Nao, ya llevaba algún tiempo de haberse graduado. Pero que tuviese ahora la bandana en su brazo no cambiaba mucho en realidad, más allá de que ahora estaba certificado como un shinobi. Nunca fue bueno para combatir, y seguía sin mejorar demasiado en ese aspecto. No había entrenado jamás su Ninjutsu elemental, no tampoco el estilo de combate del taijutsu cuerpo a cuerpo o con armas, más allá de lo más básico que todo shinobi debería conocer.

Tampoco era fuerte, rápido, o diestro. «Por dios, casi parece que no he cambiado en lo absoluto desde que me gradué.» Seguramente había muchos estudiantes que podrían darle una paliza si quisieran.

Llegó a la Academia cuando ya habían terminado las clases, esperando tener espacio para practicar un poco por su propia cuenta. Principalmente fue a una de las zonas llena de estructuras de metal altas, ideales para practicar saltos y acrobacias. El genin saltó a lo alto... O mejor dicho, lo intentó.

Ciertamente aún le faltaba bastante para llegar a un nivel "decente". En un momento trató de alcanzar un pilar alto, pero a duras penas logró aferrarse con una mano al borde superior y utilizar el chakra de sus pies para aferrarse al mismo y no caerse de culo al frío y duro piso. «Huh... Creo que yo no saqué los talentos de shinobi de mi familia.» Se quejó mientras bajaba de un salto para volverlo a intentar.

Sin embargo, estaba tan concentrado que no se percató de que quizá no estaba solo en aquel lugar.

Desde que Yoishi se graduó de la academia no le había pasado nada interesante como shinobi y de hecho se sentía hasta menos capacitado que antes, aún así en el día de hoy el muchacho decidió ir a entrenar sus habilidades y pensar un poco en cómo iba a superarse ya que si seguía así nunca cumpliría su objetivo.

Al llegar a una de las zonas de entrenamiento de la academia pudo ver a otro shinobi intentando subir un muro y a pesar de que lo logró parecía algo frustrado por su resultado apenas decente pero aún así a diferencia de Yoishi aquel sujeto tenía más capacidades de salto.

Yoishi se acercó para luego saludar:

Hola ¿Que tal? ¿Que haces? -un saludo para nada formal ya que lo que quería el joven era romper ella hielo lo más rápido posible.

Ahora era cuestión de tiempo para que ambos shinobi estuvieran compitiendo entre si.

Su rutina de entrenamiento fue interrumpida por otro jovencito. «No esperaba a alguien más por aquí.» El joven se deslizó y dió un pequeño salto para volver al suelo y observó al contrario con una leve sonrisa.

—Practico para llegar hasta la cima sin romperme la boca en el intento — Bromeó con una leve risotada. —Debí verme muy lamentable mientras saltaba, no quería dar tal espectáculo — añadió mientras se sacaba un pincel de entre sus objetos y se lo llevaba a la boca, para luego meter las manos en los bolsillos y acercarse a su interlocutor con un paso suave.

—Akamatsu Nao, un gusto — Se presentó con una reverencia formal ante el contrario. —Espero que mi presencia no sea incómoda en lo absoluto, no deseo estorbar los entrenamientos de los demás. Sólo practicaba un poco, pues aunque ya llevo un tiempo de graduarme siento que realmente no he mejorado en lo absoluto... — Esperaba que el otro se presentara y correspondiera sus preguntas.

—A decir verdad no sé si este sitio se adecuado siendo que ya me he graduado... ¿Y usted? — Pese a lo joven que era, mantenía un hablado increíblemente formal no importando con quién estuviese hablando.

Juzgando por el aspecto del otro, casi podría apostar que tenían una edad similar. Aunque tampoco es que tuviera el dinero para el juego. Era un poco más alto que Nao por unos escasos centímetros, pero físicamente no lucía más fuerte o similar. Tenía toda la pinta de ser un recién graduado, pero tampoco quería juzgar en base a apariencias.

«Al menos no estaré solo y aburrido.»