24/11/2018, 14:36
—Sí, la niebla es peligrosa. Esta temporada suele cobrarse la vida de unos cuantos foráneos todos los años — comentó mientras seguía girando su muñeca, puliendo el vaso a fondo pese a que este estaba ya limpio desde hace varias horas. Tal vez aquel gesto suponía una forma de liberar estrés ocasionado por problemas mayores, y de despejar la mente, como si se tratase de un tipo de tic nervioso.
Ryuko por su parte se debatía con el zumo. "¿Estara realmente bueno? La verdad es que tiene buena pinta" repetía una y otra vez en su mente; se armo de valor, y esperó tener estomago suficiente para si tenia que devolverlo, no tuviera que ser en aquel mismo sitio.
—Yo estaba tratando de llegar a Hanamura, pero lo mismo: el clima me hizo desviarme.
—Ey, Ey, ¿Qué me cuentas? Casi nadie conoce ese tétrico pueblo, y quienes lo hacen evitan pasar por allí a como dé lugar.
—Tengo asuntos pendientes allí —dijo, encontrándose con la mirada extrañada de aquel hombre, que había cesado en su labor—. Además, las supersticiones locales no son algo por lo que un ninja deba de preocuparse.
«¡Esta de vicio! ¡Quien se iba a imaginar que pudieran servir algo tan bue-.» Kazuma entonces levanto con suavidad los cabellos de su frente, dejando mostrar la bandana representativa de su aldea; a lo que el tendero respondió con nerviosismo, pidiéndole silencio y observando a su alrededor. Se trataba de la placa representativa de Kusagakure, tan inesperada sorpresa, hizo que Ryuko acompañara los nervios del tendero, comenzando a toser porque el zumo entro en la vía equivocada.
—Miren, señor ninja y compañía, en este pueblo no nos gustan los problemas, que ya tenemos bastantes. —Lucia preocupado, como si algo le fuese a fastidiar el día mientras Ryuko se golpeaba así misma el pecho con suavidad, hasta recuperar la normalidad. —. Siendo ustedes, me evitaría malos ratos y me marcharía tan pronto como fuese posible. Se los pido, evítennos más problemas de lo necesario, retírense y hare como que no les he visto.
«¡¿De Kusagakure?! ¿Y ahora que hago? Si le muestro mi bandana seguramente desconfié de mi, y lo ultimo que quiero es estar sola en un lugar lleno de camorristas. Y hasta que la niebla no se largue, tampoco puedo ir a ningún lado. » Con no mucho disimulo, la joven se llevo una mano al pecho escondiendo la bandana que llevaba anudada a su cuello. Si el se había dado cuenta tiempo atras no suponía ningún problema, pero tampoco suele ser muy visible con la ropa que vestía en aquella época del año.
— ¿Y eso porqué? ¿Ha ocurrido algo por aquí hace poco? — Acercó la cabeza prestando atención a la conversación con algo de disimulo, mientras se limpiaba con una mano parte del zumo que quedaba por las comisuras de su boca.
Ryuko por su parte se debatía con el zumo. "¿Estara realmente bueno? La verdad es que tiene buena pinta" repetía una y otra vez en su mente; se armo de valor, y esperó tener estomago suficiente para si tenia que devolverlo, no tuviera que ser en aquel mismo sitio.
—Yo estaba tratando de llegar a Hanamura, pero lo mismo: el clima me hizo desviarme.
—Ey, Ey, ¿Qué me cuentas? Casi nadie conoce ese tétrico pueblo, y quienes lo hacen evitan pasar por allí a como dé lugar.
—Tengo asuntos pendientes allí —dijo, encontrándose con la mirada extrañada de aquel hombre, que había cesado en su labor—. Además, las supersticiones locales no son algo por lo que un ninja deba de preocuparse.
«¡Esta de vicio! ¡Quien se iba a imaginar que pudieran servir algo tan bue-.» Kazuma entonces levanto con suavidad los cabellos de su frente, dejando mostrar la bandana representativa de su aldea; a lo que el tendero respondió con nerviosismo, pidiéndole silencio y observando a su alrededor. Se trataba de la placa representativa de Kusagakure, tan inesperada sorpresa, hizo que Ryuko acompañara los nervios del tendero, comenzando a toser porque el zumo entro en la vía equivocada.
—Miren, señor ninja y compañía, en este pueblo no nos gustan los problemas, que ya tenemos bastantes. —Lucia preocupado, como si algo le fuese a fastidiar el día mientras Ryuko se golpeaba así misma el pecho con suavidad, hasta recuperar la normalidad. —. Siendo ustedes, me evitaría malos ratos y me marcharía tan pronto como fuese posible. Se los pido, evítennos más problemas de lo necesario, retírense y hare como que no les he visto.
«¡¿De Kusagakure?! ¿Y ahora que hago? Si le muestro mi bandana seguramente desconfié de mi, y lo ultimo que quiero es estar sola en un lugar lleno de camorristas. Y hasta que la niebla no se largue, tampoco puedo ir a ningún lado. » Con no mucho disimulo, la joven se llevo una mano al pecho escondiendo la bandana que llevaba anudada a su cuello. Si el se había dado cuenta tiempo atras no suponía ningún problema, pero tampoco suele ser muy visible con la ropa que vestía en aquella época del año.
— ¿Y eso porqué? ¿Ha ocurrido algo por aquí hace poco? — Acercó la cabeza prestando atención a la conversación con algo de disimulo, mientras se limpiaba con una mano parte del zumo que quedaba por las comisuras de su boca.