(C) No es para tanto

[Himura Hana]

—Ya bueno... Según parece los agricultores que cruzan el paso se quejan de que cobráis un peaje, que antes no existía por un precio al parecer un tanto abusivo... En concreto los hermanos Orokana Que no quiero poner en duda tu buena fe ni mucho menos... Hay bandidos por todos lados y las villas no dan abasto en muchas ocasiones... También menciona que han hecho otras trastadas, pero no especifica el que

De nuevo, el hombre se mostró visiblemente ofendido.

— ¿Trastadas? ¿Qué se cree el viejo ese? ¿Que somos niños pequeños? No hemos hecho nada, está claro que el anciano se ha hecho su historia aparte que nada tiene que ver con nosotros. Por aquí está todo bien. ¿O has visto a alguien quejarse de primera mano?

Preguntó con confianza mientras sus dos hermanos se tensaban por la cercanía de la kunoichi.

[Himura Ren]

— ¿Trastadas? ¿Qué se cree el viejo ese? ¿Qué somos niños pequeños? No hemos hecho nada, está claro que el anciano se ha hecho su historia aparte que nada tiene que ver con nosotros. Por aquí está todo bien. ¿O has visto a alguien quejarse de primera mano?

— No, no he visto a nadie quejarse — replicó suspirando, acariciándose los ojos comenzando a desesperarse por la situación actual. — Bueno, pues entonces no tendrás ningún problema en que me quede por aquí un tiempo. Si todo esta en orden y solo os dedicáis a la escolta, no pasara nada porque os eche una mano. Si no hay ninguna incidencia ni nada fuera de lugar; me marcharé y simplemente informaré de que todo está en orden, incluso a lo mejor os ofrecen alguna pequeña ayuda económica para manteneros ¿te parece bien?

Pero uno de los dos tipos que estaba discutiendo antes, parecía sospechoso. Y si todo era legitimo, no se mostrarían cerrados en cuanto a una oferta así, en todo caso la recibirían con los brazos abiertos viendo que disponían de la oportunidad de un futuro próspero.

[Himura Hana]

— No, no he visto a nadie quejarse Bueno, pues entonces no tendrás ningún problema en que me quede por aquí un tiempo. Si todo esta en orden y solo os dedicáis a la escolta, no pasara nada porque os eche una mano. Si no hay ninguna incidencia ni nada fuera de lugar; me marcharé y simplemente informaré de que todo está en orden, incluso a lo mejor os ofrecen alguna pequeña ayuda económica para manteneros ¿te parece bien?

El líder del trío lo sopesó en silencio mientras se llevaba una mano a la barbilla. La chica parecía fuerte pero también parecía tremendamente credula. ¿Aguantar unas horas y llevarse algún tipo de subvención de la villa? Su padre siempre le había dicho que la villa oculta tenía dinero a mansalva de todas las misiones que les daban los señores feudales.

Un buen ninja con una sola misión podía cobrar más de lo que veía su aldea entera en un año. O eso le habían dicho.

— Claro, ¿por qué no? Yo mismo iré contigo al paso a vigilar que ningún transeunte sufra daños ni sea emboscado. — se giró a sus compañeros y les señaló con dos dedos de la misma mano — Vosotros dos volved a la aldea y aseguraos de que todo está en orden.

(Inteligencia 20) Ren notaría el matiz extraño en las palabras del hombre, pero sería incapaz de entender a qué se refería o qué quería decir aquel tono.

— Volvamos pues, tú delante.

Se giró de nuevo a la muchacha, señalando en dirección al paso del que acababa de salir ella.

[Himura Ren]

— Claro, ¿por qué no? Yo mismo iré contigo al paso a vigilar que ningún transeúnte sufra daños ni sea emboscado. — se giró a sus compañeros y les señaló con dos dedos de la misma mano — Vosotros dos volved a la aldea y aseguraos de que todo está en orden. Volvamos pues, tú delante.

