Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
—En resumidas cuentas. Un compañero tuyo fue ascendido y tú, en lugar de felicitarle, intentaste desmerecer su logro. — Concluyó Akame rápidamente.
—Sí quieres verlo desde ese punto de vista, sí.— Afirmé sin más, indistintamente de lo que dijera Akame, no cambiaría mi punto de vista.
—¿No pensaste en que si había sido promocionado fue porque hizo méritos para ello? Aunque tú no pudieras verlo, tal vez porque eres genin —Atacó, poniéndose del lado opuesto al mío —. No sé cómo será en la Aldea Oculta de la Lluvia, pero al menos en Uzushio conseguir un ascenso de rango requiere un gran esfuerzo y muchos sacrificios.
Uchiha fue descargando el cartucho, asumiendo que tenía la razón, cosa a lo que respondí agudizando la mirada, dando a entender claramente que no estaba de acuerdo, fue entonces cuando el pelinegro hizo una breve pausa, espacio que tomaría para replicar, pero rápidamente volvió a la arremetida, parecía que tuvo la intuición de que le replicaría y entonces se adelantó.
»Por no mencionar que en el Remolino respetamos a nuestros superiores, sin importar quiénes sean. Eso incluye dirigirte a ellos de la forma adecuada.
—No estoy haciendo una comparación con la aldea de la que procedes, no es para que lo tomes como una oportunidad para desprestigiar, o tener una idea errónea, de mi aldea; estoy seguro de que las tres villas funcionan con un sistema similar.— Sentencié al escuchar las palabras el ojinegro, quién aparentemente lanzaba algunas indirectas comparando los sistemas de Amegakure y Uzushiogakure.
—Creo que la moraleja es más bien que te escoció que tu camarada B fuese promocionado antes que tú. Y de hecho, parece que todavía no lo hayas asumido.
—Muy atrevido de tu parte, pero no es así.— Respondí con velocidad antes de darle vuelo a que siguiera con la siguiente arremetida. —Él es un superior ahora, pero como dije con anterioridad, el respeto se gana, no se impone, porque a la final trae consecuencias.—
A todas estas el cigarrillo se había terminado de consumir, dejando como único rastro las cenizas del mismo, solo quedaba aquella porción final, el filtro; filtro que aplasté contra la tierra, poco después sentí como lo que se encontraba a mi alrededor empezaba a moverse en un movimiento giratorio envolvente, este malestar duró poco, se desvaneció cuando mis ojos se centraron en mi acompañante.
—Así que A eres tú, ¿quiénes son B y C? Simple curiosidad.
—La curiosidad mató al gato.— Me puse de pie y nuevamente el vértigo me atacó. —Será cuestión de tiempo para que sepas las identidades de los demás.— Repentinamente mi vista se nubló, dí un par de pasos y entonces mi manos tuvieron que apoyarse en mis rodillas, el sudor no se hizo esperar y mi piel estaba un poco más pálida de lo normal. —El cigarro me cayó mal, no sé, estoy mareado.— Admití con todo el malestar haciendo peso en mis hombros.
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13/04/2018, 16:19 (Última modificación: 13/04/2018, 16:22 por Uchiha Akame.)
Akame rió otra vez. Sus carcajadas sonaban sinceras, carentes de malicia.
—Mi punto de vista —respondió—. Puedes creer eso si quieres, Keisuke-san, pero estoy seguro de que dentro de ti sabes que mis palabras enuncian la verdad.
Sacó otro cigarro, se lo puso en los labios y lo encendió de forma idéntica al anterior.
—"El respeto se gana", sí, me gustaría verte diciéndole eso a la Arashikage —el Uchiha rió otra vez—. O al Daimyō del País de la Tormenta. O a cualquier otra persona poderosa en Oonindo. Lástima que sólo tuviste ocasión de hacerlo con tu camarada recién ascendido, ¿eh? —añadió el uzujin, con una sonrisa maliciosa.
