Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Se podría decir que aventurarme solo hacia Taikarune, fue una mala idea. Pero no es así, una mala idea es meterse en medio de un maldito bosque pensando que lo podía cruzar el bosque para ahorrar tiempo. Y ver que un montón de nubes negras se están empezando a juntarse mientras uno esta perdido en el bosque... eso, eso es muy mala suerte.
— Estoy jodido... muy jodido— Murmuraba el joven genin de Kusa mientras miraba que se encontraba en medio de un bosque sin saber a donde ir, ya que no hay caminos ni senderos ni nada, tan solo arboles por doquier.
«No tengo que perder la compostura... con padre hemos salido de situaciones peores que estas, solo piensa. »
Lo único que se le vino a la mente fue subirse a la cima de una árbol para poder ver un poco mas alrededor. «Risco, arboles, arboles y más arboles...debí de haber seguido el camino principal, soy un idiota.» Regañarse así mismo no serviría de nada, lo hecho, hecho está. Seguir caminando es su única opción o por lo menos lo único que puede hacer.
Masaki podía sentir que la temperatura del ambiente empezaba a bajar y que el viento cada vez se hacia sentir más. Sin un lugar donde refugiarse, no le quedaba otra que seguir caminando en este imponente bosques, encontrándose con un risco el cual parecía bastante alto en comparación de los arboles. No tenia pensado gastar su energía y su tiempo en subirlo, así que decidió bordearlo.
Cansado de estar caminando durante horas, se recostó contra el tronco de un árbol que parecía bastante grande, descansar por alguno minutos al menos. Minutos que aprovecho para comer algo e hidratarse, llevaba consigo una mochila gris con suministros como para otro día más. «Espero poder llegar a Taikarune con lo que me queda, sabía que debía de comprar mas provisiones en el ultimo pueblo. A este paso tardare 2 días más...si logro salir de este bosque.»
Una tormenta se avecinaba y sin refugio el genin la iba a pasar muy mal, sabía que debía ponerse en marcha cuanto antes pero aun se sentía algo cansado por el viaje.
«Espero que el sensei tenga razón sobre que puedo encontrar más información sobre la utilidad del abanico de guerra en el museo de armas, solo espera que valga la pena este viaje.»
Perderse es algo habitual para tan patosa kunoichi, el verdadero reto para ella era justamente llegar a destino a tiempo y sin tirarse al menos una hora buscando indicaciones de alguien. Por lo general, el desastre se limitaba al interior de la aldea shinobi, jamás fuera, pero tristemente, al graduarse aquella chica se vería obligada a salir más seguido, a veces completamente sola y ese fue el error que cometió aquel hombre que le pidió que llevase un saco de mercancía hasta Yachi.
Efectivamente, la idea era llegar desde Kusagakure hasta Yachi, un pueblo del país de la Tormenta, pero gracias a su pésimo sentido de la orientación, Ryōtarō Ritsuko fue a parar hasta la otra punta del mapa, en el país del Fuego.
Para todos los que conocían a aquella melancólica joven, era obvio que no llegaría a destino fácilmente, que se tiraría mucho tiempo fuera, perdida y buscando indicaciones en cada lugar donde hubiese gente y probablemente también intentaría recurrir a la ayuda de bestias. Otra cosa muy distinta era que la ayudasen, es decir, ¿cuándo se vio que un animal te responda…? No respondan.
Curiosamente, luego de tirarse varios días perdida, llegó hasta un bosque bastante bonito. Solo se veía verde, y alguno que otro río que en teoría podría llegar a ayudarla de alguna manera, lamentablemente no era un bosque del país del que ella procedía, al contrario, seguía en el País del Fuego así que orientarse le fue imposible.
—Joo… —se quejaba mientras deambulaba con dos mochilas colgadas a la espalda.
Una tenía suministros para sobrevivir al viaje y el segundo la mercancía.
En cualquier caso, la pelirroja era consciente de que la temperatura del ambiente seguía bajando y el viento era cada vez más agresivo, ni siquiera el adorno en su cabello lograba cumplir su única función y la extensa cabellera de la joven flameaba al viento como la de cualquier otra persona.
«Nunca más »se dijo a sí misma en lo que se buscaba un buen lugar para refugiarse, por desgracia, un animal —presuntamente grande— soltó un rugido lo suficientemente cerca de la chica como para asustarla.