Ren noto un suave desliz en el tono de voz de aquel hombre, pero no sería capaz de comprender el qué. Simplemente pensó que se trataba de una variación por error en su voz, como un cantante que desentona o el típico tono agudo que sale en alguna ocasión por error mientras hablas. Asintió cuando este señalo el camino por el que había venido y le tomó la palabra, aunque lentamente recortaría la distancia caminando a su lado.

[Himura Hana]

Los otros dos hombres se dirigieron a la aldea ante la orden de su líder y Ren no vio ningún problema con ello, les dejó ir tan amigablemente. El, ahora, compañero de la kunoichi empezó a andar y le permitió, sin inmutarse siquiera, a la chica caminar a su lado.

— Me alegra ver que eres tan razonable, niña, digo, compañera. Tal vez deberíamos presentarnos después de un encontronazo como el de antes. Me llamo Shō Kashi. ¿Qué hay de ti, kunoichi?

La vigilaba de reojo esperando algún tipo de acción por parte de la morena, estaba claro que la confianza aún tendría que ganarsela. El hombre estaba convencido que toda la palabrería de la chica no era más que una estrategia para ahora apuñalarle el costado, pero si no era así, le interesaba el trato, así que consideraba sortear ese riesgo.

[Himura Ren]

— Me alegra ver que eres tan razonable, niña, digo, compañera. Tal vez deberíamos presentarnos después de un encontronazo como el de antes. Me llamo Shō Kashi. ¿Qué hay de ti, kunoichi?

—Ren, Himura Ren. Soy genin de Amegakure y bueno... Ya sabes por qué estoy por aquí — conforme avanzaba a su lado, miraba a los alrededores del camino, entre los troncos de los árboles cercanos o a los arbustos que sobresalían.

No se acercaba a ellos, simplemente se limitaba a observarlos desde la distancia, no estaba de más ser precavida. Además, si lo que decía aquel hombre era cierto, puede que hubiera bandidos escondidos, o alguna prueba sobre ellos.

[Himura Hana]

—Ren, Himura Ren. Soy genin de Amegakure y bueno... Ya sabes por qué estoy por aquí

Kashi rió profundamente.

— Estos viejos y sus preocupaciones, eh. Está todo perfectamente por aquí. Tenemos días más ocupados y días más tranquilos, siempre hay algún listo que no quiere pagar y al final acaba siendo emboscado, una pena, la verdad.

Por mucho que Ren mirase los arbustos, los recovecos del paso montañoso, incluso los salientes por la parte superior que serían perfectos para una emboscada, no vería ni una sombra ni medio movimiento. Estaban completamente solos.

[Himura Ren]

— Estos viejos y sus preocupaciones, eh. Está todo perfectamente por aquí. Tenemos días más ocupados y días más tranquilos, siempre hay algún listo que no quiere pagar y al final acaba siendo emboscado, una pena, la verdad.

— Ya bueno. No te rías de ese anciano; si fue tan amable y detalló que no erais malos tipos, era porque creería en vosotros o tendría algún tipo de confianza. Así que quiero por el momento creer en sus palabras — añadió mientras caminaba de brazos cruzados, observando el camino a su alrededor y la vista en frente, por si alguien necesitado aparecía en aquel camino. — Todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad ¿no? Yo quiero creer en eso

[Himura Hana]

— Ya bueno. No te rías de ese anciano; si fue tan amable y detalló que no erais malos tipos, era porque creería en vosotros o tendría algún tipo de confianza. Así que quiero por el momento creer en sus palabras Todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad ¿no? Yo quiero creer en eso

— Sí, claro, si eso está bien hasta que te estás ganando tu pan honradamente y aparece un hombre para decirte: "Eh, oye, que muy bien todo y muy buena gente pero hemos llamado a unos ninjas para que os den una paliza". Pues, bien, lo que es bien, no te sienta.

Suspiró y se cruzó de brazos antes de darse cuenta de que igual Ren podía tomarse esas palabras de mala manera.

— Vamos, que por estos lares se conoce a los ninjas de Amegakure como... digamos que de hoja directa al cuello. Más que de dialogar y tomarse las cosas con calma.

