Que el extranjero dijera que le resultaba interesante su estilo por más básica que había sido su demostración fue algo que ken aprecio bastante, asintió con la cabeza ante aquellas palabras y se quedó escuchándole parecía que era una locura querer presentarle a su sensei pero es que el contrario no sabía que ese día el sensei de ken no se encontraba justamente en la aldea.
- ¿Ah? ¿No puedes visitar Uzushio? ¿Porque? – Ladeo su cabeza al preguntar aquello, de nuevo su inconciencia de novato se mostraba, pero bueno él no tenía idea de que ninjas extranjeros no podían visitar su aldea ninja, al menos hasta el momento nunca tuvo que salir de su país natal ni visitar otras tierras por lo que nadie le había dicho que él tampoco podía ir a las otras aldeas ninjas.

Termino rascándose la cabeza mostrando una mueca de inconformidad pero bueno le llamo la atención que el contrario dijera que su madre también era espadachín pero que el prefería el estilo de combate heredado por su abuelo ¿Cuál era ese?

- ¿y cuál es el estilo de pelea que te heredo tu abuelo? – Le pregunto con curiosidad viéndolo ir hasta sus cosas a guardar la guitarra. – Mi maestro se llama Hijikata y bueno él está por aquí cerca en una casa que vende comidas a los viajeros, si, por eso decía de ir a presentártelo. – Señalo el extremo contrario del puente, es decir el lado del que él había cruzado.

Al escucharlo decir que no le decía de juntarse en otra parte porque ya había intentado hacer eso con otra persona pero sin poder cumplir al final, el pequeño volvió a ladear su cabeza, bueno si se le complicaba llegar a tiempo a sus citas tendría problemas cuando se tratara asistir a algún recital.
- No pasa nada, yo creo en el destino seguramente nuestros caminos se cruzaran más de una vez en la vida, o al menos eso espero. ¿A dónde iras ahora?- No pudo evitar terminar preguntándole aquello, le intrigaba saber a dónde iría el joven músico y que aventuras tendría en su viaje, sino tuviera compromisos en su aldea quizás se ofreciera para acompañarlo por un rato pero no podía hacer eso esta vez.

El de cabellos bicolor estaba demostrando ser muy ingenuo "O mejor dicho, un poco tonto." Algo muy raro para aquellos que debían desempeñarse como shinobi, principalmente porque se estaba hablando de normativas básicas en la aldea. Además, le pareció que el muchacho quizás no se lograba explicar bien. No sólo cuando el Yotsuki malinterpretó su risa sino con lo de invitarlo a conocer a su maestro.

—Pues, nintaijutsu— Se le repensó un poco. Puesto que no era normal en un ninja hablar de sus habilidades a extraños, ni siquiera a aquellos de una nación aliada. Aunque aquel chico le caía bien y demostró ser amable, por lo que podía ser permisible. —¡Pero no cualquier nintaijutsu! Oh no, que muchos ninjas combinan ninjutsu y taijutsu pero ninguno cómo mis ancestros. De hecho mi clan fue el precursor del nintaijutsu antiguo, ¡los pioneros en este arte! Todo lo que viene después es copia— Se cruzó de brazos, cerró los ojos y sonrió orgulloso.

A lo siguiente, el Yotsuki poco a poco hiló el telar de los motivos del joven espadachín.

—¡Ahhhhh! ¡Lo hubieses dicho antes!— Puso los brazos en jarra. —Cómo no me mencionaste que tu maestro te estaba acompañando pensé eso— Giró su cabeza al otro lado. —Si es así no tengo ningún problema. A decir verdad yo pedí permiso y salí a tomarme un viaje de vacaciones porque mi sensei desde hace mucho no me ha contactado. Cómo es un jounin, quizás lo mandaron a una misión importante, así que quise aprovechar mi tiempo en algo productivo— sonrió. —Luego de esto quizás regrese a mi aldea, quiero seguir trabajando en algunas cosas. Pero ya que me dijiste que están hospedados por aquí cerca no tengo ninguna pega en ir a ver a ese señor Hijikata, ¡de hecho me encanataría!— sonrió y tomó sus pertenencias de viaje, alistándose. —¡Dime a dónde y yo te sigo!— Dijo alegre tras dar un brinco.