Fumó una calada mientras desviaba su mirada al cielo, azul y sin nubes. Ya debía ser casi mediodía. Luego dejó ir el humo.
—¿Alguna vez has estado en los Arrozales del Silencio? —preguntó de forma casual—. ¿Has visto a la gente que trabaja allí? Todos esos campesinos de ropas viejas y raídas, que se pasan horas y horas al día encorvando la espalda... Esa gente no ha recibido respeto por parte de su señor ni un sólo día de sus miserables vidas. Pero gracias a ti, ¡coño, están de suerte! —exclamó de repente—. ¡Ya nunca más tendrán que someterse a su Daimyō! ¡Se acabaron las largas y extenuantes jornadas al Sol!
Akame rió.
—No seas infantil, Keisuke-san. El mundo no es un cuento de héroes y villanos, donde el amor siempre triunfa y no hay nada más poderoso que la amistad. No funciona así —aseveró el genin, tocándose la sien derecha con el dedo índice—. El pez grande se come al pequeño. No importa lo que pienses, si no muestras respeto a quien es superior a ti acabarás con el culo partido en cuatro.
El ojinegro no paraba de reír, era algo que al principio no me molestaba en lo más mínimo, pero ahora comenzaba a irritarme un poco. —Todo depende del color del cristal con que se mire, Akame.— ¿Quién tenía la razón? ¿De quién era la verdad? Aquello era simplemente algo irrefutable, porque para cada uno de nosotros, nosotros tenemos la verdad y es la única razón que nos interesa.
El pelinegro sacó otro pitillo y se dispuso a consumirle, parecía que la nicotina le recargaba el cartucho para seguir con nuestro tema de moralidad. Tuve que sentarme en el suelo, con las rodillas semiflexionadas y con mis brazos a los costados de mi cuerpo; negué con la cabeza ante la pregunta, y entonces solo me quedé escuchando, esperando a que el vértigo pasase. —Ellos le tienen temor, es todo, porque las personas con poder suelen abusar de él, sobre ponerse por encima de los demás y hacer que todos hagan los que le venga en gana.— Busqué sus orbes negras para decirle de frente. —El Daimyou necesita de esos campesinos y los campesinos de él, es reciproco, pero ellos se han dejado dominar por el temor y el miedo, por el hecho de que él tenga más poder.
Otra carcajada se manifestó desde lo más interno de Uchiha, más mi rostro seguía igual de serio.
—Lamentablemente así es el sistema, pero la pregunta es... ¿Tú estas de acuerdo con el?— Cuestioné. —Ten en consideración el ejemplo que me acabas de mencionar.
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13/04/2018, 20:21 (Última modificación: 13/04/2018, 20:21 por Uchiha Akame.)
El Uchiha escuchó con atención la respuesta de su compañero de profesión mientras daba largas pitadas al cigarrillo con expresión tranquila. Pese a que los debates moralistas parecían ser el tema de conversación favorito de los amejin y que a él le traían al pairo —después de todo, él era un maldito Profesional—, en aquella ocasión al menos Keisuke se estaba volcando en la discusión; en lugar de limitarse a lanzarle un tópico buenista tras otro.
—¡Así que lo has entendido! —exclamó de repente Akame cuando el amejin le aseguró que lo único que importaba es que el señor feudal era poderoso—. No importa lo que yo crea, ni lo que tú creas. Lo que importa es el poder.
Sin embargo, la creencia de que su contrapartida de la Lluvia había entendido, al fin, aquel razonamiento se esfumó tan rápido como había llegado. Akame se puso el cigarrillo entre los labios y cruzó sus manos en la nuca, desperezándose.
—¿Y qué diferencia hace si yo estoy de acuerdo o no? —replicó, con aire indiferente—. El mundo es lo que es. Además, si no querías tener que obedecer a tus superiores, ¿para qué demonios te alistaste? ¿No leíste la letra pequeña? —inquirió, curioso, el Uchiha—. No puedes decidir qué reglas obedecer y qué reglas pasarte por el Arco de Yamiria.
