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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1

No hay tiempo límite para postear, sin embargo, hay límite para finalizar la prueba. De una forma u otra, el tema debe estar acabado antes del 12 de agosto a las 00:00 (Hora peninsular española).

¿Qué quiere decir eso? Bueno, el tema ira avanzando, y cada problema que solucionéis valdrá unos puntos, si llegada la fecha límite no habéis finalizado todos los problemas, se roleara que os quedáis a medias. Obviamente, habrá una penalización aparte de los puntos que habréis perdido ya de por sí.

El punto de todo esto es que podéis no postear en una semana, en dos, o hasta en tres, porque estáis de vacaciones, y después rushearlo. No os preocupeis, los masters intentaremos postear tan pronto como veamos vuestras respuestas. Pero no lo dejéis todo para el último día.

Cualquier duda, posteadla en el foro de dudas, no busqueis a ningún admin por privado ya que sois ocho participantes y todos podéis dudar cosas parecidas. De todas formas, habrá aclaraciones al final de cada post para evitar malentendidos.

Saludos y mucha suerte.

Había pasado una semana desde la primera prueba. No es que necesitasen tanto tiempo para descansar, pero sí para familiarizarse con el entorno, tal vez conocerse entre ellos o simple y llanamente entrenar. Fueron los encargados de cada villa los que informaron a los participantes que aquella mañana tendrían la segunda prueba, una prueba algo más práctica.

Sin embargo, era difícil verle la parte práctica a esa prueba cuando les habían mandado a primera hora de la mañana a la misma academia donde habían rellenado el cuestionario una semana antes. Además, el procedimiento empezaba a repetirse: iban todos en pelotón hasta encontrarse con el señor manco, cuyo nombre era desconocido con la posible excepción de algún participante de Uzushiogakure bien informado. El hombre repetía indumentaria, aunque esta vez parecía tener algo menos de seriedad en su rostro y les esperaba en la recepción misma, no enfrente de ningún aula.

No me miréis así, yo no voy a haceros ninguna prueba más, solo vengo a pasar lista.

Tras decir eso, volvió a hacer aparecer la hoja con los nombres en su única mano.

A diferencia de la última prueba, esta vez al confirmar vuestra presencia os diré con el número del aula en la que pasareis la prueba práctica. Siguiendo el pasillo encontraréis una bifurcación, a la izquierda los impares y a la derecha los pares. Como os he dicho, yo no soy el encargado de puntuar ni siquiera de vigilar, pero me han dado un par de instrucciones previas para vosotros —bajó la mirada al papel con los nombres y empezó a leer —. La primera es, no se aceptan preguntas hasta el final del examen, y segunda, podéis renunciar a esta prueba en cualquier momento desde ahora, no es eliminatoria pero constaría negativamente para la resolución final.

Alzó la mirada, repasando a los Genins con ella.

Si alguien quiere irse, ahí tiene la puerta —hizo una breve pausa —. Bien, empezamos.

Tras un último vistazo a los participantes empezó a llamarles uno a uno.

Inoue Keisuke, aula tres.

Esperó a que el muchacho empezase a moverse para seguir con el siguiente nombre.

Cuando Keisuke llegase a la puerta del aula, se encontraría con que la puerta estaba abierta y que la distribución del aula estaba ligeramente cambiada. Las mesas de los estudiantes estaban exactamente como antes, sin embargo, la mesa del profesor había sido apartada a un lado y en vez de eso, habían dos cojines y entre ellos un vaso con un liquido blanco.

Uno de esos cojines estaba ocupado ya, por una mujer de cabello largo y negro, que tenía otro vaso con esa sustancia blanca tan sana y nutritiva en la mano y estaba bebiendoselo de un trago.

La mujer estaba vestida con un kimono de colores inusuales como poco. La prenda tenía franjas horizontales negras y amarillas, como si se tratase de un disfraz de abeja más que de un kimono. El protector que relucía en la frente de la examinadora era el de Amegakure, de eso no había duda, pero aparte de eso, Keisuke no sería capaz de encontrar ninguna otra señal de que estuviese de su lado. Parecía estar disfrutando de su trabajo.

Inoue Keisuke, vaya, no estás mal para ser un jovenzuelo todavía. Pasa, pasa, y cierra la puerta tras de ti.

Esa voz le sonaba terriblemente familiar, pero no era capaz de atinar de qué era exactamente. Aunque ese timbre le despertaba cierta amargura al genin.
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#2
Sietes días después de la primera prueba nos encontrábamos nuevamente todos los aspirantes a chuunin en la academia de las olas, por un momento pensé que el ambiente de la segunda prueba sería en un área distinta, diferente, quizá un campo de entrenamiento o un bosque, quizá en la playa, pero no... Nuevamente en la academia, no quise pensar más allá de lo habitual hasta que supiera las orientaciones, quizá era algo protocolar.

