Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Las cinco agujas se clavaron en el cuerpo de Ralexion, que retrocedió ligeramente. A simple vista se notaba que aquellas heridas habían dado en puntos de dolor importantes. Era muy probable que no tuviese apenas energía suficiente para seguir combatiendo. Aún así, haciendo gala de una buena resistencia, se mantenía en pie.
—Me llamo Ralexion, cabrón... —gruñó, mientras se arrancaba un senbon del hombro—. ¡Ven aquí y para de esconderte como una rata!
Metió las dos manos dentro de su kimono. Daruu enfocó con su Byakugan. Tenía su equipamiento allá dentro. Ralexion lanzó un shuriken hacia su posición, que había revelado tras lanzar las agujas, y aferró con fuerza un kunai de dos puntas.
Daruu saltó de su escondite y bloqueó el shuriken en el aire con uno de los kunai que tenía escondidos bajo las mangas, y aterrizó con elegancia a tres metros del pelirrojo.
—Esconderme como una rata ha dado resultado —dijo, señalando sus heridas—. A diferencia de ti, yo cumplo con mi trabajo, que es ser un ninja, no un dibujante de porno cutre.
Sabía que estaba hendiendo más en la llaga, pero todavía no se le había pasado del todo el rencor.
—No sé por qué creía recordarte. No debes ser tú. Tenía la sensación de que era alguien poderoso, no un enclenque dibujante amateur.
70/90
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109/120
– +10 (div. regen. / 2) 20 metros de hilo y 2 bombas de humo en el portaobjetos, atado al muslo derecho Mecanismo de kunai + kunai ocultos en ambas mangas 12 senbon, en 4 paquetes de 5 atados en el cinturón
Ralexion se sentía desbocadamente iracundo. Sus heridas eran muy graves, demasiado como para plantearse seguir peleando, pero las palabras de Daruu estaban consiguiendo cegar a su sentido común. Su faz estaba contorsionada en una llamativa mezcla de cólera y sufrimiento. Por mucho que lo intentara no lograba estabilizar su respiración. ¿Qué hacer, qué hacer?
—¡Oh, cállate de una vez! —vociferó, irritado de tan solo escuchar la voz de su contrincante.
Ya se había decidido, no iba a huír. Sí, era lo que haría normalmente y lo más sensato, pero sus emociones no le permitían pensar con claridad. Tendría que llevar esa desafortunada situación hasta su amargo final.
Con la mayor rapidez que sus doloridas extremidades le permitieron sacó otro shuriken de su portador de objetos oculto. Sin mayor vacilación se lo lanzó a Daruu, directo al pecho. Acto seguido tomó otra herramienta del interior del kimono; se trataba de una bomba de humo, que lanzó frente a sus pies. Esperaba que la cortina de gas le amparara, ignorante de las capacidades del Byakugan. Dentro del epicentro de la humareda ejecutó tres sellos, realizando un Bunshin no Jutsu. Creó cuatro copias de sí mismo, dispuestas a su alrededor como si se trataran de un escuadrón de guardaespaldas.
El pelirrojo y sus clones echaron a correr, directos a por el Hyūga. Todos estaban llevando a cabo una serie de sellos al unísono. El Uzumaki esperaba que las copias sirvieran de señuelo ya que no conocía las propiedades del Dōjutsu de su oponente.
—¡Raiton: Kangekiha! —exclamó una sola voz, mas las copias movieron sus labios a la vez, por lo que parecía que todas estuvieran hablando.
Desde las yemas de los dedos del Ralexion real se generó un dúo de descargas eléctricas azuladas como el cielo mismo que se abrieron paso entre los copias sin sustancia en busca de su objetivo: el moreno. Apenas dos metros los separaban por aquel entonces.
