24/04/2019, 13:38
(Última modificación: 24/04/2019, 13:39 por Amedama Daruu.)
Samidare agradeció el acompañamiento y la invitación de Daruu en aquel encuentro tan extravagante, y deseó que los dos volvieran a encontrarse en algún momento.
—Seguro que tendrás la oportunidad de invitarme —dijo Daruu, dedicándole también una breve reverencia—. Si alguna vez te apetece pasar a saludar, pregunta por mi en la Pastelería de Kiroe-chan, quizás tengas suerte y me encuentre por allí. Y si no, la dueña es mi madre, seguro que sabe decirte por donde ando.
»Bueno, Samidare, que el resto de tu día sea tan bueno como ahora mismo. —Daruu comenzó a alejarse, despidiéndose con la mano—. Aunque eso va a ser difícil.
—Seguro que tendrás la oportunidad de invitarme —dijo Daruu, dedicándole también una breve reverencia—. Si alguna vez te apetece pasar a saludar, pregunta por mi en la Pastelería de Kiroe-chan, quizás tengas suerte y me encuentre por allí. Y si no, la dueña es mi madre, seguro que sabe decirte por donde ando.
»Bueno, Samidare, que el resto de tu día sea tan bueno como ahora mismo. —Daruu comenzó a alejarse, despidiéndose con la mano—. Aunque eso va a ser difícil.