Nada la perseguía realmente, pero tampoco había nada que la detuviese a correr tan rápido como pudiera. Salvo una roca con la que tropezó y rodó cuesta abajo, milagrosamente cayendo sobre hierba y tierra blanda aunque claro, los golpes se los llevó.
Rodó y rodó hasta quedar tumbada boca arriba a los pies de un árbol.
—Puta vida —fue lo primero que dijo estando agitada y golpeada, pero por lo menos no se había roto nada y estaba completa, físicamente hablando al menos.
No se movería de allí por un buen rato, prefería esperarse a recuperar la sensibilidad en cada extremidad y la verdad, estaba cómoda allí, con las piernas en alto apoyadas contra el tronco del árbol y el resto del cuerpo descansando sobre la hierba.
—Odio mi vida —decía para sí misma sin ser consciente que alguien podía escucharla, alguien que estaba descansando a los pies de ese mismo árbol, solo que del otro lado.
Mientras el joven genin de Kusa se alistaba para retomar su camino, va más bien se disponía a intentar salir del bosque. Algo se acercaba desde atrás del árbol que tenia a su espalda, como si se arrastrara o rodara. «Espero que no sea un animal que me de problemas... solo me falta eso», pero antes de que pudiera echar un vistazo pudo oír "Puta vida" y luego un "Odio mi vida".«Siii, otra persona, con suerte sabrá como salir de aquí.»
Por lo que Masaki bordeo el árbol un poco por su derecha para poder ver de quien se trataba. Era una chica de cabellera larga de roja bastante llamativo a si decir verdad, estaba tirada en el suelo con las piernas en alto contra el árbol. El joven genin que quedo absorto por un par de segundo antes de reaccionar.
«No esta mal...nada mal»
— Mira el lado positivo, al menos no pareces estar lastima...podría ser peor— Fue lo único que se le ocurrió en ese momento, aun estaba asimilando la situación. Justo después de sus palabra empezó a lloviznar ligeramente.
— Por favor dime que sabes como salir de este bosque.. Hace horas que no encuentro un camino o por lo menos salir de este condenado bosque— No le quedaba otra más que pedirle ayuda a la joven que se encontraba despatarrada en el suelo.
Masaki se quedo mirándola desde los pies a cabeza rápidamente, desde su posición no era capaz de ver que la muchacha que se encontraba en frente de el era una kunoichi de su propia aldea.
«Demonios... el clima esta empeorando, ahora tendré que buscar un refugio antes de salir de aquí.» Parecía que la suerte no estaba de su lado el día de hoy.
Estaba anormalmente cómoda en aquella posición a los pies del árbol y de no ser por la tormenta que se avecinaba probablemente se hubiese planteado el quedarse allí un buen rato, tal vez el tiempo suficiente para echarse una buena siesta o similar. Pero las cosas no siempre iban tan bien como para darse tales lujos.
Pronto comenzó a escuchar algunos ruidos muy cerca de su posición, pero lejos de reaccionar prefirió mantener la posición con un solo pensamiento en la cabeza. «Ya estoy jodida »por lo que no se molestaría en intentar defenderse si se trataba de una bestia salvaje. Pero la suerte le sonrió, se trataba de un compatriota —claramente visible en la frente de aquel que la observaba.
—Meh —respondió vagamente luego de dedicarle una mirada fugaz y regresarse a su hermosa vista de las hojas del árbol.
«Está muy… Bueno »el rostro de la chica adquirió cierto tonito rosado. Definitivamente le había agradado el aspecto de aquel desconocido pero no iba a confesarlo.
Justo después de ello, el chico preguntó con la esperanza de que la pelirroja supiese la dirección en la que ir para lograr así salir del bosque. Por desgracia de ambos, la chica tampoco tenía idea de cómo salir.
—Perdón —respondió vagamente evitando el contacto visual.
Lo peor del caso fue que estaba empezando a lloviznar, y con eso al estar Ritsuko boca arriba comenzaría a sentir molestias en los ojos lo que significaba que no era muy buena idea permanecer por mucho tiempo más así.
Pero ni se movió, estaba cómoda y no tenía esperanzas de encontrar refugio antes de que la tormenta les alcanzase.
Las respuestas de la chica fueron excesivamente vagas, pero al menos dio a entender de que no tenia idea de como salir de aquel lugar, mientras que parecía que el clima iba de mal en peor. La kunoichi daba la impresión de que no tenia la intención de moverse de ese lugar a pesar de la llovizna que se empezaba a notar cada vez más.