Registro de batalla:
Bunshin no Jutsu -> 3x4: -12 CK
Raiton: Kangekiha -> -12 CK
PV:
23/100
–
CK:
86/110
–
Hilo shinobi (3 usos de 10 metros/uso, en el portaobjetos bajo el kimono)
Baikunai (empuñado en la mano derecha)
Shuriken (x1, en el portaobjetos bajo el kimono)
Un Ninjutsu que crea una copia intangible del cuerpo del usuario, sin ningún tipo de sustancia ni solidez. Puesto que el clon, por sí mismo, no tiene la habilidad de atacar, y sólo puede utilizarse pues para confundir al enemigo, normalmente empleado en combinación con otro tipo de Ninjutsu o tácticas. Es una técnica muy básica, pero con ingenio puede utilizarse de forma efectiva. Los clones se disipan cuando entran en contacto con cualquier cosa. Pueden ser fácilmente diferenciados de una persona por usuarios de Dōjutsu. Un usuario con ojos normales puede también distinguir los clones del original, puesto que éstos no tienen sombra y no causarán perturbaciones en el área que les rodea (no levantarán polvo, aplastarán la hierba, etc).
¤ Raiton: Kangekiha ¤ Elemento Rayo: Ola de Inspiración - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Raiton 10 - Gastos:
12 CK
(Raiton 20) (multiplicable x2)
(Raiton 30) (multiplicable x3)
- Daños: 20 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: Liebre Perro → Jabalí → Buey → Rata - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La ráfaga de electricidad abarca 1'5 metros y avanza 3 metros (mutiplicado x1)
La ráfaga de electricidad abarca 2'5 metros y avanza 5 metros (mutiplicado x2)
La ráfaga de electricidad abarca 4 metros y avanza 8 metros (mutiplicado x3)
El ejecutor genera desde sus manos una conjunción de descargas eléctricas que viajan e impactan al objetivo al unísono. El poder de la técnica puede variar mucho, dependiendo del chakra utilizado por el ninja. Puede utilizarse junto a técnicas Suiton para aumentar su potencia.
¤ Shuriken - Tipo: Arma arrojadiza - Requisitos: Destreza 15 - Precio: 200 ryos - Daño: 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo - Efectos adicionales: Pueden trazar parábolas complicadas con 40 o más de Destreza
Los shuriken, como los kunai, son una de las armas más básicas de los shinobi. Son estrellas metálicas de cuatro puntas afiladas muy útiles para el lanzamiento. Aunque son de pequeño tamaño, pueden usarse para distracciones, presionar al oponente, o incluso pueden ser letales si se tiene la suficiente precisión. Poseen un círculo en el centro, usado para agarrarlo con un dedo para evitar cortarse uno mismo o colocar hilos a través. El círculo es también beneficioso para las armas aerodinámica en general, asegurando trayectorias más precisas.
¤ Bomba de humo - Tipo: Consumible - Requisitos: Nivel 3 - Precio: 400 ryos - Uso: 6 metros de humo gris
Diminuta canica de papel compactado que libera una gran cantidad de humo cuando es apretada o estampada contra el suelo. De uso táctico.
Daruu tenía, desde luego, que admirar la resistencia de su oponente. Pese a todo lo que le había pasado, seguía en pie, desafiándole. Pero eso, si cabe, lo ponía aún más furioso.
—¡Oh, cállate de una vez! —gritó Ralexion. Metió la mano de nuevo en el interior de su kimono, y le arrojó otra estrella voladora.
«Paso rápido a un lado», se ordenó Daruu, y se obedeció, girando el cuerpo lo justo para que el shuriken pasase casi rozándole. Entre tanto, Ralexion había lanzado una bomba de humo al suelo. Daruu tenía una sonrisa de satisfacción que difícilmente iba a aparecer de su rostro. Extendió el brazo que había quedado más cerca de Ralexion mientras este creaba sus inútiles clones. «Mazazo en la cara.»
—Cállate tú, basura de Uzushiogakure —dijo, y de su brazo creció un apéndice, parecido a una gelatina de color púrpura, que se extendió a toda velocidad y atravesó a uno de los clones de Ralexion nada más salía de la nube de humo, fingiendo formular unos sellos. El proyectil iba directo, de nuevo, a la cara del shinobi.