[Himura Ren]

— Sí, claro, si eso está bien hasta que te estás ganando tu pan honradamente y aparece un hombre para decirte: "Eh, oye, que muy bien todo y muy buena gente pero hemos llamado a unos ninjas para que os den una paliza". Pues, bien, lo que es bien, no te sienta.Vamos, que por estos lares se conoce a los ninjas de Amegakure como... digamos que de hoja directa al cuello. Más que de dialogar y tomarse las cosas con calma.

—A ver... Entiendo tu postura... — suspiró al recordar la mala fama que les procedía a muchos de los ninjas de la Lluvia debido a su mayor representante, la temida Arashikage. — Pero en la carta no dijo nada sobre dar una paliza ni nada por el estilo. Mencionaba que diera una advertencia, pero en ningún momento eso significa que tenga que recurrir a un derramamiento de sangre o algo parecido. No sé que te habrán contado tus dos compañeros, pero lo único que hice fue defenderme cuando uno de ellos me atacó, nada más. Podría simplemente quedarme con mi verdad, volver diciendo que esto no hay quien lo maneje y que hay que emprender mano dura. Y sin embargo aquí estoy, acompañándote creyendo en lo que dices — añadió dirigiéndole una sonrisa sincera mientras caminaba a su lado todavía.

[Himura Hana]

— Pero en la carta no dijo nada sobre dar una paliza ni nada por el estilo. Mencionaba que diera una advertencia, pero en ningún momento eso significa que tenga que recurrir a un derramamiento de sangre o algo parecido. No sé que te habrán contado tus dos compañeros, pero lo único que hice fue defenderme cuando uno de ellos me atacó, nada más. Podría simplemente quedarme con mi verdad, volver diciendo que esto no hay quien lo maneje y que hay que emprender mano dura. Y sin embargo aquí estoy, acompañándote creyendo en lo que dices

El hombre hizo su mejor esfuerzo por no saltarle a Ren. Al fin y al cabo, era una niña hablandole de tú a tú a un adulto hecho y derecho, pero claro, era niña era una kunoichi, seguramente no solo le pudiese en un duelo, sino a los tres juntos. Así pues, invirtió toda su voluntad en poder responderle bien.

— Entenderás tú también que mis hermanos estaban... tensos. No me acuerdo de las palabras textuales del viejo pero sí dijo lo del ninja como una amenaza. Y cómo te he dicho, un ninja de Amegakure es una amenaza en sí mismo, sin animo de ofender. Si mencionaba 'dar una advertencia' algún compañero tuyo podría haberselo tomado de otra forma y haberles partido las piernas a mis hermanos sin mediar palabra.

Finalmente, el hombre se detuvo al principio del paso montañoso, bastante más adelante de donde habían estado sus hermanos. Seguramente se hubiesen replegado por la amenaza del ninja.

Ren seguiría sin ver ninguna amenaza en el camino. Era estrecho en algunas partes, pero no parecía haber un peligro real ni de desprendimientos ni de bandidos.

— Aquí estamos, ahora a esperar.

[Himura Ren]

— Entenderás tú también que mis hermanos estaban... tensos. No me acuerdo de las palabras textuales del viejo pero sí dijo lo del ninja como una amenaza. Y cómo te he dicho, un ninja de Amegakure es una amenaza en sí mismo, sin ánimo de ofender. Si mencionaba 'dar una advertencia' algún compañero tuyo podría habérselo tomado de otra forma y haberles partido las piernas a mis hermanos sin mediar palabra.

Ante aquello, poco pudo pronunciar palabra salvo tragar saliva. ¿Tan mala fama tenían sobre los ninjas de la Lluvia? Aunque tampoco era de extrañar pensó; al fin y al cabo el gobierno actual no solo se había asentado bajo asesinatos y la instauración de un régimen del miedo. Pero claro, dentro de la aldea, y con el paso de los años, aquello había prácticamente desaparecido, como si el fin justificara los medios.

— Aquí estamos, ahora a esperar.

Estaban más que a la vista, por lo que si de verdad era un bandido más de uno reconocería su cara y no debería exponerse ante ello, a menos que alguien no lo conociera; y si realmente estaba montando una farsa, acabaría por destaparse.

