Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Obviamente, lanzarse de frente a lo loco, te expone un poco. Por suerte, el golpe conectó, lo cual hizo que Mei tuviese que recobrarse antes de contraatacar. Ya me esperaba un contraataque, esto no era una pelea de bar, era una pelea shinobi, un constante dar y tomar hasta que uno de los dos se muera y se rinda.
Salté hacia atrás para esquivar su patada, lo cual me expuso por completo al Raiton que hizo después. Unas extrañas agujas salieron hacia mí a toda velocidad, y la verdad es que fueron más luces de artificio que daño, porque apenas me hicieron mella, o por lo menos, bastante menos de la que esperaba teniendo en cuenta la luminosidad.
Justo después de recibir el golpe, rebusqué en mi portaobjetos y lancé una pequeña canica entre Mei y yo, cerrando los ojos cuando impactase contra el suelo y explotase en un potente haz de luz.
Tras eso hice una serie de sellos, al acabar, los dos metros cuadrados de suelo en los que estaba Mei se hundieron dos metros hacia abajo, poco después, salté al recién creado foso, buscando asestarle otra patada en la cara de camino.
[spoiler=Inventario]
· Bandana (Cuello)
- Portaobjetos basico (5/10) [En el lado izquierdo del abdomen]
Hikaridama
Kemuridama
Kunai x2
Shuriken x1
13 PV patada
¤ Doton: Chidōkaku ¤ Elemento Tierra: Núcleo Móvil de Tierra - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Doton 45 - Gastos: 5 CK por metro cuadrado a elevar o hundir, 4 CK por metro de altura a elevar o hundir - Daños: - - Efectos adicionales: Eleva o disminuye un cuadrante del terreno de forma súbita, desestabilizándolo, y atrapándolo o dirigiéndolo a un ataque superior a él - Sellos: Carnero → Tigre → Liebre → Serpiente - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El terreno puede elevarse o hundirse a 10 metros de distancia del ejecutor, con un máximo de 10 metros cuadrados elevables o hundibles a una variación de altura de 10 metros
Esta técnica otorga al usuario la habilidad de hundir o elevar el terreno de un área cercana, permitiéndole crear hoyos gigantes donde atrapar a un enemigo o elevaciones en el terreno de forma súbita con forma de cubo, atrayéndolo a un ataque que le venga por arriba y desequilibrándolo, imposibilitando doblemente que sea capaz de esquivarlo. Con un cálculo preciso del tiempo, la habilidad puede utilizarse para evadir posibles ataques. La técnica no manda por los aires al adversario ni lo derriba por sí misma, pero sí lo adhiere a la superficie mientras es elevada o hundida.
Nabi volvió a predecir mi contraataque y se retiró evadiendo mi patada, no obstante, corrí con un poco de suerte en mi segundo intento cuando las agujas eléctricas lograron perforar en su cuerpo.
«Bien!»
No obstante, el daño no fue lo suficientemente cuantioso para lograr una verdadera lesión o oportunidad secundaría, sabía que él contraatacaría sucesivamente e imité su acción al alejarme, Inuzuka lanzó la esfera de papel que al colapsar reveló que escondía en su interior una intensa fuerza iluminadora, evientemente cerré mis ojos y seguí retrocediendo, haciendo lo que él quería, caí directo en su trampa.
Cuando mis ojos recuperaron su función noté rápidamente como me encontraba en un hueco no muy espacioso, instintivamente miré hacia arriba y entonces localicé la figura de mi rival descendiendo con una pierna estirada, nuevamente intentando asestar una patada, me retiré justo en el momento exacto para evadir su ofensiva, incluso pude sentir como su ropa rozaba con mi piel.
Para ese momento gran parte de mi cuerpo estaba inmerso en una superficie de insectos que se movían, incluso habían algunos flotando a mi alrededor —. Que intenso eres con el combate cuerpo a cuerpo— murmuré, estábamos lo suficientemente cerca como para que él escuchase mi voz —Aunque esta pieza no la bailaremos juntos.
Tres masas de insectos se alzaron en busca del cuerpo de castaño, tratarían engullirlo en su totalidad.
Mientras tanto, yo estaría escalando lo más rápido posible para volver a la comodidad espaciosa de la superficie.