70/90
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97/120
– -12 (div. regen. / 2) 20 metros de hilo y 2 bombas de humo en el portaobjetos, atado al muslo derecho Mecanismo de kunai + kunai ocultos en ambas mangas 12 senbon, en 4 paquetes de 5 atados en el cinturón
¤ Suiton: Amedama Mizūde ¤ Elemento Agua: Brazo Acuático de Caramelo - Tipo: Apoyo/Ofensivo - Rango: D - Requisitos: Suiton 20 - Gastos: 12 CK por brazo (máximo 2) - Daños: 20 PV por golpe - Efectos adicionales: Puede utilizar los brazos falsos como soporte - Sellos: Carnero (una mano) - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Los brazos tienen una longitud máxima de 10 metros
El Amedama es una variante meramente estética del Mizuame creada por Amedama Kiroe, en la que el sirope escarchado toma cualquier color deseado. Mediante esta técnica, el usuario puede crear brazos falsos hechos completamente de agua, tanto de sus brazos como desde sus piernas —seguirán teniendo manos en los extremos—. Los brazos están formados de un líquido de elevada densidad que puede ser suficientemente elástico para formar pequeñas curvas, nunca de más de cuarenta y cinco grados. Con estos brazos, el usuario puede agarrar objetos, tirar hacia sí mismo de esos objetos, o impulsarse hacia ellos. También puede golpear al adversario para causarle daño, en cuyo caso los brazos se desharán en un estallido de agua caramelizada.
Los dos shuriken -uno escondido bajo la sombra del primero- que había lanzado contra su oponente fueron esquivados con simplicidad. No obstante, el Uzumaki no era consciente de esto ya que estaba demasiado ocupado ejecutando el resto de su desesperado intento de continuar con el combate. Su oponente Hyūga se adelantó a sus movimientos y cuando el primer clon apenas había dejado la nube de humo una extraña extremidad de agua lo golpeó a este y a todos los que iban detrás, el verdadero incluído.
Ralexion no dispuso de tiempo para reaccionar o saber siquiera que había acontecido. Solo sintió el terrible manotazo contra su semblante. Cayó de espaldas al suelo, manteniendo la consciencia a duras penas. Su cuerpo gritaba de dolor y su cabeza retumbaba como si tuviera un tambor en su interior. Ya no podía más, por mucho que le jodiera admitirlo. Invirtió sus fuerzas restantes en alzarse, pero era inútil.
—Qué humillante... —maldijo, le dolía al hablar.
Poco después, el humo se disipó. Daruu encontraría al pelirrojo tirado en el suelo, dejando escapar gemidos de dolor de tanto en tanto. El baikunai había caído cerca de su diestra, clavado sobre el terreno con una de sus puntas.
Registro de batalla:
Suiton: Amedama Mizūde -> -20 PV
Kage Shuriken no Jutsu -> -7 CK
Raiton: Kangekiha -> +12 CK (no me dio tiempo a usarlo)
PV:
3/100
–
CK:
91/110
–
Hilo shinobi (3 usos de 10 metros/uso, en el portaobjetos bajo el kimono)
Baikunai (en el suelo junto a Ralexion)
1 AO reveleada: Kage Shuriken no Jutsu
¤ Kage Shuriken no Jutsu ¤ Técnica del Shuriken en la Sombra - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Shurikenjutsu 10 - Gastos: 7 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Permite ocultar un arma de lanzamiento en la sombra de otra del mismo tipo - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
La técnica más básica del shurikenjutsu.
El usuario lanza de manera simultánea dos armas del mismo tipo (dos shuriken, dos fūma shuriken...), de manera que una queda perfectamente por encima de la segunda. El truco está en atraer la atención del oponente sobre el arma superior para que no se dé cuenta de la segunda. Sin embargo, y aunque dependiendo del modo en que se emplee la técnica puede ser realmente útil, si el enemigo se da cuenta del engaño, esta pierde gran parte de su eficiencia.