— Oye... Entiendo lo que dijiste antes; supongo que podrían haber mandado a alguien "menos diplomático" — tampoco es que ella se considerase un adalid de la palabra o algo por el estilo, pero sí que intentaba evitar conflictos siempre que fuera una opción. — Pero que comprendo que estuvieran tensos, es obvio que desde un principio me vieran como una amenaza. Lo que quiero decir, es que no todos somos así. O por lo menos yo no quiero ser de ese tipo de persona — continuamente, estaría viendo el final de los caminos, por si llegase a aparecer alguna persona o algo, al doblar una esquina de entre los árboles.

[Himura Hana]

— Oye... Entiendo lo que dijiste antes; supongo que podrían haber mandado a alguien "menos diplomático" Pero que comprendo que estuvieran tensos, es obvio que desde un principio me vieran como una amenaza. Lo que quiero decir, es que no todos somos así. O por lo menos yo no quiero ser de ese tipo de persona

Para un hombre crecido y madurado en el dulce ambito de la pobreza y la injustifica social, las palabras de Ren sonaban a puro infantilismo. Tarde o temprano tendrá que ser lo que tiene que ser, si ha convivido con aquella villa y pretende seguir dentro de su sistema, tendrá que hacer lo que le digan. Y al final, le dirán que haga lo que ellos harían.

— Pues me alegro de saber que hay ninjas menos violentos e intimidantes en Amegakure. Siempre se oyen rumores de duros entrenamientos que os vuelven maquinas sin sentimientos. Supongo que a la gente le gusta exagerarlo todo.

Si eso era falso, tal vez Ren no era tan fuerte como las malas lenguas ponían a los ninjas de Amegakure. Sin embargo, otro vistazo al cuerpo de la kunoichi dejaba claro que los músculos de la chica poco tenían que envidiarle a los suyos propios.

[Himura Ren]

— Pues me alegro de saber que hay ninjas menos violentos e intimidantes en Amegakure. Siempre se oyen rumores de duros entrenamientos que os vuelven maquinas sin sentimientos. Supongo que a la gente le gusta exagerarlo todo.

Se llevó un dedo al mentón, intentando hacer memoria sobre sus experiencias pasadas, y sobre el tiempo que estuvo en la academia. Los habían enseñado a pelear cuerpo a cuerpo, y con algunas armas también aunque estas eran de madera. Salvo cuando se trataba de hacer lanzamientos de shurikens o kunais, donde los instructores se ponían mucho más estrictos y atentos. Las super mega aburridísimas sesiones de Genjutsu, tanto la teoria como la práctica eran un auténtico muermo, y las de Ninjutsu que eran algo más a menas y tampoco les enseñaban nada excesivamente peligroso.

— No creo que haya nada destacable... Creo que lo más variopinto era el hecho de correr bajo la incesante lluvia, y aún así siempre solíamos tener a alguien que nos vigilara constantemente, haciéndolo por turnos — dado que parecía ir para largo, se sentó en una gran piedra que había en una esquina de aquella bifurcación mientras hablaba.

[Himura Hana]

— No creo que haya nada destacable... Creo que lo más variopinto era el hecho de correr bajo la incesante lluvia, y aún así siempre solíamos tener a alguien que nos vigilara constantemente, haciéndolo por turnos

Mientras que Ren no tardó en sentarse Kashi se quedo de pie, a la espera, atento, como un guardia bien pagado. Pasaron algunos minutos en silencio antes de que se acercase el primer viajero del día.

Se trataba de un hombre de mediana edad que llevaba un carro tirado por una mula, ni siquiera él iba subido, la mula solo tiraba de un carro con el producto y él andaba a su lado con las riendas en la mano.

— Hombre, Mochi, cuanto tiempo. Ya sabes, 100 ryos, el camino está despejado.

— S-sí, c-claro... — si el hombre no estaba suficientemente acojonado por el tipo usual, la kunoichi de Amegakure musculada lo remataría.

Le dio el dinero a Kashi y siguió su camino.