—Disculpa... olvide mis modales y no me presente, soy Murakami Masaki genin de Kusagakure... y yo que vos no me quedaría demasiado tiempo, parece que el clima va a empeorar—
Nuevamente parecía que dependía de si mismo, pero ahora su prioridad había cambiado, la necesidad de refugiarse en algún lugar de la lluvia y del viento paso a ser su principal necesidad.
— Supongo que tampoco tienes idea de algún lugar donde refugiarnos ¿no? — Preguntaba Masaki mientras le daba otro vistazo a su alrededor esperando ver algo que le ayudase. Para su fortuna pudo ver una especie de sendero entre los arboles, sin saber a donde conducía pero no lo pensó dos veces en ponerse en marcha.
—Creo que hay un camino por aquí.— No sabia con que se encontraría mas adelante ni si aquella chica lo seguiría
«Recordatorios, la próxima vez que salga del país debo de llevar un mapa y no intentar tomar un atajo...» De todos modos era la primera vez que salía tan lejos sin alguien que le acompañase, las cosas estaban saliendo mal pero podría ser mucho peor.
Es un desconocido, pero también es un compatriota, alguien en quien debería confiar suponiendo claro, que la bandana fuese auténtica y no la haya robado de alguien más. «Pero si es un genin… »pensaba la pelirroja tratando de confiar en el contrario.
No tenía mayores motivos para sospechar, además, si algún día logra regresar a la aldea, ella misma podrá ir al edificio del Morikage y comprobar que el tal Masaki realmente es un shinobi de la aldea.
—No —dijo ella en un murmullo casi inaudible.
Tristemente, la llovizna lentamente se fue transformando en lluvia y Ritsuko se vio obligada a levantarse al fin. No porque le molestara mojarse, sino porque el agua en los ojos no es buena.
Para empeorar las cosas, sentía una flojera terrible, tanta que para cuando se levantó bostezó de forma exagerada y vio a varios metros al shinobi que prefirió emprender la marcha dejando a la fémina dudando de si realmente había escuchado la respuesta o no. Aunque no cambiaría absolutamente en nada si no era así.
Estar sola era algo habitual en ella, pero siempre le agradó estar en compañía así que prefirió correr un poco para alcanzar a Masaki, aunque le seguía a un par de metros de distancia. Aunque claro, no sentía la confianza necesaria como para intentar entablar conversación con él, así que se mantuvo en silencio durante todo el rato.
Ni una palabra, parecía que la kunoichi no quería dirigir la palabra a Masaki, lo que lo hacia pensar que tal vez de alguna forma la hizo enojar o capaz es mas tímida de lo que parece. Pero a pesar de eso la pelirroja se levanto de donde estaba y empezó a seguirlo manteniendo cierta distancia entre ambos, lo que causaba algo de incomodidad en el joven genin.
Dándole otro vistazo rápido a la pelirroja se pudo percatar de que se trataba de una kunoichi de su propia aldea, pero por que razón desconfiaría de otro camarada, esto era otra cosa que empezaba a incomodar sus pensamientos.
Mientras estaba sumergido en sus propias dudas y pensamiento, algo pasa a toda velocidad desde el lado izquierdo del camino. En cuanto se da cuenta de la situación agarra su abanico gigante de la espalda y lo despliega asumiendo una especie de guardia, pero el animal que en este caso se trataba de un jabalí bastante grande que cruzo el camino sin siquiera mirarlos, simplemente siguió corriendo.
«Sera por la tormenta o ¿algo lo perseguía?» Masaki se quedo esperando unos 10 segundos más esperando por si algo más aparecía, pero no fue el caso, por lo que bajo su estado de alerta y coloco el abanico en su espalda.
El bosque cada vez se volvía mas oscuro por la tormenta, pero los ocasionales relámpagos le ayudaban al genin poder seguir el camino, el cual terminaba frente a una especie de cabaña la tenia la pinta que se podía venir a abajo en cualquier momento.
—Parece que nuestra suerte cambio y que este lugar esta deshabitado.—
Al acercarse a la puerta Masaki la golpeo como esperando la respuesta de alguien de adentro, nunca esta de más ser algo precavido ademas que estaría mal estar invadiendo una vivienda ajena.
La kunoichi seguía al shinobi en silencio, no emitía sonido por su boca pero a cada paso le atinaba a alguna hoja o rama y producía el ruido suficiente para indicarle al contrario que le estaba siguiendo, no de cerca pero a suficiente distancia para poder verse mutuamente sin inconvenientes, incluso escucharse si decidían entablar conversación.