Justo en la recepción nos esperaba el lisiado de la prueba anterior, vestía idénticamente a la primera vez que lo vi, pero su rostro era un poco más relajado, anunció que en esta oportunidad no nos evaluaría, que su única función era pasar la lista y dar las orientaciones de la siguiente prueba.

"A la derecha los pares y a la izquierda los impares" Repetí mentalmente una vez más para asegurarme de haberlo agarrado. "Ya estamos con no hacer preguntas ni poder respirar porque sino estas fuera..." Y entonces escuché la segunda regla que quería notificar el juzgado. "¿Quién podría considerar rendirse?" Y luego me convencí de que lo decían seriamente al ver como nos señalaba la puerta.

"Uff esto no parece tener buena pinta"

El shinobi comenzó a llamar por el nombre a cada uno de los participantes, esperé paciente mi turno y escuché el aula que se me asignó, era un número impar, seguí el camino pasillo y al llegar a la bifurcación tomé el camino de la izquierda y entonces busqué el salón con el número tres, la puerta estaba abierta, una clara invitación a que entrase sin más, no esperé mucho y me adentré y lo primero que noté era que habían unos cojines y una mujer de cabello negro estaba acomodada en uno de ellos.

Me detuve de lleno cuando noté la vestimenta de la kunoichi, mi cara empalideció por un momento olvidando que se trataba de una persona, es que tenía gran parecido con una abeja, una abeja reina...

"Calmate, es solo su ropa, respira y continua"

Suspiré y retomé mi caminar un poco más lento, pude notar como bebía un vaso de, si mi razón no me engañaba, leche,

Uno de esos cojines estaba ocupado ya, por una mujer de cabello largo y negro, que tenía otro vaso con esa sustancia blanca tan sana y nutritiva en la mano y estaba bebiéndolo de un trago, ese no era el problema, el problema es que había otro ejemplar justo entre los cojines.

"¿No pretenderá hacermelo beber, me mataría!" Miré el vaso con recelo, ahora quedaba en claro que Mogura sí tenía razón... "¿Sabrán todo sobre mi?" Dudé por un momento y luego reparé en la bandana en su frente, era una compatriota de la lluvia, pero no me inspiraba nada de confianza.

Inoue Keisuke, vaya, no estás mal para ser un jovenzuelo todavía. Pasa, pasa, y cierra la puerta tras de ti.

Mi rostro se enrojeció fugazmente por el cumplido. —Entendido.— No me hice rogar mucho, me devolví y entonces cerré la única salida del aula, la única puerta hacia la libertad... "¿Dónde le he escuchado antes?" Me pregunté extrañado

Viré para encarar nuevamente a mi superior. —Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?— Pregunté acercándome, no obstante, aun no me atrevía a sentarme y tampoco me sentía muy cómodo por el hecho del vaso con contenido lácteo.
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#3
Sin poder evitarlo, la mujer suspiró. Se empezó a masajear los ojos con los dedos, exasperada. Ni dos minutos habían pasado y ya la había liado.

A ver, Keisuke. Solo te han dado una cosa que no debías hacer. Solo una. Bueno, da igual. No voy a echarte un sermón cuando la cagada ya está hecha. Siéntate y nada de preguntas ni interrupciones. De hecho, mejor no digas nada hasta que no te lo diga yo.

En cuanto el chico se sentase, la examinadora empezaría con su explicación.

La segunda prueba trata de un par de decisiones rápidas dentro de un Genjutsu que te hará vivir situaciones donde la rapidez es tan determinante como elegir la opción correcta. Si decides mal, rápido, es malo, pero si eliges bien, tarde, es malo igual. Después de tomar tu decisión, la ilusión te dará un tiempo para justificarte. Tras un par de decisiones volverás aquí y podrás preguntarme una sola cosa, y yo te responderé. Es una ilusión delicada y compleja, así que no intentes resistirte ni liberarte, porque lo conseguirás y contará como abandono. Salir del aula antes de acabar la prueba cuenta como abandono. Hacer preguntas a destiempo cuenta como penalización, así que si abandonas ahora te iras con un cero. ¿Sigues o abandonas?

La mujer miraba a Keisuke como si esperase que volviese a saltarse alguna de las directrices que le había dado y decidiese salir del aula para ir al baño o algo así.
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#4
Cuando la interrogante se escapó de mis labios aún no lo sabía, ignoraba el hecho de que no había pasado más de un minuto y la primera regla ya había sido rota; fue un segundo más tarde cuando noté como la kunoichi masajeaba sus orbes de manera alterada.


—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?
—Un gusto, ¿cómo debería dirigirme a usted?

Aquellas palabras retumbaban en mi mente como sí me hubiese sumergido en un remolino que me arrastraría hacia el suspenso de la segunda prueba sin siquiera haber empezado. Empalidecí nuevamente esperando a que la mujer notificara que estaba descalifidado o algo similar, no podía hacer nada más que aceptar con resignación...