Ken abrió sus ojos con sorpresa al escuchar al extranjero decir que su disciplina era el nintaijutsu pero no cualquier nintaijusu sino el original o algo así y que los demás estilos eran copias del de su clan, era impresionante conocer a alguien con un linaje tan antiguo y honorable para ken era todo un placer conocer a alguien de tan noble estirpe.

- Es increíble debes tener un linaje muy antiguo, es emocionante conocer a alguien así. – Dijo asintiendo. – Sí. – Finalizo para luego escucharlo hablar sobre sus planes pero eso no era lo importante, lo importante era que había aceptado ir con él a donde estaba su maestro así que le emociono bastante eso.

- ¡Estupendo, entonces vamos! – Le señalo el extremo del puente al que deberían de ir y sin más se adelantó pasando por al lado del peliazul para que este lo siguiera, a ken no le gustaba desperdiciar tiempo y mucho menos el tiempo de otros.

Su maestro como ya lo había dicho antes se encontraba hospedado en una casa que atendía a los viajeros, servían comidas y cosas típicas de la región.

Tendrían que atravesar el puente y bajar la pendiente recorriendo unos 50 metros hasta ver una casa típica con porche de madera cerrado como por unas cortinas que colgaban del techo.

Ken se dirigiría a la entrada de aquel lugar y nada más atravesarla encontraría al gran guerrero samurái que era su maestro este estaba sentado de espaldas a la entrada, el hombre de gran melena negra y hombros anchos bebía sake y comía unas bolitas de pulpo de esas que se comen con mondadientes.

- ¡Maestro! No adivinara a quien acabo de conocer, es un joven músico de un clan perdido, dice que sus ancestros inventaron el nintaijutsu, sí. – Dijo ken acercándose al mayor que era bastante alto y eso podría notarse pese a estar sentado.

El señor Hijikata vestía un gran abrigo blanco de cuello ancho que protegía su cuello y llegaba casi a la altura de sus orejas, así que para verlo habría que ponérsele al lado o al frente suyo.

Las cejas de Hijikata se moverían con molestia ante las palabras de su discípulo, estaba muy a gusto hasta que este llego a molestarlo con esas tonterías así que no lo recibió muy bien.

- ¿Qué formas de llegar son esas? Estúpido pupilo, debes ser más propio un samurái no se comporta así. – Diría el mayor sin siquiera voltear la mirada al acompañante de ken.

- Usted no se comporte así maestro, me hace quedar mal. – Se encogió de hombros.

- Como sea ¿a quién es el que te acompaña? Preséntame como es debido. – Insto el mayor que quería ver como su discípulo lo presentaría ante las personas.

Ken asintió con la cabeza y se paró firme para hacerle una seña a su acompañante de que se acercara y asi señalarlo poniendo una mano en uno de los hombros del joven.

- Este es Roga de Amegakure, es un gran músico viajero y un shinobi también. – Lo presentaría de ese modo mientras que el mayor solo observaba serio tomando su sake, Hijikata ciertamente era un hombre reservado y poco sociable, tenía una cara de perro guardián, así de serio se veía y con sus brazos y hombros anchos, más ese abrigo de cuello largo daría algo de miedo a quien fuera, ojala Roga no fuera alguien tímido o poco sociable.

- Ah sí, Roga este es mi maestro, Hijikata Toshizo maestro del estilo del dragón de la justicia divina y el samurái más fuerte del mundo… - Hizo una pausa al decir eso ultimo para acercarse al oído del contrario y susurrar. – Eso dice él. – Le diría en tono muy bajo.

Luego de llegar al lugar indicado y encontrar el mentado samurai, Rōga parpadeó varias veces al notar la discusión que estaban teniendo maestro y alumno. Era una escena que se le antojaba demasiado familiar. "Se parece demasiado a mi abuelo." Rió por lo bajo para no parecer descortés, pero lo cierto es que entendía muy bien la situación de Ken al tener que lidiar con un sensei tan estricto. Empatizaba con él.

