgaste para su ya mermada condición.
«De alguna manera parece que sabe exactamente por dónde vamos —le resultaba agradable la seguridad con la cual su compañero se desenvolvió en aquel ambiente—. Tendré que esforzarme un poco más si no quiero retrasarme, después de todo creo que su tarea es más urgente que la mía.»
Caminaban en silencio a través de la espesura, con sus sentidos atentos a cualquier amenaza que pudiera presentarse. Con el tiempo se fueron adentrando más y más, viendo como la flora aumentaba en densidad y tamaño. Con solo acercarse un poco se podía apreciar la antigüedad de los árboles, no eran centenarios, pero los que si lo eran no debían de estar muy lejos.
—¿Kazuma-San puedes seguir? —Dijo volteando a ver hacía atrás.
—Estoy bien, continuemos —En realidad estaba un poco cansado, pero no permitiría que aquello les aminorara el paso a ambos.
El joven de cabellos negros se había subido a lo alto de un hongo para poder orientarse en aquel sitio donde los árboles se volvían cada vez más altos. El de ojos grises decidió quedarse en tierra y confiar en lo visto por él, pues aunque podía escalar junto con su compañero, aquello representaría un gran desgaste para su ya mermada condición.