¿Acaso todo venía desde más atrás? Dudé por un momento al recordar la nota de la primera prueba, un examen relativamente fácil según mi perspectiva, pero era evidente que había sido muy honesto y por ello había desaprobado, había aprendido una lección en ese momento...

Cuando escuché que habló cerré los ojos con fuerza para no sentir su mirada cuando dijese que estaba totalmente fuera.

A ver, Keisuke. Solo te han dado una cosa que no debías hacer. Solo una. Bueno, da igual. No voy a echarte un sermón cuando la cagada ya está hecha. Siéntate y nada de preguntas ni interrupciones. De hecho, mejor no digas nada hasta que no te lo diga yo.

Tragué grueso cuando dio su juicio y abrí los ojos, enviándole una mirada de agradecimiento.

A partir de ahí me mantuve en silencio, me senté justo en el cojín frente a ella obedeciendo sin rechistar, no podía seguir metiendo la pata en todas las pruebas. Después de que me encontraba cómodo la examinadora comenzó a explicar lo que vendría a continuación.

"Decisiones rápidas..." Me dije dudoso. "Decidir mal rápido y decidir bien tarde es igual de malo" Repetí, no quería dejar nada por fuera.

Llegado a este punto no es que desconfiase de mis habilidades, es que no me sentía totalmente seguro

¿Sigues o abandonas?

Sentí la presión de la mirada de la mujer, quizá buscaba alguna excusa, algo de duda, o algún signo para lograr más presión en mi, para lograr que abandonase... Pero yo no me iba a ir con un gran cero de la segunda prueba.

Quizá no había hecho el mejor desempeño, desaprobé la primera prueba y había roto la primera regla de la segunda, pero uno o dos errores podía cometerlos cualquiera, ¿no? Solo debía empezar a demostrar mis aciertos.

—Sigo.— Respondí con una misteriosa seguridad que ni yo mismo sabía de donde salió, solo esperaba haber tomado la decisión correcta y poder dar una mejor imagen a partir de ahí.
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#5

Advertencia. A partir de aquí, cada post será decisivo. Es decir, una vez que posteeis y yo lea el post, no valdrá cambiar la respuesta. Haré copiar y pegar y esa será la respuesta con la que me quedaré. Tomaos vuestro tiempo pero estad 100% seguros una vez le deis a enviar. En casos extremos en los que sintáis una necesidad imperiosa de cambiar vuestra respuesta, pedidlo en el tablón, pero habrá una penalización.

La kunoichi suspiró, aún recordando la cagada del muchacho, pero no dijo nada más sobre ello.

Muy bien

Hizo una larga cadena de sellos y posó su mano sobre el brazo del shinobi.

Y la luz se desvaneció para reformarse de nuevo un instante más tarde.

De pronto, iba corriendo a toda velocidad por un camino de tierra en medio de un bosque. Aún quedaban varias horas de sol. Su vestimenta seguía igual con la diferencia de que llevaba un chaleco y una placa que antes no y que le concedían el rango de chunin. Tras él, a apenas unos metros, lo seguían tres genins. Eran dos chicos, uno rubio y otro pelinegro y una chica pelinegra.

En su cerebro empezó a aparecer información que él sabía que era parte de la ilusión. Estaban persiguiendo a un exiliado de su villa, de rango Chunin en el momento en que se exilió, hacía ya un par de meses. Habían tenido un encontronazo con él, del que se había escabullido con heridas leves, conocía el terreno mejor que ellos, ya que se escondía por ahí cerca.

Por si todo eso fuera poco, durante ese encontronazo acontecieron hechos que hacen dudar de una filtración de información. Probablemente, uno de los genin está ayudando al exiliado, directa o indirectamente, consciente o inconscientemente. No tienes ningún indicio claro que señale a ninguno de los tres, y empezar a interrogar y dudar de los tres podría crear fisuras en el grupo, además de que sería un gasto tremendo de tiempo y esfuerzo.

No tardaron en llegar a una bifurcación en el camino, había huellas que probaban que el shinobi en cuestión había pasado por allí. La cosa era que había huellas en ambos caminos, el forajido estaba solo, así que una de las opciones era incorrecta. Fuese cual fuese, no había tiempo para detenerse a hacer preguntas. Estaban en plena persecución, cada segundo era un segundo de ventaja para el perseguido. Los tres genins se pararon y miraron al shinobi de mayor rango esperando una decisión.

Tenía tiempo para darles una explicación breve a sus inferiores sobre cómo actuar, sin embargo, había muchos factores a tener en cuenta.


No conoces las capacidades de los genins, más allá de que saben todas las habilidades básicas. Son niños pobres, tienen como mucho un kunai y un shuriken. Tú posees todo tu inventario. No hay más limitaciones. La bifurcación es marcada, es decir, son dos caminos totalmente opuestos que muy improbablemente vayan a encontrarse después.
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#6
Muy bien —. La examinadora confirmó que me mantenía dentro del examen, no tuvo nada más que preguntar por lo que no tardó en comenzar una larga secuencia de sellos para terminar colocando su mano sobre mi, y entonces...