—¡Oeh! Si le dices mi nombre de antemano no puedo presentarme como se debe— Le dio un pequeño codazo a Ken. Un gesto demasiado confianzudo pese haberse conocido ese mismo día. —¡Encantado de conocerlo señor Hijikata!— Mostró su gran sonrisa. —Tal y como le dijo mi estimado Yoshimura, yo soy...— aquella pausa era el preludio del espectáculo.

Pegó un brinco y dio una vuelta de trescientos sesenta grados para luego rematar tirándose de rodillas al piso. Puso la mano izquierda detrás de su espalda, mientras empleaba la diestra para tomar el kasa y ajustárselo para ocultar su mirada por debajo, dejando que su sonrisa brillanbte fuese lo único visible.

—...King Rōga~

Luego de su segundo momento melodramático del día, se puso de pie con un brinco, sólo para luego escuchar cómo Ken se refería a su maestro, no sin antes murmurar una pequeña aclaración al final que le hizo enarcar una ceja. Creía entender por dónde iban los tiros. "Amedama dijo una vez que una chica samurai del Valle de los Dojos les pateó el trasero a Daigo y a él. ¿Qué tan fuerte puede ser este tipo? " A pesar del pésimo carácter que mostraba aquel hombre, no se mostraba asustado en lo más mínimo. De hecho, el propio pupilo le estaba dando a entender que quizás el sujeto se enaltecía de más a sí mismo.

—Ken me dijo que usted era un gran maestro del kenjutsu y me dijo que quizás podría ilustrarme mucho más sobre el arte de la espada. ¿En qué consiste eso del Estilo del Dragón de la Justicia Divina?— Por poco más y no termina de pronunciar aquello sin quedarse sin aire. "Verga. Y yo que creía que los nombres de mis jutsu eran complicados." Lo cierto, es que quería comprobar si era un samurai de verdad o un simple farsante que se aprovechaba de un inocente Ken.

Sintió el codazo que Roga le dio por haberlo presentado el y no pudo evitar soltar una carcajada leve y sobarse. – Lo siento, es la costumbre. – Respondió por lo bajo.

Su maestro por su parte se quedó viendo la presentación propia del chico y enarco una de sus cejas bajando el vasito de sake para examinarlo mejor con su filosa mirada.

Para un viejo samurái de la escuela antigua como Hijikata aquellas maromas hechas por el joven para presentarse eran casi una ridiculez sin embargo ¿no sería capaz de decírselo o sí? Bueno tal vez sí.

- ¡Gum! Estos jóvenes de ahora. – Murmuro dejándose oír después de un leve gruñido, la verdad era que a Hijikata no le gustaba lo ruidoso ni lo aparatoso y este joven Roga parecía ser eso y mucho más.

Lo escucho hablar y preguntar sobre su estilo de kenjutsu ¿así que de eso iba todo? Su estúpido pupilo había traído a ese chico ruidoso pretendiendo que le diera una demostración de kendo.

Hijikata negó con la cabeza cerrando sus ojos solo para después ver con severidad a Roga y cruzarse de brazos. – En efecto lo soy pero no puedo decirte en que consiste mi estilo, pareces algo mayor que ken así que seguro lo entenderás. – Dijo eso para suspirar.

Ken protesto enseguida. – Pero maestro Roga, acaba de tocar una gran música hace rato, quería devolverle el favor mostrándole algo igual de impresionante. -

Hijikata contesto. – Ese no es mi problema, si te hizo un acto musical a ti, tu eres quien debe mostrarle algo igual de impresionante, un discípulo no debe meter a su maestro en asuntos tan banales. – Hizo mucho énfasis en eso.

Ken se molestó bastante por la actitud tan grosera de su maestro. – Pero maestro, si usted le hace una demostración a Roga él podría tocar algo de música para usted. – Trato de convencerlo para no quedar mal con Roga.