Me mantuve ahí en la tierra, esperando a que el mareo terminase de marcharse, pero por lo visto no se esfumaría tan rápido. "¿Quién me mandaría a mi a estar fumando, sí yo de eso no sé, encima no me siento más relajado ni nada por el estilo"
Akame, siguió fumando y con la charla, llegó un punto en el que ambos parecimos congeniar, pero aquel pequeño paso que habíamos dando en conjunto para una progreso, se volvió absolutamente nada útil con la siguiente declaración que mencionó. —Sí no tienes un ideal propio o una meta que alcanzar, podrás ser muy poderoso, pero siempre estarás bajo las órdenes de alguien más, tendrás que obedecer sin rechistar.— Hice una breve pausa. —El poder lleva una gran responsabilidad, y aunque cumplas los objetivos para los que fuimos adiestrados como el mejor shinobi de tu villa, existe el karma que se encargará de cobrarte todo los actos inmorales e injustos que hayas hecho, a aquellas personas inocentes.
No obstante, él comenzó a cuestionar el porqué me encontraba entre las filas de un movimiento militar, en dónde todo el sistema era establecido por jerarquías, era algo que le hacía pensar, ¿cómo alguien como yo me atrevía a enfrentar aquellas reglas o ideal? —Por lo mismo que tú, ahora lo veo más claro, necesito volverme más poderoso, más fuerte y poder hacer lo que considero correcto.— La conversación se estaba volviendo mucho más fructífera de lo que pude haber imaginado nunca. —¿O es que acaso tú no quieres ser más poderoso?—
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Akame asintió con gesto perezoso ante la primera contraargumentación del médico. «Buen punto, pero...»
—Todos debemos obediencia a algo, Keisuke-san —aseguró el Uchiha—. Incluso un Kage.
Las siguientes palabras del amejin arrancaron una carcajada al shinobi del Remolino. Claro, Akame sabía —o más bien, creía— que existían diferentes deidades que se encargaban de regir los destinos de todos a su antojo; tal y como era la creencia popular en Oonindo. Sin embargo, él dudaba que se gobernasen por cosas tan banales como lo que Keisuke había dado a entender por "karma".
—Moralidad y justicia son como putas baratas, Keisuke-san —replicó Akame—. Se venden al mejor postor. Al que tiene las de ganar. Si algo nos ha enseñado la Historia, es que tras cada sangriento conflicto la Justicia siempre prevalece... —entonces el Uchiha hizo una dramática pausa—. ¡Porque el vencedor es la única Justicia!
«Ah, joder, estaba esperando el momento adecuado para poder soltar esa frase», se dijo en su fuero interno Akame. La había leído en una novela fantástica, tiempo ha, y desde entonces había estado buscando encajarla en alguna conversación; fuera cual fuese el contexto. Aquel le pareció uno tan bueno como cualquier otro.
—Ah, eso es interesante. Quieres hacerte poderoso porque así crees que podrás hacer lo que te venga en gana... —terció Akame con una sonrisilla—. ¡Y luego dices que mi propósito es pobre! No te joroba —remató, con una carcajada—. Siento decepcionarte, Keisuke-san, pero no existe nadie en este mundo lo bastante poderoso como para no tener que rendir cuentas jamás.
»Yo, por mi parte, tengo muy claro por qué quiero ser más fuerte, y te aseguro que no tiene nada que ver conmigo. Quiero ser poderoso para proteger, siempre, a la Villa Oculta del Remolino.
Efectivamente era como decía Uchiha, asentí cuando comentó a la figura líder de cada villa, en el fondo sabía que le debía obediencia a todo shinobi con una jerarquía superior a la mía, incluyendo a Manase, aunque no le respetase, aunque no me agradase como persona.
—La historia no has enseñado que la historia, valga la redundancia, la escriben o cuentan los vencedores, pero eso no implica siempre que el vencedor sea la verdadera justicia, el vencedor es la persona más poderosa.— Afirmé.
