3/03/2016, 21:03
(Última modificación: 3/03/2016, 21:05 por Uchiha Akame.)
-No acordamos nada, me encontré al tipo un día frente al árbol sagrado y luego de eso se fue, dijo algo de que no volvería en un mes y bueno, como no me ha buscado supongo que no ha encontrado a nadie más -explicó Ritsuko-.
La Yotsuki asintió, poco convencida. Así que somos un equipo del que ni siquiera tenemos al tercer miembro, ¡vaya tela! Desde luego, la perspectiva de llevarse otro mes y medio esperando a que el Uchiha viajero diera señales de vida no parecía demasiado alentadora. Anzu tenía claro que no podía esperar tanto antes de coger una misión; su arsenal ninja era paupérrimo, de modo que necesitaba desesperadamente algo de dinero.
De repente, Ritsuko se quedó medio embobada, con la mirada perdida en el infinito. Sólo reaccionó cuando Anzu habló sobre aquella gema preciosa que sujetaba entre las manos, y aun en ese momento lo hizo con tono ausente. Parece que ese colgante le trae muchos recuerdos... La Yotsuki empezó a vestirse a la par que su compañera: camiseta color tierra, pantalones militares de tonalidades verdosas y su vieja chaqueta ocre. Se calzó las sandalias ninja de color negro y dejó la toalla de baño en el cesto de la ropa sucia.
-Puedes venir a mi casa, vivo aquí al lado -Anzu procedió a explicar como buenamente pudo la ubicación de su apartamento-. ¡Claro! Avísame cuando quieras que vayamos a entrenar juntas... Yo paso casi todos los días en las plataformas de la Academia.
Comprobó que no se dejaba nada, y se despidió de Ritsuko con unas palabras amables. Realmente me alegro de haber conocido a esta chica. Está un poco ida, además, esa máscara me da 'mal yuyu'... Pero es guay, y sabe cuidarse. ¡Qué ganas de hacer nuestra primera misión!
La Yotsuki asintió, poco convencida. Así que somos un equipo del que ni siquiera tenemos al tercer miembro, ¡vaya tela! Desde luego, la perspectiva de llevarse otro mes y medio esperando a que el Uchiha viajero diera señales de vida no parecía demasiado alentadora. Anzu tenía claro que no podía esperar tanto antes de coger una misión; su arsenal ninja era paupérrimo, de modo que necesitaba desesperadamente algo de dinero.
De repente, Ritsuko se quedó medio embobada, con la mirada perdida en el infinito. Sólo reaccionó cuando Anzu habló sobre aquella gema preciosa que sujetaba entre las manos, y aun en ese momento lo hizo con tono ausente. Parece que ese colgante le trae muchos recuerdos... La Yotsuki empezó a vestirse a la par que su compañera: camiseta color tierra, pantalones militares de tonalidades verdosas y su vieja chaqueta ocre. Se calzó las sandalias ninja de color negro y dejó la toalla de baño en el cesto de la ropa sucia.
-Puedes venir a mi casa, vivo aquí al lado -Anzu procedió a explicar como buenamente pudo la ubicación de su apartamento-. ¡Claro! Avísame cuando quieras que vayamos a entrenar juntas... Yo paso casi todos los días en las plataformas de la Academia.
Comprobó que no se dejaba nada, y se despidió de Ritsuko con unas palabras amables. Realmente me alegro de haber conocido a esta chica. Está un poco ida, además, esa máscara me da 'mal yuyu'... Pero es guay, y sabe cuidarse. ¡Qué ganas de hacer nuestra primera misión!