Nakano Fuukei es un adolescente de complexión atlética y estatura media para su edad de catorce años. La tez de su piel suavemente morena contrasta con la figura de un chico de cabello canoso, caído hasta la altura de su cuello, y una particular perilla, blanquecina, como uno de los distintos rasgos hereditarios de su familia. Su frente, parcialmente oculta por su peinado, es ancha y con arrugas poco marcadas, y adornado con dos círculos marrones, que combinan con su mirada de color avellana caracterizados por unas pupilas ligeramente ensanchadas hacia los lados. Las cejas del muchacho tampoco se salvan de sus prematuras canas y, su nariz —más bien chata— queda disimulada por el conjunto de elementos de su imagen, al igual que sus labios y sus pómulos. Finamente, su rostro destaca por unas orejas alargadas, ligeramente salidas, y una dentadura férrea, blanca como la nieve, capaz de morder con una fuerza tremenda.

A sus catorce años, Fuukei mide 1.63 metros y pesa 64 kilos. Su cuerpo se ha visto labrado por la condición económica de su familia, convirtiéndole en un muchacho de manos curtidas y resecas —debido a su dedicación extra en el campo para sacarse un sobresueldo— y una gran cicatriz en el costado izquierdo tras el incidente en las Minas del Silencio. Varias pecas adornan el torso del muchacho junto a una mancha de nacimiento con forma de gajo en el muslo izquierdo.

Los orígenes humildes de la familia Nakano en el País de la Espiral nunca les ha permitido disponer de una vestimenta extravagante ni poseer de una higiene envidiable, lo que ha marcado la apariencia de nuestro muchacho a sus catorze años de edad. Sus prendas son básicas, llanas y normalmente de tonos marrones, oscuros y/o grises para disimular las manchas o la suciedad. Una camiseta marrón, con algún patrón grisáceo, y unos pantalones elásticos, largos y oscuros suele ser la vestimenta estándar del chico. Además, su calzado consiste en unas getas simples, siempre con el empeine al descubierto —que ha hecho de los pies de Fuukei resistentes a temperaturas frías— y desgastadas por el uso continuado. Porta la bandana atada en la frente, medio oculto por su abundante cabello, y el portaobjetos en el muslo derecho.

La personalidad del muchacho viene marcada por la disciplina de la familia Nakano. Sus antecesores, protectores del Pacto Kuchiyose con la Familia de las Cabras, han vivido a las afueras de la Uzushiogakure durante las últimas generaciones, aislados de cualquier intervención en el ámbito político de la villa. Siempre actuando por los intereses de los ciudadanos del País de la Espiral, la familia Nakano nunca ha puesto en cuestión las decisiones del Uzukage. Sin embargo, la abuela de Fuukei, portadora del Pergamino Kuchiyose, se retiró de su Camino Ninja para salvar el reducto restante de la económica familiar, impidiendo que la siguiente generación —su padre— pudiera convertirse en un ninja. Ahora le ha tocado el momento a él para convertirse en un ninja, bajo los valores de proteger a la Aldea y siempre con la disciplina que caracteriza los ninjas del País de la Espiral. No obstante, su abuela se ha encargado también de traspasar un ligero resquemor hacia sus descendientes a raíz del sentimiento de abandono vivido.

Bajo esa situación, económica y social, el muchacho ha crecido destacando por su pavorosa calma, su intermitente serenidad, su pensamiento crítico y lúcido —que se reserva en muchas ocasiones— y cierto pasotismo, convirtiéndole en un personaje poco carismático con las personas de su alrededor. Por su trayectoria hasta el momento, el peliblanco es humilde y, cuando no queda otra, conformista. Pero no os dejéis engañar, también goza de humor y ambición por la vida, como cualquier adolescente de su edad suele hacerlo. Es joven, demasiado joven, y moldearse con el paso del tiempo le resultará inevitable. Pero tiene unos principios bastantes claros, marcados, y basados en el bien común y en el resurgir del buen nombre de la familia Nakano. Sólo se puede afirmar una cosa sobre él: no hay maldad en el chico, pero equivocarse es inevitable. Esperemos que los fallos no perviertan sus buenas intenciones.

¤ A contracorriente (gratis)

¤ Calma (coste de 1 punto)

¤ Inodoro (coste de 1 punto)

¤ Atributo notable: Agilidad (coste de 2 puntos)

¤ Familia pobre (otorga 2 puntos)

¤ Atributo deficiente: Carisma (otorga 2 puntos)

¤ Negado en Shurikenjutsu (otorga 2 puntos)