"Ser poderoso y tener mucho dinero..."
—Sí hiciera eso que dices, me estaría convirtiendo en el tipo de personas que tienen la misma forma de pensar que aborrezco, y es algo que no sucederá.— Sentencié como sí estuviera seguro del futuro. —Sería irónico que me convirtiera en algo que no me gusta, me decepcionaría de mi mismo...— Admití, considerando que era una opción que no podía descartar con facilidad, después de todo no sabía que me depararían los años venideros. —Tener que dar un par de explicaciones no está mal sí estas haciendo lo que consideras correcto.
"Y así proteger a las personas que más amamos..." Completé mentalmente la frase del ojinegro.
—El poder trae responsabilidad y no es algo que pretenda evadir cuando me corresponda, porque no dejaré a un lado las personas que han caminado conmigo, a mis conocidos, a mi familia, a mis colegas y aliados, a los aliados de Amegakure.— Comenté con un tono patriótico.
—Será cuestión de tiempo, me aseguraré de que la brecha que nos separa sea cada vez más diminuta.— Dije con seguridad, era otra meta a cumplir.
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Ante la negativa de Keisuke a entender sus razonamientos —que estaba empezando a hastiarle—, Akame simplemente negó con la cabeza mientras apuraba su segundo pitillo. Pese a que la conversación parecía más interesante al principio, ya estaban llegando a un punto muerto de forma similar a como le había sucedido con otros amejin. «Simplemente está repitiendo lo que yo he dicho pero tergiversándolo como le viene en gana, por los cuernos de Susano'o...»
Akame dejó escapar un suspiro de resignación.
—Ah, lo cierto es que tanto palique me ha despertado las ganas de combatir —admitió, dándole una última fumada al cigarro y tirándolo al suelo tras apagarlo en el tronco del grueso árbol—. ¿Una segunda ronda?
Sin esperar respuesta de Keisuke, el Uchiha se levantó y empezó a estirar. Llevaba equipados sus dos portaobjetos, y se colgó su ninjatō de color negro al hombro. «Realmente espero que acepte... No puedo perder una mañana entera sin entrenar...»
Sin mucho más que decir, un Akame cansado se mantuvo al margen, consumiendo su pitillo hasta el final; la conversación llegó a su fin cuando éste dejó de argumentar y esa era la típica señal de que no había nada más de que hablar.
—¿Ahora?— Sin esperar respuesta afirmativa o negativa, el pelinegro empezó a hacer los estiramientos correspondientes, me levanté lentamente con el temor de que siguiera aquel vértigo provocado por el efecto del cigarrillo, pero para sorpresa el vahído se había esfumado casi en su totalidad. —Que conveniente, parece que el mareo ya se fue.— Di un par de pasos para asegurarme y entonces posé mis orbes momentáneamente en el firmamento.
"Repasemos rápidamente, poseedor del Sharigan, tiene un gran manejo de ninjutsu elemental, Suiton, Katon y Fuuton, tiene una ninjatou... Y no creo que ahora deje que me acerque"
Me aseguré de separarme diez metros del ojinegro, realicé un par de estiramientos de la misma manera, sobre todo en miembros inferiores; después de un rato realizando el calentamiento, pregunté. —¿Estás listo?
PV:
110/140
– CK:
180/180
–
Inventario
•Hitai-ate con el símbolo de Amegakure [en la frente]
•Portaobjetos avanzado [región lumbar]
—¡Excelente! Deberás esforzarte más esta vez —respondió sin perder las formas—. Ahora usaré mi espada.
No es que él fuese un experto combatiente en Kenjutsu, pero sí que tenía una habilidad aceptable con el ninjatō. Se ajustó los correajes de la funda bandolera que llevaba y mientras Keisuke se alejaba de él hasta quedar a unos diez metros, Akame comprobó que todo su equipamiento estaba en el lugar indicado. Luego se dedicó una leve inclinación de cabeza; podían comenzar.
