«¿Se perdió? bueno no es que fuera diferente a mi situación... ella si que es una persona que habla lo justo y necesario, demasiado justo a decir verdad» A Masaki le empezaba incordiar que la kunoichi se limitara mucho a la hora de hablar, pero que le iba a hacer ya que esta situación iba más allá de lo que podía hacer.
Al llegar al pueblo se podía observar un único lugar el cual se encontraba abierto, se trataba de una posada llamada "La guarida del zorro" por afuera parecía ser la casa más grande el lugar, la cual era una edificación tradicional. Al genin no le convencía para nada el nombre pero no tenia otra opción más que entrar al lugar, Masaki abrió la puerta corrediza y se encontró con que el un lugar que estaba muy bien cuidado, unas 5 mesas bastantes dispersas, la recepción era una barra de bar y detrás de ellas se encontraba un señor mayor de alrededor de unos 60 años, poseía una cabellera bastante larga atada, la cual totalmente canosa. Vestía de un karategi azul oscuro y calzaba unas sandalias de madera tradicional.
—Buenas noches, bienvenidos a mi posada... esperen un momento les traeré unas toallas para que sequen — El hombre se fue hacia una habitación a la izquierda, no tardo más de dos minutos en ir a buscarlas y dejarlas sobre una de las mesas.—Por favor tomen asiento, creo que es la peor tormenta de los últimos años— El anciano tiene el aspecto de ser una persona frágil o por lo menos era la sensación que le daba al genin.
Masaki no esperaba encontrar un lugar tan hospitalario, a decir verdad no esperaba ni siquiera en posada en este pueblo.—¿Quieren algo de tomar o de comer? tienen el menú sobre la mesa—
—Yo solo tomare te negro por favor.— Masaki ni siquiera miro la carta, directamente se dirigió a agarrar una de las toallas para secarse un poco la cara y el cabello ya que básicamente estaba hecho una sopa.
—Enseguida—
Aunque fuese increíble, aquella era la verdad sobre la kunoichi, o por lo menos el motivo por el que rondaba por el país del Fuego en lugar de estarse por la aldea o por el país del Bosque. En cualquier caso, la pelirroja esperaba encontrar la manera de llegar de vuelta a su hogar antes de verse obligada a recurrir a medidas de supervivencia extremas.
En aquel preciso instante la mente de la chica estaba centrada en conseguirse un lugar donde refugiarse de la tormenta, por suerte aquel pueblucho tenía una posada en la que resultaron ser bastante hospitalarios, lo suficiente para que se les entregasen unas toallas sin necesidad de pedirlas.
—Muchas gracias —dijo tímidamente, aceptando una de las toallas.
De momento se tendría que conformar con secarse de forma superficial, y escurrir el excedente de agua de su ropa y cabello.
Aunque una bebida caliente nunca venía mal, y por suerte el posadero estaba más que dispuesto a atenderles.
—Yo quisiera chocolate caliente, por favor —afirmó, mostrándose incapaz de borrar aquella depresiva expresión de su rostro.
Mientras el dueño preparaba los pedidos de los genin, Masaki veía el lado bueno a la situación por lo que estaba contento por poder haber hallado un lugar así después de lo ocurrido, pero podía ver la cara de la kunoichi y parecía que no la estaba pasando muy bien que digamos.
Después de terminar de secarse un poco procedió a sentarse en la mesa y averiguar que le pasaba a la kunoichi—Ritsuko,¿te sientes bien?— Obviamente no, era fácil leer su expresión y deducir que algo no andaba bien.—Somos camaradas, si necesitas algo tan solo dímelo.— El genin esperaba a que ella pudiera confiar en él, después de todos son shinobis de la misma aldea.
Luego de unos minutos el anciano volvería con una bandeja de madera que dejaría sobre la mesa con los pedidos de los genin,—Espero que sea de su agrado, si necesitan algo más no duden en pedírmelo— Masaki no lo pensó dos veces y pregunto.—¿Donde nos encontramos exactamente? Es que no somos de por aquí y por ciertas circunstancias terminamos en este lugar—
—Este pueblo se encuentra al norte del Lago de los Llantos, al suroeste de Tanzaku Gai, espere les traeré un mapa— El anciano fue hasta al mismo lugar de donde había sacado las toallas, a lo que Masaki aprovecha para darle un par de sorbos a su té.
El dueño volvió con un viejo mapa del País del Fuego, dejándolo sobre la mesa—Espero que les sea de ayuda—
—Esto nos sera de bastante ayuda para orientarnos, gracias.—
Una lástima que Masaki no conociera lo suficiente a Ritsuko para saber que aquella es su expresión normal, su forma de mostrarse, su naturaleza. Siempre está decaída, siempre tiene una mirada depresiva y habla en voz más baja de lo normal, siempre es así y no parece dispuesta a cambiar en lo más mínimo…
…pero el chico no lo sabe, por lo que dedujo que algo estaba mal, como cualquier otro haría al ver a alguien tan deprimido como ella.
—Estoy bien, en serio —respondió ella.
Seguramente aquello no era lo que el chico esperaba oír, y tal vez pasara de ella o decidiese no volver a fiarse de alguien que era incapaz de decirle la verdad pero el problema estaba justo allí, aquella era la verdad.
De todas maneras, la atención de la pelirroja pronto se iría hasta la taza de chocolate humeante que le habían traído a la que se aferró con ambas manos para así recuperar algo de calor corporal así sea solo en las palmas de sus manos. No sería hasta pasado unos minutos que daría un primer sorbo, para quemarse así la lengua. «Demasiado caliente »pensó mientras realizaba algunas muecas para intentar recuperar la sensibilidad de la lengua.
Lo bueno era que el anciano les dejó un mapa bastante más detallado del país del Fuego que los que se podían conseguir en Kusagakure. Con eso al menos ya tenían una idea de dónde estaban y cómo regresar, al menos el shinobi, ella no entendía ni lo que estaba mirando así que prefirió guardar silencio, aunque no sin antes al menos agradecer al posadero por la atención brindada.
—Gracias por todo.
«No, no estas bien... pero si no quiere hablar de ello no la forzare a hacerlo.» Ese era el pensamiento a la respuesta de la kunoichi. A lo que dejo de preocuparse por eso y se empezó a enfocar en el trayecto que debería de hacer para llegar a Taikarune, no era muy difícil ya que si quería evitar perderse nuevamente tan solo debía de seguir los camino y no intentar tomar atajos nuevamente.
—Creo que tengo una noción de que camino tomar, esta vez no intentare tomar un atajo por el bosque.—Cada tanto tomaba sorbos del té y volvía a mirar el mapa, el genin quería estar totalmente seguro de que tomaría el camino correcto.«Como el señor dijo que estamos al norte del Lago de los Llantos, debería ir primero hasta ahí primero y luego hacia Taikarune no debería de poder perderme, primero al sur y después al oeste.»
—Disculpe, ¿tiene habitaciones disponibles? y ¿cuanto cuesta la noche?— Pregunto el genin al anciano que parecía estar preparando algo detrás de la barra.
—Si, hay 3 habitaciones disponibles actualmente y la noche cuesta 700 ryōs—
—Ok tomare una para mi—«No me importa el precio, realmente necesito dormir bien»
—Enseguida la preparare su habitación—
—Ritsuko, yo pienso irme a primera hora de la mañana si la tormenta se apacigua para entonces, no veo que hayas mirado mucho el mapa,¿ya sabes que camino tomar ? o ¿por lo menos tenes alguna alguna idea?—Luego de la pregunta Masaki terminaría de dar los últimos sorbos a su té.
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