El reinado de la iluminación caducó con el atentado del ejercito de las sombras, comandado por la oscuridad en sí; mi cuerpo fue absorbido totalmente hasta que el mandato de la luz volvió a su dominio, permitiendo que mis ojos pudieran ejercer su mayor función.

Mi cuerpo se movía a una velocidad considerable por un camino de tierra rodeados por una ciudad de arboles; era consciente de que tenía un rango superior, poseía un chaleco y una placa que me catalogaban como un chuunin, y según la información que tenía en mente estaba en una misión con mi equipo, un grupo de tres genins, dos chicos y una chica, que venían exactamente detrás de mi, era algo emocionante y satisfactorio, verme ahí... Líder de un grupo y poder enseñar lo que había aprendido con mi experiencia, no me importaba que fuese una ilusión, daría lo mejor de mi y también trataría de aprender y disfrutar de los retos que viniesen.

Después de un par de segundos comprendí cual era el objetivo de nuestro trabajo, seguíamos aun exiliado de la villa, lo que debíamos hacer estaba claro, inhabilitarlo y devolverlo a la aldea; otro dato importante era saber un estimado a su poder y/o inteligencia, se le catalogó como un chuunin, por lo que podría tener un rango un poco superior considerando el tiempo que había pasado hasta este día, incluso ya teníamos una idea tangible de sus habilidades... ¿Cómo olvidar aquel encuentro que tuvimos? Había escapado por tener la ventaja en el área en dónde nos encontrábamos, pero esta vez debía ser diferente.

Y vaya que sería diferente, puesto que estaba consciente que no podía confiar totalmente en mi grupo y era algo que me molestaba, era una piedra en mi zapato que molestaba cada vez que pisaba, sí... Así de fastidioso, lo peor de too es que aún no lograba descubrir al topo, no estaba seguro de que fuera un traidor, o de que no haya cometido un error, por lo que estaba en un terreno con varias baldosas falsas y habría que transitarlo con sumo cuidado. Tendría que solucionarlo sin causar un revuelo

Mientras pensaba en como afrontar la situación desde la mejor manera, nos topamos con otro problema, el camino se partía en dos en direcciones totalmente contrarias, y en ambos sentidos habían pisadas de nuestro objetivo. Cuando llegamos a la intercepción me detuve totalmente, y mis subordinados hicieron lo mismo.

Sí mis cálculos no me fallaban tenía unos segundos para trazar mi estrategia y poder seguir la pista del exiliado, por lo que no les dejé pasar en vano.—No dividiremos el equipo.— Les anuncié a la par que hacía el sello correspondiente al Kage Bunshin, un homologo surgió de forma instantánea. —Ya sabes que hacer.— Anuncié a mi clon, este comenzó a avanzar por uno de los caminos, los más rápido posible sin llegar a agotar todas sus energías de lleno y preparado para un posible enfrentamiento.

—Nosotros iremos por aquí, estén atentos a cualquier señal.— Tras decir aquello comencé a guiar al grupo por el camino restante hacia la otra dirección.
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#7
Los genins asintieron ante las ordenes del chunin y las siguieron sin rechistar. Tras empezar el camino la ilusión se paró y se deshizo tal y como se había formado hacia un momento. En vez de volver a la oscuridad, apareció en una pequeña sala completamente blanca con una silla con reposa-brazos y nada más, ni siquiera una puerta. En la pared enfrente de la silla había escritas tres palabras con tinta roja. No olía a nada, no se oían más que los sonidos que él mismo hiciera y no se veían sombras.

Las palabras eran:
Justifica tu respuesta

Y la tinta aún caía por la pared creando hilillos rojos sobre el blanco.
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#8
Una vez las ordenes fueron dadas, el trío acató sin rechistar y entonces tomamos el camino por el cual avanzaríamos. Luego de dar unos cuantos pasos la ilusión se desvaneció en su totalidad, lejos de volver al reinado de la oscuridad, ahora me encontraba en una sala de paredes blancas, no había puertas ni ventanas, el lugar en sí era pequeño; el único objeto era una silla que me llamaba a ponerme cómodo en ella, por lo que no me hice rogar y apoyé mis brazos en el reposa-brazos.

En la pared justo frente a la silla era difícil ignorar el mensaje colocado por el examinador, una letras en rojo, un color escandaloso que se escurría y me hacía recordar a la sangre.

Guardé unos segundos en silencio mientras organizaba mis ideas.