Las nubes iban adquiriendo un color más oscuro conforme el tiempo pasaba y pronto se hallaron prácticamente en la oscuridad casi absoluta. Sencillamente era espantoso el ambiente en el que se encontraban, pero no quedaba de otra que seguir avanzando hasta que…
—¿Eh?
La joven pelirroja no supo cómo reaccionar, Masaki se encontraba en postura amenazante con su gran abanico en mano, más que preparado para atacar y lo único que había en su línea de visión era justamente ella.
Por reflejo, la kunoichi retrocedió un par de pasos y también se puso en guardia. No tenía idea de que el contrario estaba alerta por otra cosa pero la asustó aquello…
Por suerte para ambos, el motivo de preocupación era un animal salvaje que pasó justo entre ambos y pronto se esfumó entre la flora. «Pensé que iba a hacerme algo »suspiró aliviada ante tal revelación.
Pronto volvieron a marchar, en alguna dirección desconocida mientras la luz se iba esfumando lentamente. Finalmente llegaron a un lugar donde probablemente podrían refugiarse y fue el del sexo masculino el primero en avanzar hacia aquella cabaña.
Dio un par de golpes a la puerta y nadie respondió. Lo que significaba que tenían vía libre para entrar, ¿verdad? A no ser que estuviese la puerta cerrada con llave o algo similar.
—¿Quieres luz? —preguntó tímidamente la kunoichi.
Se acercó un poco más y se ubicó justo detrás del chico a tal vez un metro de distancia, justamente para estarse segura que no le puedan hacer nada.
Después de esperar por una respuesta, parecía que nadie se encontraba en aquella cabaña. La pelirroja se acerco a Masaki para preguntarle en voz baja si quería luz y la verdad no seria mala idea. —Seria genial si pudieras hacer eso.— Dijo sonriendo.
El joven genin abrió la puerta y dio un paso hacia adentro dando un vistazo rápido al lugar, a lo que pudo distinguir que adentro había una cama que se encontraba en una esquina, una mesa redonda con 3 sillar alrededor, una chimenea y una pila de madera. A simple viste y antes de tener luz fue lo que pudo observar en ese momento.
—Efectivamente parece que no hay nadie.—
Aunque el lugar estuviera hecho una ruina, haber encontrado un lugar donde esperar que la tormenta era por lo que no iba a tener ninguna clase de queja, de hecho es para estar agradecido de tal buena suerte.
«Al menos ahora no debemos de preocuparnos de la tormenta »
El chico le dio vía libre a hacer ‘su gracia’ aunque seguramente no se esperaría verla vomitar lava dentro de un globo. A algunos llegaba a resultarse desagradable así que luego de ingresar en la cabaña tomándose ciertas precauciones, la kunoichi se acercó a un rincón solitario dándole la espalda a Masaki y comenzó a formular los sellos.
Dio forma al globo de goma dentro de su boca y justo después comenzó a llenarlo hasta que no pudo retenerlo por más tiempo dentro de su boca y allí fue cuando comenzó a hacerse la luz dentro de la cabaña. Una vez que se estuvo bien inflado la chica le hizo un nudo en un extremo y ya tenía su linterna lista.
Con todo listo se dio la vuelta mostrando al contrario el globo incandescente el cual sostenía por el nudo. La goma era lo suficientemente resistente como para soportar el peso de toda la lava que se encontraba en su interior y llegaba a iluminar muy bien el lugar.
—¿Sirve? —preguntó tímidamente mostrando el globo.
Brillaba bastante, pero no emanaba calor ya que el ‘recipiente’ en el que se encontraba era un muy buen aislante. Incluso tenía un buen tamaño y con lo suave que era probablemente serviría bien de almohada… si es que primero se toman las molestias de secarlo porque en ese preciso instante el condenado globo estaba impregnado en saliva.
El globo irradiará luz por unos 20 turnos (multiplicado x2)
- Sellos: Rata → Perro (globo), Tigre → Carnero → Liebre → Tigre (llenado) - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
El globo lleno tiene un diámetro de unos 10 cm y alumbra en un radio de 5 metros (multiplicado x1)
El globo lleno tiene un diámetro de unos 20 cm y alumbra en un radio de 10 metros (multiplicado x2)
La técnica en sí consta de dos partes, una primera en que Ritsuko fabrica un pequeño globo de goma dentro de su boca, y una segunda etapa en la que sencillamente se rellena con lava. El volumen que llega a adquirir el globo varía según la cantidad de chakra empleado y en cualquier caso, llega un punto en que la kunoichi se ve incapaz de retenerlo en la boca. Un simple nudo es más que suficiente para mantener todo el contenido en el interior de la goma.