Shuriken (x2): 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo
Otodama
Kemuridama
¤ Kikaichuu no Jutsu ¤ Técnica de la Destrucción Parásita - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Aburame 10 - Gastos:
2 CK activar (divide regen. de chakra),
5 CK por masa de insectos (máximo 3)
- Daños: 15 PV por ataque con masa de insectos - Efectos adicionales: (ver descripción) - Sellos: Ninguno - Velocidad: - - Alcance y dimensiones: -
La técnica de la destrucción parásita es una práctica exclusiva del clan Aburame. Cuando los bebés recién nacidos alcanzan la edad de un año, sus cuerpos son ofrecidos a insectos Kikaichuu como anfitriones. Los Kikaichuu se alimentan del chakra del usuario, y el usuario utiliza a los insectos como su arma en combate. El ninja es capaz de comunicarse con insectos, además de los que tiene en su cuerpo, por lo que resultan efectivos para la recogida de información.
Además, los insectos macho pueden oler a la hembra en un radio de quince kilómetros, por lo que son excelentes rastreadores. Tener esta técnica activa garantiza el uso de otras técnicas derivadas de los Kikaichuu, y además permite utilizar varias masas de insectos del tamaño de una pelota de fútbol, que pueden moverse rápidamente para atacar. Si una masa de insectos es herida, no puede volverse a utilizar en tres turnos.
19/11/2018, 00:29 (Última modificación: 19/11/2018, 00:30 por Inuzuka Nabi.)
Llevaba un rato oliendo raro, como si hubiese algo realmente inusual en aquella muchacha, pero cuando una masa de insectos muy preocupante salió de su cuerpo me quedé de piedra, metafóricamente, porque era un combate y había que continuar peleando.
Me mandó a todo su ejercito de bichos asesinos y poco pude hacer para defenderme, me superaban en numero y si sumaban su coeficiente intelectual, seguramente también me superaban. Así que exploté de la impotencia y de ser un clon.
Para cuando Mei llegase a la superficie yo ya estaría esperandola, con un enorme brazo de piedra recubriendo el original y dirigiéndose de lleno a su estomago sin darle un segundo para recuperarse de la sorpresa.
[spoiler=Inventario]
· Bandana (Cuello)
- Portaobjetos basico (5/10) [En el lado izquierdo del abdomen]
Hikaridama
Kemuridama
Kunai x2
Shuriken x1
100 PV puñetazo
¤ Kage Bunshin no Jutsu ¤ Técnica del Clon de Sombras - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Ninjutsu 70 - Gastos: 30 CK por clon, el chakra restante se divide entre el número total de clones al final de cada turno (la regeneración de chakra se divide entre el número de clones) - Daños: - - Efectos adicionales: - - Sellos: Sello de clonación especial - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
Similar a la técnica de clonación estándar, esta técnica crea clones del usuario. Sin embargo, estos clones son copias idénticas, no ilusiones ni imágenes. El chakra del usuario se distribuye equitativamente entre todos los clones creados por este método, dándole a cada copia una fracción equivalente del poder total del usuario. Los clones son capaces de realizar técnicas por sí mismo, de cualquier tipo, y pueden incluso sangrar, aunque se dispersarán ante tres golpes físicos cualesquiera o un ataque lo suficientemente fuerte (30 PV o más). Los clones también pueden dispersarse a la orden del usuario.
Cuando estos clones son creados, replican todas las armas no consumibles, pero sólo quitarán la mitad de daño. Es posible "pasarle armas" al clon al crearlo, en este caso el usuario pierde dichas armas de su repertorio y las posee su clon. Si el usuario tiene alguna técnica activa mantenida en el tiempo, deberá pagar de nuevo el coste de activación si desea que su clon también tenga dicha técnica activa. Además la regeneración del chakra se divide como corresponde.
Los clones de sombra no pueden ser diferenciados del original, ni siquiera con el Byakugan, ya que todas las réplicas y el original tienen exactamente la misma cantidad de chakra y no están hechas de ninguna otra sustancia. Los clones devuelven al original las experiencias recibidas al dispersarse, siendo útiles para entrenamientos que requieran mucho tiempo, y para enviarlos a misiones de espionaje o recogida de información. Sin embargo, también devuelven al original el shock emocional del recuerdo de un ataque recibido, aunque en menor medida. Los efectos negativos, como el del cansancio, o cualquier otra penalización a los atributos, pasan al original si el clon desaparece.