Hijikata no tardó en responder. - ¿Cuántas veces te he dicho que la palabra del maestro es final? Además no me interesa la música, tu arréglatelas para compensar a tu nuevo amigo por la música que te toco. -

Ken de nuevo le replico, la discusión podría prolongarse bastante si Roga no actuaba y los interrumpía, seguramente sería incómodo para el ver tal escena. – Usted siempre es así, y siempre dice lo mismo, solo le interesa beber sake. -

En ese momento Hijikata mostro una mirada realmente filosa hacia su discípulo. – Y tú siempre estas molestando con tus tonterías en vez de entrenar como debe hacerlo un buen discípulo, deberías ser más listo, no podemos mostrar nuestras técnicas secretas a cualquiera. -

Ken se cruzó de brazos al escuchar eso. - ¡no es como que nos vaya a robar alguna técnica! Además, siempre presumes del poder de nuestro estilo pero nunca has demostrado lo que puede hacer realmente… - Hizo una mueca de inconformidad al decir eso.

De nuevo el maestro respondió. – Nuestro estilo de kendo no es un juego, no debe usarse para lucirse o para demostraciones de poder, debe usarse solo cuando sea estrictamente necesario y solo para cobrar las vidas de quienes han cometido graves ofensas, así que deja de molestar y llévate a tu amigo contigo. -

Ken quedo sin palabras no podía replicar ante eso, pues su maestro tenía toda la razón aun así se molestó bastante y se sintió muy apenado con Roga.

- Yo, lo siento, pensé que accedería si le decía que tocarías algo de música… - Se encogió de hombros y bajo la mirada mirando hacia el peliazul. – Pero te lo compensare de algún otro modo, sí. – Asintió estaba seguro de que podría reivindicarse con Roga de otra forma.

El samurai demostró ser pedante en extremo, de esos que creen que todo el mundo iba a besarle los pies. El Yotsuki se mostró impasible ante la discusión que tuvieron Ken y Toshizo, aunque no pudo evitar notar que el tipo en cuestión también estaba despreciando al propio Rōga de manera indirecta. Oh, eso no se iba a quedar así. "Suficiente tengo con mi abuelo y con Kurozuchi para que todavía tenga que soportar a este petulante" El de cabellos tricolor en realidad tenía menos edad que el aprendiz de espadachín, aunque en tamaño le superaba por un par de centímetros. Quizás era resultado de una pubertad precoz que a futuro le iba a condenar a tener una talla inferior. Lo cierto, es que a pesar de su edad era mucho más sabio y prudente de lo que podía esperarse, o quizás sólo era un cabeza dura.

Entendía lo que el samurai quería decir con no mostrar sus habilidades a extraños, pero no estaba satisfecho con esa respuesta. Sentía que había algo más ahí detrás. No iba a reaccionar con improperios explosivos ni con rabietas infantiles, Rōga era mucho mejor que eso.

—El no revelar el estilo de combate es una de las máximas primordiales de los shinobi, aunque no esperaba que los samurai fueran igual de recelosos— se encogio de hombros —De todas formas... No me interesa ver nada de parte de alguien que menosprecia mi arte sin siquiera conocerlo— le dio la espalda —No te preocupes por eso Yoshimura. Podrás aprender muchas cosas de este sujeto pero el respeto no será una de ellas— le sonrió al de cabellos bicolor y se dispuso a largarse de ahí.

No necesitaba un gran discurso ni un show para dejar mal parado al tipo. Bastaba la sinceridad.

A Hijikata básicamente le dio igual lo que dijo el joven Roga, la verdad a su edad, al viejo samurái poco le importaban las opiniones de la gente y mucho menos las de un joven ninja que era demasiado estrafalario para su entendimiento, pero bueno él era un viejo y chapado a la antigua, no era que no respetara al joven ninja, sino que veía el mundo desde su pequeño y anticuado punto de vista.

- Vez, tu amigo lo entiende, ahora vayan a jugar a otra parte. – Dijo Hijikata cerrando sus ojos y volvió a tomar de su sake como su nada, la verdad no le alteraba para nada la forma de actuar de Roga, más bien lo complació que este decidiera irse, así su tonto pupilo también se marcharía con él y lo dejarían de molestar, a sus años el samurái lo único que quería era paz aunque no fuera un hombre de edad avanzada, si había vivido muchas cosas en su juventud y sus años dorados.