—Con la información que sé sobre el exiliado se podría deducir que tiene cierta ventaja el área dónde nos encontramos, no es la única ventaja que tiene sino que también nos lleva la delantera pudiendo preparar trampas para entorpecer nuestro avance.— Hice una breve pausa. —Además que queda la duda sobre sí alguno de mis subordinados colabora activamente con él, o no; por lo que es otra carta que pudiera tener bajo la manga. Teniendo en consideración esto, al llegar el momento de la bifurcación nuestras posibilidades de dar con él se dividen a la mitad sí solo abarcamos un solo sendero, por lo que lo ideal sería separarnos, no obstante, esto trae como consecuencia la división de nuestro equipo, hubiera tenido que dejar a un par de genins por su propia cuenta y realmente desconozco sus capacidades como para confiar plenamente en ellas, además de que está la probabilidad de que alguno sea un posible traidor y podría estar mandando a un genin a su muerte, esto sí el genin es un traidor y se alía con el exiliado.

Tomé un respiro para luego continuar. —Afortunadamente conozco el kage bunshin, entonces está la otra situación de ¿por qué no dividí el grupo y envié un clon con uno de ellos? Ciertamente pude realizar esta acción, pero preferí estar plenamente con mis subordinados, sí mi clon va con el genin equivocado podría ser deshabilitado en una circunstancia equis y sería tarde para cuando llegase hasta allá.

—El beneficio de que mi clon avance en solitario me permite avanzar más rápido, y no tendría que estar vigilando al grupo sino que podría dedicarme de lleno a rastrearle, en caso de que mi clon se topase o asegurase de que es el camino adecuado haría otro clon y desharía el primero para que la información llegue lo antes posible y poder devolvernos, este segundo clon seguiría de cerca al exiliado y trataría de no entrar en combate a menos de ser necesario o intentaría evitar de que el exiliado de marchase en caso de que su escapatoria sea inminente.

—En el caso de que fuese nuestro grupo en el que se topase o encontrase al exiliado pondría en marcha un plan de acción que debí crear con anticipación desde el momento en que se nos otorgó la misión y usando nuestro encuentro previo para considerar la habilidades del exiliado y modificar el plan en consecuencia. De tener un colaborador activo en el grupo en el momento del asalto al exiliado, podría actuar de diversas maneras según sea la situación, ordenaría el par de genins restante atrapar al colaborador, mientras yo atrapo al chuunin, o trabajaría con uno de los genins para atrapar al chuunin y el genin restante que intentase atrapar al colaborador.— Me detuve a pensar otra posible respuesta pero es que too se vería condicionado por la situación... —Sí hubiera una situación en concreto podría dar otras respuestas... Es toda mi respuesta.— Terminé, esperando que no se me hubiera pasado nada por alto.
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#9
Cuando el mismo shinobi considerase acabado su discurso, la ilusión volvería a coger forma.

Esta vez no se encontraba en ningún bosque, ni siquiera al aire libre. Las paredes endebles de una tienda era lo único que le separaba del aire nocturno. Estaba en plena base enemiga. Estaba esposado con unas esposas supresoras de chakra y anclado al suelo con una cadena. Además, toda su indumentaria le había sido sustraída y reemplazada por una camiseta de manga corta y unos pantalones cortos. Ningún arma ni herramienta le iba a salvar.

Antes de siquiera poder adaptarse a su situación un hombre entró en la tienda y tiró a su lado a otro chaval, esposado también. El hombre era rubio con ojos verdes y tenía pinta de ser el jefe, mientras que el prisionero llevaba las misma ropa que el shinobi. Reconoció al otro muchacho, estaba totalmente seguro de haberlo visto entre el alumnado de la academia, aunque era incapaz de darle un nombre o decir con exactitud cuando lo había visto. Sin embargo, era un compañero de villa y profesión con total seguridad.

Te pongo en antecedentes, éste dice que no sabe nada, así que le vamos a cortar una pierna. Total, son todo beneficios, nos aseguramos de que de verdad no sepa nada y ni te imaginas lo fácil que se vigila a un tullido. Y si sigue sin contestarnos, pues tiraremos a por la otra. Porque solo hay una cosa más fácil de vigilar que un tullido y es un doble tullido. Ahora que sois dos igual podéis echarle un pensamiento. Chicos, agarrad al tullido, digo, al genin. Perdón, me he adelantado.

Dos hombres más entraron en la escena, rapados y con cara de poco cerebro y mucho músculo, agarraron al otro chico mientras su jefe escogía entre la multitud de armas que guardaban en la tienda. Finalmente, levantó una sierra dentada de metro y medio mínimo de largo.

Nunca entendí por qué demonios teníamos esta monstruosidad aquí. Es tan... aparatosa que no sirve para el combate. Supongo que va perfecta para hacer una carnicería —se acercó al chico inmovilizado que miraba con pavor la sierra—. Me han dicho que los Chunin hacen un juramento o alguna mierda así sobre proteger a sus inferiores. Yo voy a lanzar una pregunta al aire, si obtengo una respuesta, saldré de aquí tan contento y sin quitarle ninguna pierna a nadie.

El genin le dedicó una de las miradas más aterrorizadas que había visto en su vida, aún así, no abrió la boca, probablemente a sabiendas de que si lo hiciera lo único que saldrá de ella son súplicas y llantos. El verdugo bajó la sierra hasta que tocó la carne expuesta del chico, que ahogó un grito y cerró los ojos.

¿Quien es el jinchuriki de vuestra villa? Un nombre y un apellido y nadie acabará saliendo por partes de aquí.
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#10
Tras culminar con la justificación de mis acciones la ilusión me llevó a otro ambiente y a otra situación, seguramente más compleja que la anterior.

Cuando todo recobró forma logré notar que me encontraba en el interior de una tienda de campaña, también sabía que era de noche y que por la situación en que me encontraba, esposado y prisionero, era rehén en un campamento enemigo; vestía con una camiseta de manga corta y un short corto, no tenía ninguna de mis pertenencias, ni armas ni nada, prácticamente estaba perdido en todos los aspectos, no podía manipular chakra ni nada más...

"Calmado... Es una dura situación... ¿Querrá que escape?" Pensé al ver la situación en que me encontraba.

No obstante, no tuve chance a pensar nada más, repentinamente entró un hombre que arrojó a otro chico a mi lado, él se encontraba en la misma situación, esposado y despojado de sus pertenencias; el sujeto que acababa de entrar era rubio y ojos verdes, posiblemente fuera el líder; me enfoqué nuevamente en el otro rehén, se me hacía terriblemente familiar...

"¿De dónde lo conozco?" Intenté hacer memoria. "Creo que de la academia, sí, seguro que fue ahí."

El sujeto no tardó en hablar, explicó que mi colega no le había sido de ayuda y que en consecuencia tomaría otras medidas para obtener la información, incluso una buena dosis de psicoterror fue necesaria, amenazó con mutilar uno de los miembros inferiores del chico y de ser necesario ambos. Dio una orden y dos hombres más entraron a la tienda y tomaron al ahora asustado genin, seguí a sus subordinados con mis ojos y noté eran unos musculosos con cabeza hueca; el jefe tomó otro camino buscando una herramienta adecuaa para llevar acabo su objetivo.

"Esto se torna de mal en peor..." Me dije cuando le vi agarrar la sierra.

Y lo que en un momento fue puro bla bla bla, se convirtió en una realidad porque los dientes de hierro ya se encontraban próximos de aquella apetecible extremidad. —¡¿Qué es lo que quieren?!— Exclamé para llamar su atención, quizá ganar unos segundos y escuchar sus demandas, quizá podría evitar la mutilación de aquel muchacho.

Mis ojos se toparon con los del genin y pude sentir impotencia y frustración, al encontrarme ahí y no ser capaz de poder hacer nada, físicamente hablando, traté de mantenerme calmado y hacerle percibir lo mismo, sí todo salía bien nadie tendría que usar muletas...

Y entonces la pregunta del millón de ryous llegó a mis oídos. —¿Qué?— Balbuceé sorprendido. "¿El jinchuriki?" Repasé lo que había dicho.

—Espera! Él no sabe quién es el jinchuriki.— Dije rápidamente. —Y lamento decir que yo tampoco lo sé, somos shinobis de bajo rango, ese tipo de información no la manejamos nosotros.— Me excuse también, sabiendo que a lo mejor no sería suficiente, probablemente no nos creerían y ambos terminaríamos muertos. —Esa es la verdad.— Mencioné con firmeza aunque con mucha mayor incertidumbre sobre nuestro futuro próximo.

"¿Ahora qué...?"
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#11
El hombre sonrió. No dijo nada pero miró a su compañero y asintió. El movimiento de los dientes de la sierra sobre la pierna del shinobi fue instantáneo, éste abrió la boca para gritar y todo se congeló. La sangre en el arma goteaba a pesar de que el resto estaba completamente parado, hasta Keisuke estaba congelado, pero aquel liquido rojizo fluía, chorreaba de la pierna a medio amputar del joven.

Durante unos minutos todo siguió igual, nadie pestañeaba, nada se movía, su cuerpo no le respondía, solo controlaba los ojos, pero no podía cerrarlos. Se formó un charco y se fue agrandando poco a poco. Solo se escuchaba el goteo y el fluir de la sangre.

Hasta que la sangre tocó sus rodillas y la estancia se transformó. Volvió a la habitación blanca con aquellas palabras pintadas en rojo, sin embargo, ahora ese mismo liquido llegaba hasta el suelo, suelo que estaba inundado de rojo. Además, ahora sí había un olor, olor a sangre.

Justifica tu respuesta

Cada letra tenía un rio en su parte más baja que llegaba hasta el suelo y se unía a la inundación. El liquido cubría unos tres centímetros de altura y parecía ir en aumento. Conforme pasaba el tiempo parecía que caía más y más de la pared al suelo, lenta pero inexorablemente la habitación se llenaba.

Seguía con la camiseta y el pantalón de la última ilusión, con las rodillas y las manos cubiertas por completo en aquel liquido que olía como la sangre, tenía el color de la sangre y transmitía un calor parecido al de la sangre.