La única función que cumple este globo es la de iluminar. Una vez que la lava en el interior se enfría se vuelve completamente inútil, literalmente, no sirve para nada.
La kunoichi se había ido hacia un rincon a espaldas de Masaki para crear una especia de globo el cual era capaz irradiar luz en toda la cabaña. Cuando el joven genin lo vio el globo terminado después de que la pelirroja le preguntara si le sirve, sintió curiosidad por lo que era, al punto que se acerco a la chica y decidió tocar el globo con la mano.
—Claro que sirve, ilumina toda la habitación... no desprende calor pero esta recubierto por algo pegajoso, ¿que es lo que lo hace brillar tanto?—
Ahora con toda la cabaña iluminada se podía ver el estado en el que se encontraba la casa y era el mismo del que se podía ver desde afuera, la casa tenia unas cuantas goteras, ventanas rotas, y polvo por todos los lados, también se podía ver pisadas que iban y venían hacia una esquina de la casa donde se encontraban un par de bolsas de yute.
Las cuales llamaron la atención del joven genin, por lo cual fue a verificar su contenido. Dentro de una ellas había ropa de mujer fina como de seda, un par de joyas, algo de dinero, a la otra decidió ni verla ya que con todo lo que había en la primera le daba un mal presentimiento.
—Esto me da mala espina, creo que la casa no esta completamente abandonada—
Podía ser que los dueños ser que los dueños de estas pertenecías volvieran a este lugar pero es algo que el genin desestimaba por la tormenta que había afuera. Así que procedió a sentarse en una de las sillas que se encontraba al rededor de la mesa para descansar un rato.
No se esperaba que el chico fuese a tocar el globo, menos que se quejase de que estaba pegajoso considerando que tenía la boca limpia como para estar salivando algo de dichas características así que los colores se le subieron bastante rápido.
Al menos tenía algo en lo que centrarse para intentar recuperar la compostura.
—Lava —respondió dando un pequeño tirón del nudo para que diera un pequeño brinco y se notase que lo de dentro era líquido.
Pronto su compañero encontraría unas bolsas cuyo contenido le daría motivos para sospechar así que ella, por pura curiosidad se acercó también y le comprendió. «Van a venir seguramente »pensó la pelirroja.
Pero a Masaki no pareció importarle demasiado y tomó asiento sin más. «No, eso es hasta tonto »meditó para luego comenzar estudiar un poco mejor el lugar. Tal vez encontraba algo interesante, como algún armario en el que pudieran esconderse en caso de que alguien más llegara o algo, porque si algo es seguro será que los que hayan dejado las bolsas ahí no estarán felices de encontrarse con dos shinobis refugiados en su escondite.
—No creo que sea conveniente quedarnos —añadió en voz baja, mientras seguía la búsqueda por un buen escondite.
Lava, un globo con lava el cual no irradiaba calor pero si luz. Pero eso no era importante en ese momento, lo que la pelirroja y Masaki consideraban un refugio, parecía ser la guarida de posibles personas no deseadas. La kunoichi aconsejaba que debería de dejar el lugar, enfrentar la tormenta la cual parece bastante intensa o esperar dentro de la cabaña en la cual puede o no aparecer personas que le causen problemas.
« A todo esto capaz que ella tiene razón y lo mas conveniente seria dejar este lugar cuanto antes, pero no creo que seamos capaces de hallar otro lugar como este, sobre todo con la tormenta que esta montada afuera...¿Que carajo esta buscando?» Reflexionaba el genin hasta ver que la pelirroja parecía estar buscando algo.
Masaki se puso de pie y se dirigió a la puerta —Supongo que tienes razón y debería de abandonar este lugar cuanto antes, así que pongámonos en mar...— Cuando abrió la puerta mientras miraba a la pelirroja, justo en el momento que volteo para ver hacia adelante un puñetazo en medio de la cara, tirando le un par de metros hacia atrás.