Ken por otra parte se sentía terrible, no había esperado tal actitud por parte de su maestro y su intención no había sido ofender a Roga de ninguna forma, pero cielos, su maestro era demasiado arrogante para algunas personas y no media sus palabras ni le preocupaba insultar a la gente con lo que decía.

Ken fue tras Roga por lo menos para despedirse bien de él y pedirle disculpas nuevamente por lo que había pasado, esperaba que eso no afectara su reciente ¨amistad¨ por llamarle de algún modo a la relación que recién empezaban.

- Am… De verdad lo lamento, puede que tengas razón aunque creo que hoy esta de mal humor… - Dijo eso refiriéndose a su maestro, quizás por eso el viejo había sido tan grosero.

- Este, espero que no pienses mal de mí por lo que acaba de pasar, la verdad no imagine que las cosas salieran así… - Bajo la cabeza mientras que caminaba tras él.

- Espero que nos volvamos a ver y cuando eso pase te hare una gran demostración de mi estilo de kendo, sí. – Eso último lo dijo colocándose frente al peliazul para extenderle la mano, esperaba que la molestia porque lo había pasado no le durara mucho.

Rōga se detuvo cuando Ken le alcanzó, observando cómo estaba de turbado por el reciente encontronazo.

—Tranquilo Yoshimura, no fue tu culpa— asintió con la cabeza. Quizás fuese joven y rebelde, pero en el fondo era muy comprensivo. —Yo lo que vi ahí fue un cabeza dura. Además, mi propio abuelo puede llegar a ser igual de cretino a veces, así que estoy más que acostumbrado a lidiar de esta manera. No puedes saber cómo reaccionarán las personas, aunque la decepción me la llevé de él y no de ti. Por ahora te queda la lección de que puedes esperar de su carácter— Palabras muy grandes para alguien tan pequeño de edad a decir verdad, pero esa era una de sus virtudes.

Cerró los ojos y sonrío.

—No deberías afligirte de más— volteó la vista de nuevo al camino. —Estaré ansioso de ver cuanto has mejorado cuando nos encontremos de nuevo— correspondió el estrechón de manos. —No es un adios, sino un hasta pronto. Nos veremos algún día de nuevo, hasta entonces— Se recolocó el kasa, escondiendo su rostro.

Ken resultó un chico interesante además de amigable, puesto que en sus encuentros anteriores con shinobi de la espiral los desenlaces siempre habían tenido connotaciones negativas de una u otra forma. Se alegraba, de que al menos esta vez el final fuera mucho más feliz que en las ocasiones anteriores.

"No es tan malo si al menos tengo un nuevo amigo." Se dijo alegre para sí mientras su andar se desaparecía en el horizonte.

Ken se quedó esperando la respuesta de Roga con algo de nervios juntando sus manos frente a su pecho sujetándose un puño con una palma con algo de preocupación, entonces finalmente recibió la respuesta del chico de azul.

Por suerte este no se había molestado con él, sino que con su maestro, también se e hizo interesante lo que el contrario dijo de que su abuelo era parecido y esas cosas.

- Es un alivio. – Sonrió al instante mostrándose más calmado y tranquilo, la verdad solo necesitaba escuchar esas palabras para estar tranquilo y olvidar lo ocurrido.

Asintió varias veces con su cabeza ante el resto de las palabras del contrario, si, estaría encantado de mostrarle su avance la siguiente vez que se encontrasen y por supuesto, no era un adiós sino un hasta luego, después el mundo da muchas vueltas y seguro que en una de esas se volverían a encontrar.

- Si, seguro Roga, ve con cuidado, fue un gusto de verdad. – Dijo eso ultimo para dejarlo irse, mientras el por lo pronto volvería con su maestro ya que no pensaba dejar las cosas como estaban, debía tener una gran charla con el mismo para que este no volviera a comportarse así con sus conocidos.