(Shurikenjutsu 50) Kage Hitoku Shuriken no Jutsu Mediante un truco de camuflaje con el chakra muy básico, el usuario aplana el otro arma y la pega y esconde en la sombra sobre el suelo de la primera. Cuando el oponente decide bloquear el primer arma, el usuario puede sacar por sorpresa la segunda de la sombra de la primera, para sorprenderle y atacar sus piernas o su bajo torso.
¤ Shuriken - Tipo: Arma arrojadiza - Requisitos: Destreza 15 - Precio: 200 ryos - Daño: 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo - Efectos adicionales: Pueden trazar parábolas complicadas con 40 o más de Destreza
Los shuriken, como los kunai, son una de las armas más básicas de los shinobi. Son estrellas metálicas de cuatro puntas afiladas muy útiles para el lanzamiento. Aunque son de pequeño tamaño, pueden usarse para distracciones, presionar al oponente, o incluso pueden ser letales si se tiene la suficiente precisión. Poseen un círculo en el centro, usado para agarrarlo con un dedo para evitar cortarse uno mismo o colocar hilos a través. El círculo es también beneficioso para las armas aerodinámica en general, asegurando trayectorias más precisas.
Daruu caminó lentamente, llorando de forma queda, hacia el epicentro de la acción y los golpes. La nube de humo se disipó poco a poco, revelando el cuerpo magullado de un Ralexion que ya no encontraba las ganas de luchar.
—Qué humillante —dijo el pelirrojo.
—Un chunin de Uzushiogakure... —contestó Daruu, dando rienda suelta a su rabia y liberándose del terror que había vivido antes—. Ha intentado matarme después de que yo informase voluntariamente de algo que le sería útil a tu aldea y a todo tu país. Ha ordenado a dos compañeros tuyos que me cogieran, y después de haber estado tomando un té con ellos, ¡no han dudado ni un instante!
Ya al lado suyo, alzó el puño y se agachó ligeramente para golpearlo de nuevo, pero no lo hizo.
—¡He estado a punto de morir! ¡Por ayudaros! Y llegas tú, y te pones a... a... ¡a decirme tonterías guarras por intentar comunicarme contigo de buena gana, a pesar de todo lo que había pasado!
Se mordió el labio inferior y cerró los puños muy fuerte. Ahora que lo decía en voz alta, no le parecía motivo suficiente para golpear a alguien. Y eso sólo le hacía sentir peor.
—¡QUE TE DEN! ¡QUE OS DEN A TODOS!
Se dio la vuelta, y echó a correr hacia casa. Hacia un lugar con más lluvia.
Así al menos nadie le vería llorar de esa manera tan infantil.
Alzó el rostro lo suficiente como para poder mirar a Daruu. Escuchó lo que este tenía que decir; incluso aunque no quisiera hacerlo, no podía moverse. Su historia era triste, pero Ralexion no comprendía en absoluto qué tenía que ver con él. Él se había limitado a practicar su capacidad de dibujo en su hueco favorito del bosque, era el Hyūga el que había irrumpido en el lugar y le había propinado un puñetazo sin venir a cuento.
—¿Y yo qué culpa tengo...? —le preguntó con voz rasposa.
Pero no recibiría respuesta. Por algún motivo, su interlocutor echó a correr de pronto, dejándolo malherido en mitad del bosque. El pelirrojo trató de levantarse una vez más, mas sus heridas insistían en mantenerlo incapacitado.
—Joder, necesito un poco de ayuda aquí... —se lamentó, hablando consigo mismo— Supongo que tendré que volver arrastrándome a Uzu... pero primero, descansaré un poco, creo que me lo he ganado.
Cerró los ojos, haciendo todo lo posible para ignorar el dolor, aunque se le hacía difícil.