Al contrario que en el combate anterior, Akame no dejó al amejin tomar la iniciativa. Con una mano en la empuñadura de su espada y el otro brazo extendido con relajo, el Uchiha empezó a correr a toda velocidad hacia su oponente buscando recortar la distancia que les separaba. Cuando estuviese lo suficientemente cerca, Akame desenvainaría su espada descargando un tajo descendente directo al hombro derecho de Keisuke. Lo consiguiera o no, trataría de tajar otra vez, esta vez de forma horizontal, a la altura del pecho.
PV:
220/220
– CK:
232/250
–
-18
–
reg. dividida
–
Sharingan activado
–
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
¤ San Tomoe no Sharingan ¤ Ojo Giratorio de Tres Aspas - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos: Uchiha 60 - Gastos: 18 CK (divide regen. de chakra) - Daños: - - Efectos adicionales:Percepción+18 - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
Los iris del usuario se vuelven de color carmesí, y alrededor de sus pupilas surgen tres aspas negras que giran hasta formar un trío en una circunferencia imaginaria. Este estado del Sharingan se considera el más avanzado en su forma básica.
El Sharingan le da color al chakra, y permite distinguir su composición elemental. El usuario puede ver el flujo del chakra de otros seres vivos como un manto, con suficiente precisión para detectar si tiene mucho o poco chakra (CK actual) o si ese chakra es débil o poderoso (mide aproximadamente el Poder), pero no con la suficiente para detectar movimientos de chakra dentro de un oponente si no hay una técnica activa. El Sharingan puede ver el chakra de las técnicas activas: las que afecten al interior de un ser vivo o las que ya se encuentren en el exterior de un oponente, pero no antes de que se hayan formado. Puede detectar si alguien está siendo afectado por una técnica ilusoria.
La percepción visual del usuario goza de un gran estímulo, volviéndose muy sensible al movimiento. El Uchiha puede leer labios con extrema facilidad o imitar movimientos tan sutiles como los de la escritura, escribiendo lo mismo que alguien a quien está observando. En combate, el clan utiliza esta destreza para seguir con claridad los movimientos físicos (y no de técnicas, importante) de un oponente y de sus extremidades en el Taijutsu, y para leer con claridad los sellos manuales que realiza. Si y sólo si el usuario conoce la técnica que va a utilizar, puede anticipar una respuesta (hay muchas técnicas con secuencias de sellos similares o iguales. En este caso, el Uchiha no tiene manera de saber qué va a hacer el oponente). El Tres Aspas hace que el Uchiha pueda predecir dónde va a encajar un golpe de Taijutsu mediante la lectura de las tensiones en los músculos del cuerpo del oponente, dotándole de cierta capacidad predictiva. Cabe destacar que aunque el usuario sea capaz de percibir un movimiento, necesita las capacidades físicas y de reacción para poder responder ante él.
La habilidad para leer los movimientos del Sharingan le otorga al usuario la capacidad de copiar los sellos de una técnica de Ninjutsu o de Genjutsu (o los movimientos de una técnica de Taijutsu) que no dependa de una facultad personal para ejecutarla al mismo tiempo que el oponente o registrarla en su repertorio (hasta un máximo de tres técnicas). Se pueden imitar evolutivas, pero no registrarlas. Para copiar una técnica se debe de tener su requisito convertido a la facultad Uchiha.
El Sharingan le permite al usuario distinguir técnicas como los clones simples (no los generados por la técnica Kage Bunshin no Jutsu) de un usuario real, y ver a través de la técnica Henge no Jutsu.
El Sharingan de Tres Aspas es capaz de penetrar y romper los Genjutsus sensoriales, y de ver a través de las imágenes creadas por los Genjutsus ambientales.
Kōkuyoseki: 15 PV/golpe con mango o vaina, 20 PV/corte superficial, 30 PV/corte, 40 PV/penetración
"Ahora tendré más dificultad para acercarme" Pensé al saber que usaría su katana.
Cuando el pelinegro se aseguró que ya estábamos en la posiciones de inicio, inclinó levemente su cabeza, acto que imité, la batalla daría inicio.
Mi rival se lanzó directamente hacia mi con su espada en mano, veloz como un lince que acecha a su presa a muerte, así se acercaba Uchiha Akame a mi; llevé ambas manos a mi porta objetos y lancé de mi diestra una única estrella voladora, pero seguido a ella con mi siniestra arrojé otro proyectil; ambas shurikens se desplazarían a gran velocidad para buscar aquel rojo carmesí que debería brotar del pecho del ojirojo, en caso de que acertasen.
Sin embargo, esa ofensiva no sería lo suficiente para detener al pelinegro, por lo que ante tan inminente amenaza tuve que retroceder a cuánto ataque liberase en busca de sangre; entre salto y salto hacia atrás, me hice con una cuchilla y entonces busqué hacerle frente, mi kunai contra su ninjatou, era suficiente para poder mantenerme a la ofensiva y defenderme también; así que fue cuestión de tiempo para que los ruidos metálico empezaran a adornar el ambiente y para que yo dejara de retroceder.
PV:
140/140
– CK:
173/180
–
-7
–
AO
Inventario
•Hitai-ate con el símbolo de Amegakure [en la frente]
•Portaobjetos avanzado [región lumbar]
16/04/2018, 22:55 (Última modificación: 16/04/2018, 23:53 por Uchiha Akame.)
La primera reacción de Keisuke fue sacar dos estrellas metálicas de su portaobjetos y arrojárselas al Uchiha sin más. Akame ladeó el cuerpo para esquivar una y luego dio un paso lateral para evitar la segunda. Gracias a su Sharingan no tuvo problema en preveer la trayectoria de ambos objetos voladores.
Tal y como Akame esperaba, el amejin hizo intentos de esquivar sus cuchilladas. Keisuke no parecía especialmente rápido, sin embargo, y aunque consiguió evitar el primer tajo luego tuvo que hacer uso de su kunai para defenderse del segundo. Los aceros quedaron trabados un momento, pero bastó apenas esa fracción de tiempo para que Akame se diese cuenta que la potencia física del médico era paupérrim. Incluso aunque él mismo no era un shinobi especialmente fuerte, le bastó apenas afianzar ambos pies en el suelo y hacer presión para ganar el choque de armas. Así, empujó con fuerza para que la hoja de su espada desviara sin remedio al kunai de Keisuke, siguiendo su trayectoria hasta hacerle un corte de lado a lado del pecho.
La sangre empezaría a brotar entre las ropas del amejin, pero aquello no detendría la ofensiva de Akame. Inmediatamente después y aprovechando la cercanía entre los combatientes, la mano libre del ninja del Remolino formó en solitario el sello del Tigre. El Uchiha expulsó al instante un chorro de ardientes cenizas, directas a la cara de Keisuke; en caso de acertar, Akame finalizaría el combo soltando su espada y saltando para golpear al de Amegakure con ambas piernas en el pecho, buscando derribarlo hacia atrás.
PV:
220/220
– CK:
212/250
–
-20
–
reg. dividida
–
Sharingan activado
–
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
¤ Katon: Haijingakure no Jutsu ¤ Elemento Fuego: Técnica del Escondite de Cenizas - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Katon 20 - Gastos:
10 CK
(Katon 40) (multiplicable x2)
- Daños: 10 PV - Efectos adicionales: Quemaduras leves, entorpece la visión durante un turno - Sellos: Tigre - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La nube abarca dos metros de largo y 1'5 metros de ancho por delante del usuario (multiplicado x1)
La nube abarca cuatro metros de largo y tres metros de ancho por delante del usuario (multiplicado x2)
El usuario toma aire y expulsa una nube de polvo y cenizas calientes de forma súbita, cegando a uno o a varios oponentes, causándoles quemaduras leves y exponiéndolos a un posible ataque sorpresa, además de bloquear potencialmente la visión a un observador externo.
Los shurikens volaron directos a Akame, pero este logro ver a través de ellos, y con desviar un poco la trayectoria esquivó todos y cada uno, incluyendo aquel que se escondía en la sombra; fue entonces cuando supe que estaba en problemas...
Los metales chocaron entre sí, sin embargo, Uchiha tenía mucha más experiencia y fue un par de movimientos más tarde que logró una apertura, ágil como un espadachín blandió su metal y logró hacerme una gran corte diagonal que brilló triunfante con chispas rojas carmesí, interpuse mi brazo anticipando otro ataque similar a ese, pero lo que mi rival tenía en mente era otra cosa; como en cámara lenta vi salir las cenizas desde la boca del pelinegro dirigidas a mi rostro y lo único que pude hacer al respecto fue acomodar ambos brazos para evitar un golpe directo en el rostro, la cortina de humo me envolvió con facilidad y entorpeció mi vista; pero aún tenía un temor interno...
"Que no explote, que no explote" Imploraba desde lo más interno de mi mente.
Mi cuerpo sintió que aquellas partículas se adherían a mi piel, sentía un escozor; y de pronto... Un gran impacto en mi pecho me sacó de la nube de humo, caí de lleno contra el suelo; seguía con cierta irritación ocular y un fuerte dolor en todo mi cuerpo, pero ardía y dolía terriblemente más en aquel corte que me había realizado.
—Alto! PARA!— Vociferé, mientras levantaba la diestra con la mano bien extendida, la sangre estaba empapando casi toda mi franela en su totalidad. Las cenizas también me causaron un picor en la garganta y sumado a aquella embestida, era inevitable que un ataque de tos se manifestase. —Coff coff coff coff.— Traté de contener los ataques, pero algo cálido y con un sabor peculiar se escurrió desde mi garganta hasta mi mano.
—Sí sigues vas a matarme.— Sentencié para luego llevar mi diestra a aquella herida en mi pecho; mis ojos estaban puestos en la posición y los movimientos de Uchiha. —Se acabó.— Y entonces la palma empezó a emitir un destello verdeazul.
—coff coff coff.— Traté nuevamente de contener los ataques mientras me recuperaba.
PV:
62/140
–
-78
– CK:
153/180
–
-20
–
AO: Utilización de Kage Shuriken No jutsu en el segundo shuriken
Inventario
•Hitai-ate con el símbolo de Amegakure [en la frente]
•Portaobjetos avanzado [región lumbar]
¤ Kage Shuriken no Jutsu ¤ Técnica del Shuriken en la Sombra - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Shurikenjutsu 10 - Gastos: 7 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Permite ocultar un arma de lanzamiento en la sombra de otra del mismo tipo - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
La técnica más básica del shurikenjutsu.
El usuario lanza de manera simultánea dos armas del mismo tipo (dos shuriken, dos fūma shuriken...), de manera que una queda perfectamente por encima de la segunda. El truco está en atraer la atención del oponente sobre el arma superior para que no se dé cuenta de la segunda. Sin embargo, y aunque dependiendo del modo en que se emplee la técnica puede ser realmente útil, si el enemigo se da cuenta del engaño, esta pierde gran parte de su eficiencia.
(Shurikenjutsu 50) Kage Hitoku Shuriken no Jutsu Mediante un truco de camuflaje con el chakra muy básico, el usuario aplana el otro arma y la pega y esconde en la sombra sobre el suelo de la primera. Cuando el oponente decide bloquear el primer arma, el usuario puede sacar por sorpresa la segunda de la sombra de la primera, para sorprenderle y atacar sus piernas o su bajo torso.
¤ Shōsen no Jutsu ¤ Técnica de la Palma Mística - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Iryō-Nin 30 - Gastos: 20 CK/turno - Daños: - - Efectos adicionales:
Recupera 24 PV/turno
(Iryō-Nin 80): Utilizando el doble de chakra ocasionará un colapso en el cuerpo del objetivo que le dejará inconsciente. Para este efecto necesita estar concentrado y sin interrupciones durante un turno entero.
- Sellos: - - Velocidad: Moderada - Alcance y dimensiones:
Cuerpo a cuerpo
(Iryō-Nin 60) La técnica puede utilizarse a una distancia de hasta un metro y medio del objetivo, sin necesidad de entrar en contacto directo con él. La curación se produce a menor velocidad, por lo que el objetivo sólo recuperará 12 PV por turno por el mismo gasto. No podrá producir colapsos de esta manera.
Esta técnica permite acelerar la velocidad de regeneración natural del cuerpo humano enviando chakra desde las manos del usuario, que se iluminan con una tenue luz verdosa, hasta la herida a sanar. Permite al ninja curar sin necesidad de equipamientos médicos o cirugía, por lo que es de gran utilidad en el campo de batalla. Puede usarse para tratar heridas externas e internas. Es vital emparejar con precisión la cantidad de chakra utilizado con la severidad de la herida, por lo que requiere de un preciso control del chakra, ya que enviar una cantidad excesiva de chakra en el cuerpo del paciente podría ocasionar un colapso en la circulación normal del paciente, ocasionando un estado comatoso temporal. Por esto, sólo unos pocos ninjas médicos lo suficientemente habilidosos son capaces de usar esta técnica. Sin embargo, sólo abarca heridas superficiales, por lo que las más graves apenas se verán afectadas.
Hablo - "Pienso" - Narro
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Akame era consciente de que aquel muchacho necesitaba todavía mucho entrenamiento —especialmente después de comprobar su paupérrima potencia física—, pero aun así la pronta rendición de Keisuke le sorprendió. El muchacho había caído derribado con un corte largo en el pecho, la cara quemada por las cenizas y el cuerpo dolorido antes de vociferar para que se detuviera el combate.
«¿Qué demonios...? ¿Tal vez me excedí?», pensó el Uchiha desde su posición, todavía con el ninjatō en ristre. Por un momento se temió que aquello fuese una jugarreta del médico para ganarle la ventaja en el combate, pero pronto quedó claro que de verdad no quería continuar.
—No soy ningún aficionado, Keisuke-san. Cada uno de mis ataques está medido y calculado... Nunca te mataría —aseguró el uzujin con una sonrisa benevolente, algo siniestra también—. ¿Eso es un jutsu tuyo?
La mano derecha del amejin acababa de recubrirse de un fulgor verdoso —chakra, pudo distinguir Akame gracias a su Sharingan— que interactuaba con su herida en el pecho. «Una técnica de curación, imagino».
—Es bastante interesante... Y no te preocupes por la tos y la quemazón, se te pasará en breve.
Akame, por su parte, envainó su espada y volvió al tronco del árbol junto al que reposaba su mochila. Sacó una cantimplora llena de agua fresca y le dio varios largos tragos. Luego se la ofreció a Keisuke.
—No soy ningún aficionado, Keisuke-san. Cada uno de mis ataques está medido y calculado... Nunca te mataría
—Quería estar seguro.— Expresé con un poco de dificultad. —Otro golpe y quizá no estuviera hablando ahora.— Mi palma seguía brillando con tal intensidad que era difícil que no llamara la atención del ojinegro.
—¿Eso es un jutsu tuyo?
Tosí, menos fuerte, con menos sangre, pero igual de doloroso. —¿No la habías visto antes?— Cuestioné, entonces busque sus ojos, aquellas orbes escudriñaban el efecto de la misma.
—Es bastante interesante... Y no te preocupes por la tos y la quemazón, se te pasará en breve.
Me mantuve en silencio, la hemorragia empezaba a ceder paulatinamente, la herida era grande y no tan profunda, en vista de las dimensiones de la misma tomaría un par de minutos dejar todo como estaba antes. Akame volvió a su posición en el roble y descansó.
—Este combate terminó en un abrir y cerrar de ojos.— Admití con cierta vergüenza
—¿Agua?
—Luego, cuando termine.
Hablo - "Pienso" - Narro
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