Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Kondor observaba el cielo del atardecer desde lo alto de la cueva artificial que le habían regalado los miembros de la aldea para guarecerse de las inclemencias del tiempo y que le servía como refugio. La aldea de Uzu estaba plagada de esas cuevas que se solían aglomerar de forma vertical y donde se retiraban a descansar y vivir el resto de ciudadanos. Las llamaban casas.
Kondor no conocía la comodidad de un buen hogar, por lo que tampoco la necesitaba. Prefería mil veces subirse al tejado, al aire libre, y observar la aldea desde lo alto. Poco a poco se iba haciendo a las costumbres de la civilización. Había por lo visto otro tipo de cuevas en las que no se descansaba (o no se suele descansar) si no que guardan grandes reservas de comida a las que se puede acceder a cambio de algo llamado dinero... El dinero, unos papeles y unas piedrecitas brillantes que los ciudadanos ganaban haciendo favores a otros a cambio. La sociedad era demasiado complicada para Kondor.
- Jamás entenderé lo complicado que es este mundo -pensó Kondor. Y acto seguido se dirigió a la playa. La larga extensión de agua salada le ayudaba a relajarse y a calmar sus pensamientos. Unicamente vestido con su chaleco, su pantalón y su bandana, Kondor saltó de tejado en tejado en dirección a las Costas del Remolino.
El ocaso estaba en pleno apogeo cuando Kondor llegó a la playa. Se sentó en su cala favorita, en cuclillas rodeando sus piernas con los brazos. Allí disfrutó de la agradable brisa del mar, de su penetrante olor a sal y humedad y de la impresionante vista de la gran bola de fuego que poco a poco iba desapareciendo por el horizonte. Un poco más calmado, siguió analizando las dificultades que le planteaba aprender las costumbres de una sociedad a la que, supuestamente, pertenecía.
El joven peliazul se encontraba en las playas de Uzushiogakure. Llevaba horas entrenando una nueva técnica, pero no conseguía llegar a más que una pequeña idea. Había sido un día largo y empezaba a atardecer. Estaba cansado y hasta cierto punto descepcionado de los resultados, asi que decidió que darse un rato más para descansar.
Vaya, parece que hoy tampoco he tenido muchas suerte... mañana seguro que saldrá mejor
Se animó a si mismo a la vez que buscaba un sitio para sentarse, planeaba dejar constancia de sus progresos en su diario, a lo mejor de esa manera conseguía centrarse a la vez que sentirse mejor. Dante se dirigió a la horilla, donde podía ver el bello ocaso de Uzushiogakure a la vez sacaba su diario para escribir en el.
Para Minami Dante, esta vez no me ha ido mucho mejor, algo en la técnica no funciona correctamente. ¿Puede que sea mi control del chakra? ¿Mi concentración? ¿O simplemente no tengo el nivel suficiente? Sea lo que sea que me esté impidiendo realizar la técnica, es preciso que lo solucione pronto, de lo contrario no podré conseguir que la técnica sea útil pronto. Por ahora sigo consiguiendo poco más que una leve chispa azul.
Luego de escribir en el diario volvió a guardarlo en la bolsa junto al bolígrafo, se sentía mejor, incluso animado para continuar practicando la técnica al día siguiente. Por ahora solo quería observar el atardecer mientras valoraba los motivos por los que la técnica no funcionaba como pretendía.
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Mientras disfrutaba de los últimos momentos de luz, la gran bola del cielo se resistía a desaparecer por el borde del mundo, Kondor percibió un olor nuevo. No era un olor que perteneciera a ese lugar, pero olía a aldea, así que al menos el muchacho pensó que podría ser uno de sus "vecinos".
Efectivamente, tras unos segundos, el huérfano divisó a una persona joven y con un llamativo pelo azul que paseaba por la playa justo por debajo de él. No daba señales de haberle visto y Kondor decidió esperar y observar. Llevaba toda la vida haciéndolo para cazar y se había vuelto bastante diestro en el tema, además que la posición que había escogido le permitía hacerlo sin apenas posibilidad de ser avistado.
Solo esperaba que no pudiera sentir su energía vital, o lo que los aldeanos llamaban "chakra". Sabía con certeza, gracias a sus instructores, que era posible detectar a alguien sin necesidad de verlo, olerlo u oírlo. Pero si el muchacho le había detectado, no dio señales de ello.
Kondor sentía curiosidad, quizá aquella fuera una buena ocasión para intentar adaptarse más al nuevo mundo que estaba conociendo. El chico sacó un libro, Kondor los había conocido nada más llegar a la aldea, para bien o para mal; y empezó a escribir en él durante unos minutos. Acto seguido lo cerró y lo guardó en la bolsa mientras hacía como él: disfrutar del atardecer.
La curiosidad es un arma de doble filo, pero Kondor aun lo desconocía. Quería saber para qué era ese libro y por qué escribía en él. Se puso de pie y sin demora comenzó a bajar la cala intentando no asustar a su nueva compañía. No quería parecer estruendoso ni tampoco aparecer de golpe por detrás. Cuidó mucho su lenguaje corporal para no parecer una amenaza. Tras unos segundos recapacitando sobre la frase que buscaba mientras miraba a los ojos a su nuevo interlocutor, Kondor preguntó:
- ¿Qué... escribir? - con dificultad y sin dominar demasiado la conjugación.
El tiempo pasaba a cámara lenta ante el ocaso de Uzushiogakure, el día desaparecía lentamente para dar paso a la noche y Dante tenía la suerte de estar allí para disfrutarlo, cerró los ojos a la vez que dejaba escapar un leve suspiro. En verdad estaba disfrutando del ambiente después de un largo día entrenando. Pero aún así no podía evitar seguir pensando en sus progresos.
Aún así, me parece extraño no poder sacar nada de mis entrenamientos... ¿Puede que tenga que volver a las bases? Sí, seguramente eso será lo mejor. Detendré un tiempo el desarrollo para seguir entrenando
Concluyó el joven Gennin. No hace mucho más de un més todavía era un estudiante y estaba emocionado por la cantidad de progresos que podría hacer a partir de ahora, pero estaba estancado.
Pasó muy poco tiempo más sentado antes de que notara como un joven se le acercaba. Tenía el pelo castaño y parecía tener la misma edad y altura que Dante, pero parecían tener claras diferencias: ese chico estaba en un claro mejor estado físico que Dante e inspiraba un aire especial, algo que de alguna manera lo diferenciaba del resto de personas, como si no fuera normal.
El joven se quedó parado unos segundos antes de preguntarle torpemente a Dante sobre lo que estaba escribiendo.
¿Puede que tenga algún problema para el habla?
Se preguntó mentalmente, aunque en verdad se lo tomaba como una seguridad.
El tambíen se pensó lo que diría unos segundos antes de responder.
-Uhhh... nada especial, estaba escribiendo los progresos de mi entrenamiento-
Dijó el joven de cabellos azules con una sonrisa amable, antes de hacer una pequeña pausa mientras se levantaba.
-Oh, disculpa, Yo soy Dante, Minami Dante-
Le extendió la mano con intención de saludarlo con un apretón de manos.
-Un gusto-
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Aquel chico dudaba ligeramente a la hora de responder, por lo que Kondor se dedicó a fijarse en él. Ahora que lo tenía enfrente pudo ver su anatomía y sus rasgos mas detenidamente. Era un macho, mas bajito que él y un poquito más enclenque. Lo que más destacaba era su pelo azul. Aquel azul fascinaba a Kondor. Se preguntó si aquel azul escondía algún secreto, ya que era la primera vez que veía humanos con ese cabello. Resistió las ansias de acercarse para observar y tocar ese pelo mas de cerca. En la aldea le habían enseñado a respetar el espacio personal de los demás. Sus costumbres eran extrañas... pero Kondor pretendía adaptarse algún día.
Su cara era agradable, era la primera sensación que le llegó. Sus rasgos eran delicados para el estándar que comprendía Kondor. Unido a su lenguaje corporal, el salvaje enseguida sintió que las intenciones de aquel chico por lo general, serían buenas.
Cuando habló, el joven huérfano asimiló lentamente las palabras difíciles, las expresiones y exclamaciones de aquel joven con un asentimiento leve de cabeza, mientras se cruzaba de brazos y fruncía ligeramente el ceño. Por desgracia, el lenguaje corporal de Kondor aun era salvaje y no podía ocultarlo, por lo que cualquiera que le viera sabría que estaba claramente concentrado en no perder el hilo y en digerir toda la información posible. Era como un niño de 2 años. Una esponja.
El muchacho se presentó ante Kondor- Kondoriannno - respondió él, marcando las enes como si pusiera todo su empeño en no dejar la palabra a medias. El muchacho le tendió la mano. Kondor, confuso, se la agarró de forma poco ortodoxa pero sin fuerza mientras decía:
El joven, mientras Dante explicaba, parecía mostrarse resceptivo. Como si quisiera aprender y quedarse con toda la información que le estaba dando. Pero el peliazul pensaba en otra cosa mietras veía las reacciones del chico que estaba frente a el.
¿Qué le habrá sucedido
A Dante le preocupaba. Tenía la impresión que el chico no solo quería aprender, sino que lo necesitaba. No parecía tener idea de muchas cosas de las que decía Dante.
El joven respondió a Dante con un apretón de manos algo torpe, a la vez que se esforzaba por presentarse correctamente. Se notaba leguas que le costaba, pero Dante se esforzaba en mantener la expresión amable para hacerlo sentir cómodo.
-Pues... los progresos son...-
Hizo una pequeña pausa para pensar en lo que diría ¿Cómo podría explicarle lo que es un progreso? Dante no sabía que palabras escoger, era posible que en lugar de ayudarlo lo confundiese un poco más.
-Un progreso es... una mejora, en este caso son los resultados de mi entrenamiento diario-
Dante sonreía levemente mientras hablaba, sentía que con esa explicación sería suficiente.
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A pesar de la torpeza social de Kondor, el muchacho peliazul sonreía y eso tranquilizaba al salvaje. Empezó a intentar explicarle lo que significaba progreso, pero se paró a pensar. En aquel pequeño intervalo Kondor se fijó de nuevo en el físico de aquel muchacho.
Aunque Kondor desconocía el nombre, sabía que existía una ley natural en el mundo. Los débiles caen y los fuertes sobreviven. Se preguntaba que escondería aquel chico para haber sobrevivido a pesar de tener esa apariencia tan enclenque, o si simplemente había sido protegido por sus progenitores de forma eficaz. Eso, unido al color de pelo tan extraño, despertó aún más la curiosidad de Kondor por aquel muchacho.
- Un progreso es... una mejora, en este caso son los resultados de mi entrenamiento diario
Lo entendió. El chico estaba entrenándose, quizá para volverse mas fuerte físicamente o quizá porque practicaba las artes "mágicas" que practicaban muchas de las personas de la aldea. Quizá fuera eso lo que escondía. Kondor quería preguntarle sobre ello sin molestarle. Aún no dominaba bien el tacto a la hora de hablar ni los modales de aquella sociedad nueva para él.
- ¿Que... ennntrenarrr? - preguntó el salvaje. Dudaba y bajó la mirada hacia la arena. Cuando volvió a subirla hacia Dante sus ojos se mostraban sinceros y curiosos - ¿Enseñar a Kondor? - y juntó las manos en un gesto de súplica aprendido recientemente. Lo había visto hacer a un aldeano pobre y sus conciudadanos le habían respondido con una limosna. No conocía del todo su significado y esperaba no estar solicitando una limosna a aquel joven al que tanto aprecio había cogido.
La gran bola blanca del cielo hacía tiempo que se había sido tragada por el mar y el cielo pintaba con sus últimos trazos púrpuras. La preciosa bola blanca que acompañaba a las noches se alzaba ahora, dotándolo todo de una fantasmagórica luz que excitaba a Kondor. El corazón del salvaje latía rápidamente mientras aguardaba la respuesta de Dante.
En cuanto Dante acabó de explicar, el joven Kondor preguntó interesado y curioso por el entrenamiento de Dante.
-¿Qué... ennntrenarrr?- Preguntaba mientras miraba a Dante a los ojos. -¿Enseñar a Kondor?-
El chico juntó las palmas en gesto de súplica, cosa que provocó un leve nerviosismo en Dante ya que no sabía que hacer en una situación como esta.
Debería... ¿debería de enseñarle? No lo creo, ni si quiera he completado la técnica, además nos acabamos de conocer...
Dante apoyó la mano derecha sobre su barbilla durante un instante mientras valoraba la situación.
-Porrr favvvor?-
Suplicó Kondor provocando un leve suspiro de resignación a Dante, seguido sonrisa.
-Pues... podría enseñarte, pero ni siquiera tengo acabada la técnica, jaja- Se rio un poco mientras se rascaba la nuca -Pero... si quieres podemos entrenar juntos sin ningún problema- continuó mientras adoptaba una postura más relajada
El sol ya había desaparecido completamente, dando paso lentamente a una hermosa noche estrellada propia de Uzushiogakure.
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- Pues... podría enseñarte, pero ni siquiera tengo acabada la técnica, jaja. Pero... si quieres podemos entrenar juntos sin ningún problema
Kondor asimiló las palabras, y aunque algunas no las entendía si que captó el concepto. El muchacho rehusaba de enseñarle la técnica porque no estaba acabada. No lo entendía. Las técnicas que el había aprendido estaban en pergaminos que le había prestado el personal docente durante su aprendizaje de la sociedad. Si no estaba acabada... ¿Era aquél chico un creador de técnicas? Kondor no conocía a ninguno y si aquel muchacho lo era le emocionó estar delante.
Tampoco entendía a que se refería con entrenar juntos. Todos sus entrenamientos habían sido junto a un profesor para practicar el dominio de aquellas técnicas que había aprendido. ¿Quería aquel muchacho entrenar alguna técnica juntos? ¿Le enseñaría alguna técnica nueva? No lo entendía, y mientras el muchacho se rascaba la nuca, Kondor suponía que esperaba algun tipo de respuesta del salvaje. Se decidió y actuó:
Realizó las tres posiciones de manos que le permitían canalizar el chakra para realizar aquella técnica y acto seguido había dos salvajes idénticos en aquella playa, observando a aquel muchacho.
- ¿Ennntrenarrr asi? -preguntó Kondor.
• PV: 120
• CK: 87
• Portaobjetos Básico (x1) [2/10]
• Kunai (x2) (en el portaobjetos)
Un Ninjutsu que crea una copia intangible del cuerpo del usuario, sin ningún tipo de sustancia ni solidez. Puesto que el clon, por sí mismo, no tiene la habilidad de atacar, y sólo puede utilizarse pues para confundir al enemigo, normalmente empleado en combinación con otro tipo de Ninjutsu o tácticas. Es una técnica muy básica, pero con ingenio puede utilizarse de forma efectiva. Los clones se disipan cuando entran en contacto con cualquier cosa. Pueden ser fácilmente diferenciados de una persona por usuarios de Dōjutsu. Un usuario con ojos normales puede también distinguir los clones del original, puesto que éstos no tienen sombra y no causarán perturbaciones en el área que les rodea (no levantarán polvo, aplastarán la hierba, etc).
23/07/2016, 16:51 (Última modificación: 3/08/2016, 20:48 por Tsukiyama Daigo.)
Bueno, me resté la mitad del CK asimilando que es el que he gastado mientras estaba entrenando xD nada, para avisar.
El joven Kondoriano reaccionó rápidamente ante la proposición del peliazul realizando los tres sellos manuales que conformaban la técnica de clonación básica.
¿En qué estará pensando?
Se preguntaba Dante. Es posible que se le hubiera pasado el explicar qué tipo de entrenamiento tendrían, pero decidió seguirle la corriente al muchacho repitiendo los sellos en cuanto este acabó.
-Carnero...Serpiente...Tigre...-
Susurró mientras realizaba los sellos con algo de cuidado. No es como si lo necesitara, pero era una práctica que se le había quedado desde sus tiempos de estudiante.
Ahora habían dos peliazules y dos salvajes en aquella playa. Tanto Dante como su copia mantenían una leve sonrisa.
-Perfecto, si deseas podemos mejorar juntos nuestro control del chakra- Ofreció Dante, sonriente como siempre.-Si te parece podemos ir al agua, para entrenar mejor- Concluyó.
Los dos peliazules se acercaron algo más al mar con la intención de usarlo para entrenar su control caminando sobre este, pero justo antes de llegar al punto en donde sus pies se mojarían dieron media vuelta para poder ver a Kondor y su clon.
-¿Qué dices? ¿Te parece?-
Dijo esperando por Kondor para iniciar su entrenamiento.
Un Ninjutsu que crea una copia intangible del cuerpo del usuario, sin ningún tipo de sustancia ni solidez. Puesto que el clon, por sí mismo, no tiene la habilidad de atacar, y sólo puede utilizarse pues para confundir al enemigo, normalmente empleado en combinación con otro tipo de Ninjutsu o tácticas. Es una técnica muy básica, pero con ingenio puede utilizarse de forma efectiva. Los clones se disipan cuando entran en contacto con cualquier cosa. Pueden ser fácilmente diferenciados de una persona por usuarios de Dōjutsu. Un usuario con ojos normales puede también distinguir los clones del original, puesto que éstos no tienen sombra y no causarán perturbaciones en el área que les rodea (no levantarán polvo, aplastarán la hierba, etc).
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Perdón por la tardanza Dante, he tenido una semana intensa en el curro y parece que la próxima sera parecida, pero intentaré postear antes.
El salvaje y su copia observaron la reacción del muchacho, que imitó a Kondor creando a su vez una copia de sí mismo. El muchacho observó que su copia parecía un poco mas imperfecta que la de su compañero. Aquello parecía confirmar las sospechas de Kondor sobre Dante: era un practicante de aquella extraña magia que le habían enseñado. Shinobi recordó que los llamaban.
- Perfecto, si deseas podemos mejorar juntos nuestro control del chakra-comentó Dante. El huérfano no dejaba de admirar a aquel chico. La estabilidad de la técnica hacía que el clon de Kondor pareciera un dibujo en movimiento.- Si te parece podemos ir al agua, para entrenar mejor -culminó el peliazul, mientras se acercaba al mar- ¿Qué dices? ¿Te parece?
Kondor asintió y se le escapó una leve sonrisa. Su clon, sin embargo, permanecía impertérrito. Pero el joven le ordenó caminar junto a él hasta acercarse al mar. Aquí había otro inconveniente: Kondor sabía acumular chakra en sus pies, más o menos decentemente, para caminar sobre superficies intestables, como el mar. El problema vino después.
Justo cuando Kondor posó su segundo pie sobre la superficie del mar, su clon desapareció en una nube de humo. Al salvaje le costaba concentrarse para mantener dos canales de chakra o dos técnicas diferentes. Quizá aquel entrenamiento le sirviera después de todo. Quizá si aquél muchacho tuviera paciencia con él, le ayudara a mejorar su control del chakra. Mientras el viento se llevaba las ultimas volutas de humo de su clon, el salvaje miró a los ojos brevemente al peliazul.
- Lo ssssiento -susurró Kondor, agachando la cabeza, visiblemente alicaído por su fallo.
Vida
120/120
–
0
–
Chakra
87/90
–
0
–
Inventario:
Hitai-ate (Cuello)
Portaobjetos Básico (x1) [2/10]
Kunai (x2) (en el portaobjetos)
¤ Andar sobre el Agua - Requisitos: Ninjutsu 10
El ninja adquiere un mayor control de su chakra, pudiendo caminar sobre el agua y combatir sobre la misma.
Kondoriano asintió y sonrío levemente, mostrándose receptivo ante la propuesta del joven genin peliazul.
Genial, parece que al fin he econtrado un compañero de entrenamiento
El joven de aspecto salvaje se acercó caminando a Dante con la intención de empezar con el entrenamiento que este había propuesto. Dante decidió observar primero a Kondor mientras posaba un pie en el agua, todo parecía ir perfecto hasta que decidió poner su segundo pie.
-Lo ssssiento-
Se disculpó Kondor agachando la cabeza con desánimo debido a que su clon había desaparecido en el momento en que se puso de pie en el agua.
Dante por su parte continuaba con una leve sonrisa amable.
Rayos...
Ese contratiempo retrasaría el entrenamiento, pero sabía que no tendría que verlo de esa manera, sabía que debería animar a su compañero así que se acercó con tranquilidad dando un par de pasos hacia Kondor.
-Tranquilo, amigo, no tienes nada de que disculparte. Al fin y al cabo, estamos aquí para entrenar ¿no es así?-
El Dante que se encontraba en la arena, el clon, se limitaba a observarlos mientras empezaba a perder color y forma. Aparentemente la fatiga por el largo entrenamiento había pasado factura en la concentración y el control de chakra de Dante.
-Jaja, parece que yo también necesito entrenar un poco más ¿no crees?-
Comentó sonriente a la vez que su clon acababa de disiparse.
-Bien ¿Te parece que iniciemos con un poco de calentamiento?- Propuso Dante mientras se alejaba un poco más de la orilla esperando una respuesta de Kondor. Su intención era trotar en el agua antes de iniciar con el entrenamiento.
Vida
80/80
–
0
–
Chakra
67/100
–
+20
–
Inventario:
Hitai-ate (Brazo derecho)
¤ Andar sobre el Agua - Requisitos: Ninjutsu 10
El ninja adquiere un mayor control de su chakra, pudiendo caminar sobre el agua y combatir sobre la misma.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Aquel muchacho seguía siendo amable con Kondor, y a pesar del fallo de hace un momento, el salvaje se permitió el lujo de devolverle la sonrisa y levantar la cabeza.
Tranquilo, amigo, no tienes nada de que disculparte. Al fin y al cabo, estamos aquí para entrenar ¿no es así? -dijo el peliazul, caminando hacia Kondor. Mientras observaba aquella mirada amable, por el rabillo del ojo pudo percibir que el clon de Dante también se dispaba.- Jaja, parece que yo también necesito entrenar un poco más ¿no crees?
Oirle reír terminó de tranquilizar al huérfano. Observó a Dante, que le apremiaba a comenzar a calentar. El joven peliazul se adentraba en aquel enorme lago salado que llamaban mar, y parecía estar incitando a que Kondor le siguiera para familiarizarse con una ligera marcha sobre el agua.
Con decisión y sonriendo de nuevo, Kondor se concentró y dio unos pasos. Desde fuera parecía alguien caminando sobre hielo y que temiera que la fina capa se abriera bajo sus pies. Se concentró y se relajó. Sus pies descalzos se impregnaban de agua y salitre, una sensación placentera que le ayudaría con el entrenamiento. Poco a poco, Kondor fue afianzando más y más los pasos hasta que se permitió iniciar un pequeño trote.
Las salpicaduras eran bastante aparatosas, sin embargo, una posible señal de que estaba excediéndose en la cantidad de chakra que expulsaba para impulsarse sobre las olas. Ya puliría esos detalles luego.
- ¡Lisssto! exclamó el muchacho, visiblemente entusiasmado por el próximo entrenamiento.
Vida
120/120
–
0
–
Chakra
90/90
–
+3
–
Inventario:
Hitai-ate (Cuello)
Portaobjetos Básico (x1) [2/10]
Kunai (x2) (en el portaobjetos)
¤ Andar sobre el Agua - Requisitos: Ninjutsu 10
El ninja adquiere un mayor control de su chakra, pudiendo caminar sobre el agua y combatir sobre la misma.
13/08/2016, 21:32 (Última modificación: 13/08/2016, 21:33 por Tsukiyama Daigo.)
Dante parecia haber conseguido animar a su compañero y eso lo alegraba a el. Esperó a Konder unos segundos y caminaba a su lado con relativa tranquilidad mientras su nuevo amigo se acostumbraba al oleaje y se estabilizaba dando un par de pasos. Pronto la caminata se transformó en una marcha para pasar a un leve trote que mantuvieron durante un par de minutos.
Dejó escapar un suspiro seguido de una leve risa.
Genial, seguro que teniéndolo a el como compañero ambos mejoraremos mucho más rápido.
Dante no podía evitar sonreír mientras calentaba con su nuevo amigo. El trote de Dante era ligero, ya estaba acostumbrado a esta clase de entrenamiento en la playa, así que sus pies se acostumbraron rápidamente para utilizar su chakra adecuadamente. No de la misma manera que su compañero que, al contrario que Dante, trotaba con pasos pesados y salpicando bastante.
-¡Lisssto!-
Exclamó Kondor listo para dar por terminado el calentamiento y con gran entusiasmo por continuar entrenando, entusiasmo que, en cierta medida, se le contagió a Dante.
-Perfecto, entonces prosigamos al siguiente entrenamiento ¿Te parece?-
Sugirió sonriente antes de mirar a ambos lados, pensaba en el rumbo que debería tomar el entrenamiento a partir de ese momento.
Podríamos continuar con algo de entrenamiento físico... o puede que tengamos que continuar con el control de chakra...
Dante estaba indeciso, el entrenamiento físico le interesaba todo, pero en verdad ya no tenía idea de como continuar su entrenamiento. Posó su mano derecha sobre su barbilla mientras pensaba, hasta que en pocos segundos llegó a una conclusión.
-Kondor, uhhhhh, te puedo llamar Kondor ¿no? Bueno, ¿Qué te parece si decides tú como continuamos el entrenamiento?-
Acabó por preguntar Dante algo dudoso, pero sin perder la sonrisa. No sabía si se estaba tomando demasiadas libertades con su recién entablada amistad.
Vida
80/80
–
0
–
Chakra
87/100
–
+20
–
Inventario:
Hitai-ate (Brazo derecho)
¤ Andar sobre el Agua - Requisitos: Ninjutsu 10
El ninja adquiere un mayor control de su chakra, pudiendo caminar sobre el agua y combatir sobre la misma.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Dante se movía mucho mejor que Kondor en el agua. Su control del chakra era más preciso que el del salvaje y lo demostraba con creces. Kondor envidiaba eso del peliazul y solo hacía que tuviera más ganas de que le enseñara a controlarlo como él.
De hecho el peliazul le dio la oportunidad al preguntarle como quería enfocar el entrenamiento de ahora en adelante. Quería aprender a controlar mejor aquella magia, el ninjutsu. Era lo que peor se le daba.
El salvaje sonrió. Manteniendo el equilibrio debido al moderado oleaje decidió dar un paso mas allá en su control del chakra. Concentrándose, distribuyó la cantidad necesaria de chakra en sus pies para mantenerse a flote y a su vez canalizó aquella energía hacia afuera para realizar aquella técnica.
Tigre, Buey, Perro, Conejo, Serpiente -recitó mentalmente mientras ejecutaba cada uno de aquellos sellos.
Inmediatamente una rafaga de viento hizo desplazarse el mar hacia los lados como dejando un surco en un campo de cultivo hasta que se disipó. El mar volvió a cerrarse en torno al surco dejado a una velocidad casi instantánea como si no hubiera pasado nada.
Debido a su falta de entrenamiento para canalizar dos focos de chakra distintos, la ráfaga de viento apenas era lo que Kondor solía conseguir en tierra firme. Eso unido a que apenas dominaba el ninjutsu, provocó que la escenificación de su técnica no causara la impresión que pretendía. Se podría haber confundido perfectamente con un viento pasajero.
- Kierrrro... mejorarrrr esssto -le dijo a Dante con una sonrisa nerviosa mientras se frotaba la nuca en un gesto de pudor ante la debilidad de su técnica.
Vida
120/120
–
0
–
Chakra
58/70
–
-12
–
Inventario:
Hitai-ate (Cuello)
Portaobjetos Básico (x1) [2/10]
Kunai (x2) (en el portaobjetos)
¤ Fūton: Daitoppa ¤ Elemento Viento: Gran Avance - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Fūton 10 - Gastos:
La ráfaga de viento abarca 1,5 metros y avanza 5 metros (mutiplicado x1)
La ráfaga de viento abarca 2'5 metros y avanza 8 metros (mutiplicado x2)
La ráfaga de viento abarca 3'5 metros y avanza 12 metros (mutiplicado x3)
Técnica Fūton básica, que consiste en una simple ráfaga de viento que se genera frente al ejecutor una vez finaliza los sellos. Sin embargo, el poder destructivo de esta puede aumentar exponencialmente si un ninja experimentado utiliza una cantidad de chakra mayor. A diferencia de la mayoría de técnicas Fūton, el Daitoppa no produce cortes en la piel del enemigo, si no que lo golpea de manera contundente, además de alejarlo.