Llegados a este punto, os hago el amable recordatorio de que vuestro personaje puede abandonar en cualquier momento.
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#12
Nuestro opresor sonrió maliciosamente, se mantuvo en silencio y lanzó una mirada a su cómplice, los dientes del metal no tardaron en masticar aquel trozo de carne, noté como mi colega abrió su boca para dejar escapar un alarido, y a pesar de tener un tétrica escena frente a mi, mis ojos no podían dejar de mirarlo todo; en el momento en que debía escuchar aquel grito de dolor, el tiempo se detuvo, y yo con el tiempo. Rápidamente descubrí que aún estando congelado, no todo se había detenido puesto que pude sentir cada latido de mi corazón con claridad, antes por todo lo que ocurría en mi alrededor no podía notarlo, pero ahora sabía que latía tan rápido que me causaba cierta angustia.

Aquel líquido escarlata que yacía en la sierra también se movía, es escurría sin ningún problema por el metal hasta llegar el precipicio por el cual empezaron a caer ciento de gotas, que no dudaron en convertirse en un flujo sanguíneo constante hasta precipitarse totalmente; quise mover mi cuerpo, salir de aquella restricción, cerrar mis ojos, hacer cualquier cosa que pudiera protegerme o distanciarme temporalmente de la escena, no obstante, nada e aquello era posible, mi única función disponible era mover mis orbes y en aquella sala no había ninguna esquina que pudiera aminorar el hecho de que acababa de presenciar un acto de tortura, de que mis oídos seguían escuchando el molesto sonido de la sangre.

Intenté despejar la mente, pero era imposible.

¿Cuánto tiempo me quedaría ahí?

"Es un examen, resiste" Me dije repentinamente

En el piso quedaba la viva prueba del devastador ataque de los maleantes, un charco que cada vez se hacía más y más grande, la sangre de aquel shinobi siguió alimentando aquel pozo que se extendió totalmente hasta alcanzarme, habrían pasado varios minutos que para mi fue un largo tiempo, hasta aquel momento, el momento en que nuestro encuentro se hizo inminente y entonces la habitación se transformó.

Me encontraba nuevamente en la sala anterior, aquella que se vestía de un pulcro blanco, más, en esta ocasión aquel tinte escarlata manchaba todo bienestar que pudo haber existido; ahora era una sala con sed de sangre, y a pesar de que estaba bebiéndola parecía totalmente insaciable. Nuevamente debía justificar la respuesta a la situación anterior, pero no podía concentrarme tan fácilmente, puesto que las letras de la pared se precipitaban también, podía sentir la calidez y viscosidad en mis desnudos pies, y ese no era el único lugar manchado por la sangre de mi compatriota, mis manos y mis rodillas lucían aquel horrendo color, inevitable era pensar que no se trataba de sangre, incluso el olor a muerte inundaba el ambiente, aquel olor característico e inconfundible.

Me mantenía con la vestimenta del prisionero, el rehén de la cárcel manchada con sangre...

Respiré profundo y esperé unos segundos para retomar la compostura.

—Nos encontrábamos en una situación totalmente desfavorable y probablemente ambos terminásemos muertos dijésemos lo que dijésemos, no había una respuesta correcta para nuestros captores y de haberla no viviríamos para contarlo.— Eso era lo que hubiera hecho yo en todo caso e imaginaba que la mayoría de los ninjas actuarían de esa manera. —Incluso de saber la respuesta correcta nunca podría haber revelado su identidad, el hecho en sí es que realmente no sé quien es el guardián del bijuu, respondí con rapidez, creo que pude haber dicho alguna otra cosa pero estaba a contrarreloj y esas fueron las primera palabras que salieron por mi boca.— Expliqué brevemente. —No tenía nada que perder, y quizá algo que ganar; considero que sería lógico deducir que hay cierta información confidencial que no maneja todo el mundo, y solo quedaba las probabilidades de que encontraran a alguien que supiera la información, otra en la que la persona secuestrada hablase y otra en lo que dijera esa persona fuera fidedigno; y eso en el peor de los casos...
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#13
y eso en el peor de los casos...

Sus últimas palabras se fueron perdiendo con un eco muy marcado, como si estuviese en una habitación cinco o seis veces más grande. Tras unos segundos dejó de escucharse a sí mismo, pero nada cambiaba. La sangre seguía cayendo, subiendo el nivel de la inundación y las partes de su cuerpo manchadas.

No había nada que hacer, no había ventanas ni puertas, ni siquiera esa estúpida silla y eso que hace un momento estaba convencido de haberla visto. Las palabras ahora se veían borrosas pues la sangre empezaba a brotar de toda la superficie que habían ocupado las letras, multiplicando vertiginosamente la velocidad de llenado.