—No iras a ninguna parte— Una voz ronco bastante pausada, la cual pertenecía a un hombre adulto de treinta y tantos años, el cual parecía estar en un buen esta físico, ademas de ser bastante alto. Vestía una gabardina de cuero de color negro al igual a sus pantalones y un par de zapatos grises del desgaste que tenían. Es calvo, pero posee una barda bastante frondosa de color castaño. En la parte derecha de su cintura lleva colgada una ninjatō.
—Vamos Keitaro, fuiste muy blando con el niño jijiji— Otro hombre adulto pero con voz aguda, de complexión delgada, pelo largo de color castaño. Viste una camisa blanca, pantalones y zapatos negros, se encuentra totalmente empapado. Lleva una tantō que balancea de una mano a otra, como si estuviera jugando con ella.
El genin se encontraba en el suelo con aquel golpe que lo tomo por sorpresa, le costo poder levantarse. Sangraba por la nariz y le dolía bastante.«Demonios, esto es malo...»
—jijiji ¿que es lo que hacen dos niñatos como ustedes en medio de la nada? o más bien ¿en nuestro... oh pero si son un par shinobis recién salido del horno, esto es aun mejor jijiji—
—Hermano, estas totalmente mojado, ¿por que no quisiste usar mi paraguas?—
—Cierra el pico imbécil...—
—Lo siento...—
—No me decido si matarlos o capturarlos y pedir recompensa por ustedes... tal vez uno y uno... también podría quedarme contigo como trofeo jijiji — Lo ultimo lo hace apuntando a la pelirroja con su tantō.
Los dos hombres cubrían la puerta, esto no era parte de un entrenamiento, aquí las cosas podrían salir muy mal para cualquiera de los involucrados.
¿La verdad? Ritsuko jamás sugirió abandonar el lugar, pero sí que estuviesen atento ante cualquier cosa que pudiera llegar a aparecerse o de lo contrario podrían pasarlo mal. Y tal cual, en cuanto Masaki abrió la puerta se llevó un buen golpe que le hizo caer al suelo. «Yay »pensó con sarcasmo al encontrarse con que dos hombres habían decidido ingresar a la cabaña, presuntamente los ‘dueños’.
No paraban de hablar, mucha cháchara entre ellos como si los shinobis no tuviesen ninguna manera de defenderse y hasta cierto punto estaban en lo cierto, pues Ritsuko no tenía muchos recursos.
«Bueno »considerando lo mucho que hablaban, la tímida pelirroja decidió llevarse una mano al portaobjetos para tomar dos shurikens.
Como estaban tan entretenidos hablando entre sí, Ritsuko aprovechó al momento exacto en que uno de los hombres protestaba por el uso de un paraguas para arrojarles los shuriken a las rodillas. La idea era sencilla, cagarles la movilidad.
Y de todas formas, la chica luego de lanzar los shurikens se había llevado la mano de vuelta al portaobjetos para esta vez extraer un kunai.
La pelirroja parecía estar más despabilada que Masaki por lo que aprovecho la palabrería de los sujetos para lanzares un par de shuriken por sorpresa, haciéndole un corte a cada uno. Keitaro recibió un corte un poco por encima de la rodilla derecha y al otro sujeto a un lado de la rodilla izquierda.
—Maldita niña pagaras por esto—
El joven genin vio como su compañera actuó rápido y él estaba decidido en no quedarse con los brazos cruzados por lo que juntos sus manos haciendo el sello del carnero para utilizar el Fūton: Sunabokori y escupir una nube de polvo a los pies de aquel par de bravucones para dejarlos sin visión momentáneamente.
—Es hora de irnos— Le dijo a la pelirroja mientras corría en dirección hacia ella y saltaba por una de las ventanas de la cabaña que se encontraba en su dirección. A la ventana solo tenia un pedazo de vidrio el cual Masaki se llevo puesto con el antebrazo izquierdo.
—Keitaro que no escapen!—
—Yotaro, es que no puedo ver nada—
—...—
Afuera había una lluvia torrencial, lo que era tierra ahora era barro y los árboles que se mecen en la tormenta.
- Daños: - - Efectos adicionales: Crea una nube de polvo que entorpece la vista - Sellos: Carnero - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La nube de polvo abarca 3 metros a la redonda por multiplicación
Esta técnica es utilizada para escupir una gran cantidad de viento cargado de polvo desde la boca. En sí, el polvo que expulsa el usuario ya es suficiente para cubrir un gran área, pero la técnica levantará polvo incluso más denso si se utiliza sobre el suelo.