Debido a la forma en la que los clones son creados, el usuario debe dividir su chakra por igual entre él y sus copias, posible usando todo el chakra del que disponen rápidamente si hace demasiados clones. Además, se requiere bastante cantidad de chakra para poder hacer muchos clones. Si el usuario original queda con menos de 25 CK, todos los clones se deshacen. Para que los clones se coordinen entre sí y puedan realizar acciones combinadas, el usuario tiene que tener al menos 20 puntos de Inteligencia por cada clon creado. Todos los clones pueden usar hasta -25 CK, pero si alguno de ellos lo hace, la cantidad negativa de ese chakra también pasa al usuario, con lo que podría quedar inconsciente.
Los jinchuuriki son capaces de usar esta técnica hasta el extremo, ya que cuando se crea un clon se divide tanto el chakra del usuario como el chakra del bijuu disponible (y si en total el original tiene más de 25 CK, la técnica permanecerá activa). Sin embargo, no pueden utilizarse si se activan las capas de chakra de bijuu y no se controla a la criatura, pues la presencia del bijuu podría desestabilizar a los clones o tomar posesión del usuario. Incluso si el bijuu está controlado y dominado, si el usuario no tiene su favor podría aprovechar una fragmentación de más de un clon utilizando su chakra para tomar posesión de su cuerpo y liberarse.
Al contrario de lo que ocurre en el resto de las técnicas de clonación, los Kage Bunshin pueden pensar por sí mismos y, a pesar de estar separados, pueden sentir en cierto grado el dolor que sufra el original, ya que en el fondo siempre están conectados por un enlace microscópico de chakra. Si el usuario sufre un daño único de más de 50 PV, todos los clones desaparecen.
¤ Doton: Kengan no Jutsu ¤ Elemento Tierra: Técnica del Puño de Piedra - Tipo: Ofensivo - Rango: B - Requisitos: Doton 50 - Gastos: 60 CK - Daños: 100 PV - Efectos adicionales:(Doton 100) Resiste hasta 80 PV físicos (+20 CK) - Sellos: Serpiente - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
El usuario envuelve su brazo entero en roca tras realizar el sello necesario, aumentando su diámetro y su poder físico de forma considerable. Con él, puede golpear al oponente un puñetazo endurecido además de resistir el envite de técnicas físicas de hasta cierto calibre.
En cuanto llegué a la superficie una ruda realidad me esperaba, no era nada más y nada menos que un potente brazo de piedra que envolvía el brazo de Nabi, era imposible para mi en esas condiciones para poder evitar aquel puñetazo, así que sucedió lo inevitable, el golpe rocoso dio de lleno en mi estómago, robándome el aliento por completo y bombeandome unos cuantos metros hacia atrás.
Mi cuerpo rodó y finalmente se detuvo para terminar con una pobre imagen mía agarrando grande bocanadas de aire, y tosiendo repetidas veces, cosa que se extendería por unos largos segundos.
Cuando hubiera recuperado la compostura me senté —. Ok, has ganado— admití la derrota, ahora debía descansar un poco, aquel último golpe sí que había sido fatal.
El golpe fue monumental. Todo había acabado tan de sopetón como había comenzado. Viendo que la kunoichi no estaba en condiciones de seguir, volví a hacer sellos y levanté de nuevo el suelo que había hecho descender.
Una vez quedó absolutamente claro que habíamos acabado, me acerqué a ella a ver si estaba en condiciones.
— ¿Estás bien? Igual me he pasado un poco, no me parecía bien contenerme solo porque seamos compañeros, tu seas una mujer y estemos justo al lado de la academia. Aunque tal vez un poco sí que me tuviese que haber contenido.
Le puse una mano en el hombro y me agaché para ponerme a su altura.
— ¿Vamos al hospital? Por si acaso.
Había encajado el golpe con dignidad, pero qué hostia.
Me mantuve sentada, mis manos reposaban en mi abdomen, sentía aún la sensación de presión y el malestar que todo esto contraía. Seguí los movimientos de Nabi y sentí cierto escalofrío al ver que volvía a entrelazar sus manos...
«Acaso... ¿Va a seguir?» Asustada por ello cerré los ojos por unos segundos y luego los abrí con lentitud, entonces descubrí que el desliz en el campo de batalla había desaparecido, suspiré con alivio pues los nervios me habían ganado aquella
vez, así como me había ganado Inuzuka en ese combate.
«No pensé que fuera tan fuerte»
— ¿Estás bien? Igual me he pasado un poco, no me parecía bien contenerme solo porque seamos compañeros, tu seas una mujer y estemos justo al lado de la academia. Aunque tal vez un poco sí que me tuviese que haber contenido.
Sonreí consintiendo las palabras que decía Nabi, pero aquello hizo que mi dolor se acentuara un poco más —. Sí, eso creo, me duele todavía, y con respecto a lo de limitarse, está bien, no hubiera querido que me tuvieses consideración por ese tipo de condiciones, que a la final no elegí, bueno sí elegí estar cerca de la academia jaja— reí suavemente para luego hacer una mueca de dolor.
— ¿Vamos al hospital? Por si acaso. comentó mientras sentía el calor de su mano en mi hombro.
—Sí, me parece bien, un chequeo no vendría mal— me puse de pie lentamente mientras mantenía mi siniestra en mi abdomen y caminaba junto a Nabi y a su perro, que tenía un rato ya fuera de todo esto.
—. Sí, eso creo, me duele todavía, y con respecto a lo de limitarse, está bien, no hubiera querido que me tuvieses consideración por ese tipo de condiciones, que a la final no elegí, bueno sí elegí estar cerca de la academia jaja—
Tragué saliva. No parecía que estuviese realmente bien. ¿Y si le había roto algo irreparable? Ay, dios, ¿y si se moría por mi culpa? Me había dejado llevar y ahora la pobre chica estaba intentando disimular muecas de dolor.
—Sí, me parece bien, un chequeo no vendría mal—
— Sí, será lo mejor. ¿Puedes andar bien? ¿Quieres apoyarte o que te lleve? No quiero que te empeores de camino al hospital.
¿Y si se tropezaba y se caía de cara en unos makibishis? Se podía pinchar un ojo y quedarse ciega por mi culpa. De todas formas, tampoco podía obligarla a aceptar mi ayuda. La seguí de cerca, claramente preocupado por su estado. Una vez había rajado a Juro y no me había preocupado ni la mitad, pero pegarle tal puñetazo en el pecho a una compatriota estando al borde de la guerra, ¿y si nos conquistaba Amegakure por mi culpa? —Eres bastante fuerte, ¿lo sabías?
— No creo que eso haya sido una ventaja para ti. Pero gracias. Eso que haces con los bichos es bastante impresionante. ¿De donde los sacas?
Yo no me sentía bien, me sentía entre cansada y adolorida, muy adolorida, pero... ¿Realmente me veía tan mal? Pude notar la cara de preocupación de Nabi, incluso se ofreció a llevarme cargada al hospital, cosa que me agradecería mi cuerpo, pero no necesitaba, por lo momentos.
—Creo que puedo seguir sola todavía— respondí unos segundos luego de su propuesta, lo había considerado.
Seguí caminando con mi mano en el abdomen, como si eso fuera aliviar el dolor, aunque realmente debía tener algún efecto beneficioso porque prefería mantenerla ahí.
— Eso que haces con los bichos es bastante impresionante. ¿De donde los sacas?
—¿Realmente quieres saberlo?— pregunté, la verdad podría ser abrumadora para algunas personas —. No es muy agradable para algunos, incluso podría considerarse algo...— ¿cómo decirlo? Es que no me venía ninguna palabra para terminar la oración, así que no lo hice, por lo menos hasta que llegase la adecuada.
Parecía dolorida a más no poder, pero se limitó a sopesar la situación durante unos segundos antes de darme una negativa y seguir dolorosamente hacia el hospital.
—Creo que puedo seguir sola todavía—
No insistí, un caballero sabe cuando retirarse en el ofrecimiento de ayuda a una damisela en apuros. Las damiselas cabezonas morirán solas en la cuneta.
— Como quieras, pero ten cuidado y si te desmayas no vayas de cara al suelo o te partiras la nariz y ya verás qué follón.
Siguió caminando con la mano pegada al pecho, tambaleándose de forma adolorida.
—¿Realmente quieres saberlo? No es muy agradable para algunos, incluso podría considerarse algo...—
— Si es demasiado personal, no pasa nada, viviré con esa duda toda mi vida. Si es porque da repelús o algo así, yo soy inmune a esas cosas. Puedo superar todo lo que me digas.
A pesar de denegar su sugerencia, Nabi se mantuvo atento, incluso advirtió que sí me desvanecía podría maltratar mi hermoso rostro, sobre todo lesionar mi delicada nariz, cosa que no iba a permitir —Espero que si me desmayo estés atento para que me atrapes— dije con una media sonrisa.
Seguimos caminando mientras Inuzuka seguía indagando por mi peculiar habilidad de sacar bichos debajo de la manga, y eso que no tenía mangas largas.
— Si es demasiado personal, no pasa nada, viviré con esa duda toda mi vida. Si es porque da repelús o algo así, yo soy inmune a esas cosas. Puedo superar todo lo que me digas.
Tenía la palabra en la punta de la lengua y no terminaba de salirme del todo, empezaba por p... —. Perturbador! Sí, esa era la palabra que quería decir—manifesté no con mucho entusiasmo —. Pues, sí no vas a quedar traumatizado por ello...
—Mira— anuncié para luego hacer que mis insectos empezaran a salir de entre mis mangas y a caminar por mi cuello —¿Tienes alguna idea?— pregunté para dilatar un poco más el asunto, dejé pasar unos segundos para ver sí él lograba atinar —. Viven dentro de mi— revelé finalmente, esperando a que dijese algo similar a palabras como grotesco o alguna otra inapropiada, después de todo... ¿A quién podría gustarle conocer a alguien que servía de hogar a miles de insectos?
—Espero que si me desmayo estés atento para que me atrapes—
— No hago otra cosa.
Le aclaré devolviendole la media sonrisa. Aunque no estaba seguro de que me quedase tan entrañable ni agradable que a ella, o a cualquier persona de la villa, en mi cualquier expresión quedaba perturbadora. Lo cual, en otra época se podría haber considerado un super poder.
— Perturbador! Sí, esa era la palabra que quería decir. Pues, sí no vas a quedar traumatizado por ello...
Por un momento, pensé que hablaba de mí, y titubeé levemente. ¿Tanto se me notaba? Seguramente sí. Pero poco despues empezó a sacarse bichos de la manga, casi literalmente, y me quedó claro que hablaba de ellos y no de mí. Para mi sorpresa, claro.
—¿Tienes alguna idea?—
— Ehhh...
He ahí toda mi inteligencia y dialéctica peleándose por lucirse más que la otra.
—Viven dentro de mi
Mi cabeza, que llevaba unos segundos con un maratón de ideas locas, siguió con dicho maratón.
— Pero, ¿cómo? Quiero decir, ¿dentro dentro? Es decir, ¿como de dentro? ¿Por todo dentro? ¿Te podrían salir por la nariz, por ejemplo? ¿Y qué comen? ¿Te están comiendo por dentro? Eso sí que da un poco de mal rollo.
Me reservé las cosas más fuertes para mí, a sabiendas de que tal vez sería pasar varias lineas rojas. ¿Y cuando menstruaba? ¿Salían bichos? ¿Al cagar? ¿Al vomitar? ¿Se echaba pienso para bichos por el cuerpo para mantenerlos?
Nabi aseguró que en ese momento su máxima prioridad era cuidar de la integridad de mi nariz, por lo menos estaba segura que mi rostro seguiría intacto hasta un próximo entrenamiento, lo que no estaba tan bien cuidado era aquella sonrisa del Inuzuka, me causó cierta incomodidad, por lo que desvié mi mirada al frente con la excusa de mirar hacia donde iba.
«Su figura necesita un poco de cariño, quizá un nuevo look le vendría bien»
La conversación prosiguió al secreto de los insectos que vivían en mi interior, su expresión era algo que me veía venir, los que no me miraban asqueados me miraban con mucha curiosidad, y los que no se aguantaban las dudas empezaban a dispararlas una tras otra, similar a como acababa de hacer el servido aquí presente.
— Pero, ¿cómo? Quiero decir, ¿dentro dentro? Es decir, ¿como de dentro? ¿Por todo dentro? ¿Te podrían salir por la nariz, por ejemplo? ¿Y qué comen? ¿Te están comiendo por dentro? Eso sí que da un poco de mal rollo.
Detuve mi paso, estaba un poco cansada y el dolor y apenas se aliviaba, unas gotitas de sudor se escurrían por los bordes rostro y descendieron hasta mi cuello, perdiéndose más allá —¿Podemos tomar un descanso?— consulté primeramente, aunque ya me había detenido —. Así podría responder con calma tus dudas— manifesté mientras buscaba algún lugar para sentarme.
Si Nabi estaba tan atento como decía notaría que mi piel se había vuelto un poco más pálida y que mis pocas prendas empezaban a humedecerse con el sudor, la respiración era un simple acto que se me empezaba a dificultar —No me siento bien— musité mientras mi vista se nublaba y mis piernas se desvanecían...
12/12/2018, 16:08 (Última modificación: 12/12/2018, 16:09 por Inuzuka Nabi.)
—¿Podemos tomar un descanso? Así podría responder con calma tus dudas
Al principio, cuando se paró, pensé que la había abrumado con unas dudas tan elaboradas y que iba a necesitar un tiempo para responderme. Pero hasta yo me di cuenta de que no estaba bien, por mucho que dijese que sí y que podía andar sola, se tambaleó buscando un sitio para sentarse, con la respiración entre cortada.
—No me siento bien
Me contuve de hacer el chiste de "pero si estas de pie" únicamente porque era una situación nefasta causada por mí. Si la hubiera causado otro, otro gallo cantaría.
En cualquier caso, la kunoichi se desvaneció ahí mismo, yendo directa al suelo, como había predicho. Por suerte, como ya lo había vaticinado, estaba preparado para actuar. La agarré al instante, alzandola en el aire con una mano en su espalda y otra por detrás de las rodillas, cogiendola en brazos y empezando una marcha acelerada hacia el hospital.
— Mira que te lo he dicho, no te desmayes, concentrate en mantenerte despierta, no sé por qué pero tú hazlo, es lo típico que dicen los médicos ¿no? Pues será por algo.
Mientras Stuffy se encargaba de abrirme camino, yo iba tan rápido como podía con el peso adicional en dirección al hospital.
La gravedad estaba haciendo su función y arrastraba a mi cuerpo rápidamente contra el suelo, afortunadamente Nabi también estaba cumpliendo la suya y evitó que me estampase, lo único que ocurrió fue que la calle tuviese una tierna acariciada por algunos de mis cabellos azulados, en cuestión de milisegundos mi cuerpo fue cargado tal cual saco de papas en los brazos del Inuzuka, ahora ambos nos dirigíamos a una velocidad considerablemente mayor al hospital, no sin antes decir que estabamos siendo escoltados por el can.
— Mira que te lo he dicho, no te desmayes, concéntrate en mantenerte despier...
No es que no quisiera mantenerme despierta, es que mi cuerpo se había apagado automáticamente sin mi permiso y aún no recobraba la fuerza para volver.
Mientras Stuffy, Nabi y mi inconsciente yo avanzábamos, muchas personas se nos quedaban viendo con curiosidad, incluso algunas personas empezaban a murmurar cosas...
—
En el hospital la calma se acababa de recuperar, no es que hubieran múltiples emergencias, es que todas las emergencias habían llegado juntas, una tras otra.... La marea empezaba a bajar y era el momento indicado para salir a respirar un poco de aire, para disfrutar de los minutos de paz.
—Ay no...— musitó con cansancio al ver la imagen del muchacho traer a la muchacha en sus brazos. Se trataba de una mujer de unos treinta y tantos años y con cabello castaño oscuro, delgada, piel morena y con unas gafas de cristales gruesos. Ella ingresaría unos segundos y volvería a las afueras, que se mantenían despejadas.
—¿Qué le ha pasado?— cuestionó rápidamente mientras se acercaba.
Segundos después salió del edificio un par de personas con una camilla.
—Déjela aquí— dijo uno de ellos, esperando a que Nabi siguiera sus instrucciones para ingresarla rápidamente.
Al llegar al hospital se acercó una mujer a preguntarnos, seguramente no era tan raro que apareciesen ninjas con otros ninjas inconsciente en brazos.
—¿Qué le ha pasado?—
— Estábamos entrenando y se llevó un fuerte golpe en el pecho, íbamos de camino al hospital cuando se desmayó.
Al parecer, aquella mujer ya había pedido una camilla.
—Déjela aquí—
La dejé con cuidado sobre la camilla, no fuera a ser que se me resbalase y fuese de cabeza contra uno de los bordes de hierro y se quedase sin dientes.
— ¿Y ahora qué?
No tenía por costumbre ir al hospital con esa clase de urgencias así que no tenía ni idea de si quedarme, irme o qué iba a pasar con la muchacha.