Nada cambiaría hasta que apenas hiciera pie en esa piscina densa y rojiza, justo entonces algo tiraría de él hacia abajo. Sentiría calor por todo su cuerpo, pues estaba rodeado de una sustancia cálida y acogedora. Sin embargo, no llegaría a sentir nada más porque en realidad estaba sentado, rodeado por aire.

Bienvenido de nuevo, Inoue Keisuke. Ahora es la hora de tu pregunta, ahora la de verdad. Recuerda que puedes preguntar lo que quieras, yo te contestaré y entonces se acabará el examen.

Estaba de nuevo en la habitación donde se había sentado al principio. Con sus ropas y sin una sola mancha de sangre. Podía respirar normalmente y todas sus piernas parecían estar en su sitio. Toda la estancia estaba exactamente como la había dejado hacía apenas unos momentos.

Aunque la voz de la examinadora seguía igual de perturbadora. La única diferencia es que el aire parecía más cargado que antes, seguramente porque era verano y llevaban encerrados en esa aula Kami-sama sepa cuanto tiempo.
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#14
Mis palabras rebotaron entre las cuatros paredes que me tenían prisionero y se mantuvieron resonando por unos cuantos segundos más... La sangre siguió escurriendose y subiendo el nivel de la misma que seguía aumentando considerablemente.

Miré a todas partes, las cuatro paredes estaban intactas, ni ventana, ni puerta, ni siquiera estaba la silla que hacía unos segundos juraba haber visto. "¿Ahora qué?" Busqué con mis manos mis porta-objetos, pero no estaba, no tenía ningún tipo de equipo, ¿podría usar chakra?

El ruido de un río que se precipitaba me sacó de mi ensimismo, viré y noté que las letras no estaban, ahora eran seno grifos que aumentaban considerablemente el riesgo de que aquel viscoso líquido me sepultase, todo mi cuerpo estaba siendo engullido por la sangre, podía sentir su consistencia en adherirse a mi.

"¿Habrá una salida? ¿Qué debo hacer?" Me dije angustiado en vista de no tener ninguna orientación, busqué nuevamente algo, alguna señal, algún mensaje. "¿Y sí...—" Mis pensamientos se vieron interrumpidos abruptamente por un poder que me tomó, cerré los ojos, me arrastró al fondo de aquella piscina, mi ser se manchó en totalidad, sentí la calidez y el bienestar de aquel fluido, era algo extraño.

Abrí los ojos e instintivamente realicé la acción para tomar una bocanada de aire, pero no fue necesario porque sentí el cambio de ambiente, por lo que miré mi cuerpo buscando el rastro rojizo, todo estaba en su lugar, mis ropas, mis herramientas, mi bandana, todo estaba intacto.

Suspiré con alivio.

Bienvenido de nuevo, Inoue Keisuke. Ahora es la hora de tu pregunta, ahora la de verdad. Recuerda que puedes preguntar lo que quieras, yo te contestaré y entonces se acabará el examen.

Ubiqué rápidamente a mi examinadora, al escuchar su voz no pude evitar sentirme incómodo, un cosquilleo recorrió mi cuerpo, eran síntomas de ansiedad. En el ambiente podría palparse cierta tensión, que añadido a lo anterior vivido y a su voz, me incomodaba aún más...

"¿Qué preguntar..." Pensaba y pensaba, no quería desperdiciar esa oportunidad, pero recordé algo al inicio del examen que necesitaba solventar.

—Bueno, creo que ahora sí puedo saber... ¿Cómo se llama?
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#15
La examinadora se levantó de su cojín y se acercó a la ventana para abrirla mientras escuchaba al shinobi.

Nada como la persistencia para encandilar a una dama, lo admito. Una pena, sin embargo...

Pero antes de poder acabar de hablar, abrió la ventana para airear la estancia. En cuanto la abrió, una fuerte explosión tumbó toda la cristalera y el muro que la sostenía, enterrando en escombros a la misma examinadora y dejando al shinobi aturdido tras caer hacia atrás violentamente.

Tras unos segundos, o unos minutos, el shinobi volvió en sí, apenas oía por el zumbido que le había dejado la explosión en las orejas, tenía varias rascadas superficiales y ante él la pared derrumbada encima de su examinadora, que probablemente hubiese desaparecido al ser un clon. Detrás de él la puerta se abrió y una voz sonó a tal volumen que la pudo escuchar perfectamente.

¡Aquí hay uno vivo! ¡Hey, chaval! ¡Tienes que salir de aquí ahora mismo! ¡Nos atacan!

Si se giraba vería al mismo manco que les había atendido en primer lugar. Era cierto que se escuchaba todo tipo de sonidos típicos de combates shinobi. Choque entre metales, el silbido de armas arrojadizas e incluso explosiones causadas por todo tipo de choque de ninjutsus. Y cada vez los oía más cerca. A un lado tenía al hombre, que parecía estar vigilando que nadie entrase por el pasillo, al otro, la pared derribada, que ahora dejaba ver uno de los patios interiores de la academia.
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