12/08/2018, 17:34
«¿Pues claro qué…?»
¡¡¡BOOOM!!!
Datsue salió rebotado contra el suelo y creyó perder la conciencia. Todo se convirtió entonces en un sueño. En ese típico sueño en el que eres consciente de que estás soñando, y que, si te esfuerzas lo suficiente, logras despertarte de él. El Uchiha sentía un molesto zumbido en los oídos, y se aferró a él como a un billete de quinientos ryos. Sabía que aquel pitido provenía del mundo real, y que sería el único que le despertaría.
Las manchas borrosas se convirtieron en escombros. El zumbido, en sonidos de guerra. El hombre manco apareció como un trueno en la habitación, anunciando muerte y caos. ¿Un ataque de quién? ¿Kusa? ¿Ame? ¿Quién había osado romper la paz que había reinado hasta entonces?
No lo sabía, ni había tiempo para cuestionárselo. Echó una última ojeada al brazo inerte de su examinadora. Sabía que un buen ninja debería quedarse a comprobar si seguía viva. Sabía que eso era lo que le pedirían en un examen. Pero ellos ya no estaban en uno, y aquella mujer…
Podía ser su compatriota, pero era una ribereña del Sur. Haría un favor a la Villa dejándola allí.
Con un sobrecogimiento en el pecho que no supo identificar si era de remordimiento o los efectos secundarios de la explosión, le dio la espalda y salió de la habitación tal y como se lo había ordenado el manco.
Dudó. Un segundo eterno.
—Puede que mi examinadora todavía esté viva bajo los escombros —se obligó a decir, masticando cada palabra como si le doliesen las muelas. Un acto de misericordia. Sintió que su pecho se sentía algo mejor—. ¿Se sabe quién es el enemigo? —preguntó, ya con el Sharingan activado.
¡¡¡BOOOM!!!
Datsue salió rebotado contra el suelo y creyó perder la conciencia. Todo se convirtió entonces en un sueño. En ese típico sueño en el que eres consciente de que estás soñando, y que, si te esfuerzas lo suficiente, logras despertarte de él. El Uchiha sentía un molesto zumbido en los oídos, y se aferró a él como a un billete de quinientos ryos. Sabía que aquel pitido provenía del mundo real, y que sería el único que le despertaría.
Las manchas borrosas se convirtieron en escombros. El zumbido, en sonidos de guerra. El hombre manco apareció como un trueno en la habitación, anunciando muerte y caos. ¿Un ataque de quién? ¿Kusa? ¿Ame? ¿Quién había osado romper la paz que había reinado hasta entonces?
No lo sabía, ni había tiempo para cuestionárselo. Echó una última ojeada al brazo inerte de su examinadora. Sabía que un buen ninja debería quedarse a comprobar si seguía viva. Sabía que eso era lo que le pedirían en un examen. Pero ellos ya no estaban en uno, y aquella mujer…
Podía ser su compatriota, pero era una ribereña del Sur. Haría un favor a la Villa dejándola allí.
Con un sobrecogimiento en el pecho que no supo identificar si era de remordimiento o los efectos secundarios de la explosión, le dio la espalda y salió de la habitación tal y como se lo había ordenado el manco.
Dudó. Un segundo eterno.
—Puede que mi examinadora todavía esté viva bajo los escombros —se obligó a decir, masticando cada palabra como si le doliesen las muelas. Un acto de misericordia. Sintió que su pecho se sentía algo mejor—. ¿Se sabe quién es el enemigo? —preguntó, ya con el Sharingan activado.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado