10/09/2018, 00:00
La Villa
¿Héroes o villanos?
Todos pudimos comprobar, por desgracia, las consecuencias de un jinchūriki descontrolado. Aotsuki Ayame perdió el control (tras las burlas deleznables y continuas de Uchiha Datsue, todo hay que decirlo) en el Examen de Chūnin que se celebraba en el estadio. De no ser por el rápido actuar de nuestros ninjas, como el de Uzumaki Eri, gran heroína de la hecatombe al realizar un sellado rápido y efectivo a Ayame, quizá ahora estaríamos en guerra. O peor, ¡muertos! Todos vimos la espectacular bijūdama que la jinchūriki lanzó, que no arrasó con media villa de milagro. Y todo por un ataque de rabia.
La pregunta ahora es obvia: ¿estamos seguros con no uno, sino dos de esos monstruos bajo nuestras murallas? ¿Paseando por nuestras calles? ¿Durmiendo al otro lado de la pared de nuestras casas? ¿Conviviendo día a día con nuestros hijos?
Que nadie me malinterprete, el deber y labor de un jinchūriki es sagrado y vital. Pero, ¿son los Hermanos del Desierto los jinchūrikis que nos merecemos? ¿Están realmente capacitados para llevar una carga tan grande sobre sus hombros?
Creo que Uchiha Datsue no necesita ni presentaciones. Todos vimos su patética entrada en el combate del Chūnin, pintarrajeado como un mono y con aires de grandeza. Siempre buscando satisfacer su propio ego, siempre liándola. ¿Acaso no sabéis que hace poco perdió él también el control? ¿Qué su propio Hermano lo trajo a la entrada de la Villa, ¡a nuestras puertas!, cuando el bijū ya había tomado el control sobre él? ¡Sí, señoras y señores! ¡A poco más y nos matan a todos! ¡Suerte, de nuevo, que Atsushi estaba allí para salvarnos el día! ¡A costa de perder su brazo!
Oh, pero Uchiha Akame no es lo contrario, por mucho que se esfuerce en aparentar ser el ninja modelo del año. Ya comentamos su “genial” idea de traer a su Hermano a la Villa cuando estaba descontrolado, trayendo el peligro a casa. Pero, sabíais que, en el desafortunado altercado con Ayame, ¿decidió esposar a un ninja de Amegakure? Para Oonindo, en ese justo momento, pasamos de ser los héroes que salvaron de una catástrofe al mundo a los secuestradores de jinchūrikis. ¡Las dos villas se nos echaron encima! Y de no ser —de nuevo— por la suerte, y por la magistral lección de calma y control que repartió Hanabi-sama, hubiésemos entrado en guerra. ¿Y todo por qué? Porque a Uchiha Akame se le ocurrió —por su cuenta y sin consultarlo con nadie— que era buena idea tomar rehenes.
¿Ven por dónde voy? Tres golpes de fortuna fueron los que evitaron nuestra extinción, pero, ¿hasta cuándo nos acompañará la suerte? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que esos dos campen a sus anchas? Y, la verdadera pregunta que ustedes se tienen que hacer es: ¿hasta cuándo lo van a consentir ellos?
Sí, no arruguen el ceño. No levanten la ceja. Ustedes saben a qué me refiero. Nos los vendieron como los salvadores que nos libraron de Zoku. Pero, ¿sabe qué? Yo fui quién fotografió anónimamente el cuerpo sin vida de Yakisoba. Yo fui quien envió las fotografías a Hanabi-sama para que supiese la verdad. Sin vanagloriarme de ello. Sin buscar reconocimiento, como un ninja de verdad debe hacer. ¿Y saben que hacían ellos mientras tanto? Tomarse unas copichuelas con Zoku. Pavonearse junto a él. Que no os engañen. Ellos no mataron a Zoku por lealtad a la Villa; sino a sí mismos.
En la intuición de un servidor, imagino que Zoku les exigió demasiado. Que les faltó al respeto. Que los ninguneó o pidió algo que, simplemente, no les apetecía hacer. Porque ellos son así de chulos. Se pavonean como pavos reales, se creen dueños de todo, y toman las decisiones que les viene en gana CUANDO y DONDE quieren.
¿Qué pasará si un día se hartan de Hanabi-sama? ¿Qué pasará si un día se cansan de su Villa? ¿Si alguien les mira mal? ¿Si alguien no les hace la ola y besa el suelo que pisan? ¿Vamos a permitir que llegue ese día? O vamos a…
… ¿poner fin a esta barbarie?
Firmado: Siempre Anónimo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado