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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#31
El chico miraba el caramelo como él hacía unos años al omoide. No pudo sino descojonarse. Sí que debían gustarle. Tomó otro de la bolsa y extendió el brazo, pero no lo suficiente como para que lo alcanzase.

¿Una tregua? —Aquella palabra era muy particular. No solo describía el presente, sino también el pasado—. ¿Es que antes estabais en guerra, o qué?
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#32
¿Una tregua?

Ya había que ser retrasado mental para pensar que no había diferencias entre las 3 Grandes Aldeas.

. ¿Es que antes estabais en guerra, o qué?

— Vamos a ver. Usa un poquito la cabecita. ¿Realmente crees que ibamos a jugar a las hermanitas de la caridad sabiendo que la Morikage odia los bijūs después de lo de Juro? Más sabiendo que tanto el Remolino como la Lluvia tienen su jinchuriki...

Lo cierto es que era de cajón. Solo había que hacer una sencilla suma que hasta el más imbécil de los más machotes sabría hacer. Incluso un mono de feria como él. Por supuesto que había diferencias, pero entonces apareció Kurama.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#33
«Pero qué malhablado es este chico». Teniendo en cuenta que le había secuestrado, roto un dedo, dislocado un hombro y amenazado con cortarle en pedacitos si no confesaba sus secretos más inconfesables, tampoco se sentía con la moral de darle un toque de atención por hablarle de aquella manera. Si el chico sacaba su frustración por ese lado, que así fuese.

Así que, resumidamente, estabais en contra de Uzushiogakure y Amegakure porque vuestro pequeño experimento salió rana y a ellos les fue bien. Perdona a este viejo por no verlo claro, me había olvidado lo cínicos que podíais ser. Cosas de la edad.

Le enchufó el caramelo en la boca sin mucha delicadeza.

¡Muy bien, Yota! Interrogatorio terminado. No fue tan difícil, ¿huh? —Entonces se acordó del juego que le había propuesto—. Si me hubieses hecho caso desde el principio, ahora no tendrías ningún hueso roto y te habrías ganado algo de información a cambio —Se señaló la cabeza, o, más bien, lo que había sobre ella. Que era nada—. Pero supongo que me falta el sombrero para eso, ¿huh?
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#34
Así que, resumidamente, estabais en contra de Uzushiogakure y Amegakure porque vuestro pequeño experimento salió rana y a ellos les fue bien. Perdona a este viejo por no verlo claro, me había olvidado lo cínicos que podíais ser. Cosas de la edad.

A grandes rasgos podría decirse que era eso más o menos. Tampoco es que fuese un experto, pero era una evidencia que desde que hubo el obligado relevo en el liderazgo de Kusagakure, las cosas con los bijūs se habían puesto muy tensas y eso había creado discrepancias entre las tres Grandes Aldeas. Pero Kurama forzó una nueva Alianza. Su amenaza era mayor a cualquier posible rencilla o cualquier posible politiqueo.

Apenas me dio tiempo a responder que el tipo me empapuzo uno de aquellos caramelos, casi me destroza uno de los dientes incisivos, pero el golpe mereció la pena. Fresa ácida refrescando mi boca y haciendo olvidar durante unos pocos milisegundos lo que estaba viviendo en aquel lugar de mala muerte.


¡Muy bien, Yota! Interrogatorio terminado. No fue tan difícil, ¿huh? Si me hubieses hecho caso desde el principio, ahora no tendrías ningún hueso roto y te habrías ganado algo de información a cambio. Pero supongo que me falta el sombrero para eso, ¿huh?

La verdad es que era justo reconocer que el tipo tenía sus momentos divertidos, pero ya ni me apetecía responderle y entrar en su absurdo juego. Tan solo que aquello acabase.

— Espera, ¿qué va a pasar ahora?
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#35
Ahora te llevaré junto a Daigo, comeremos y beberemos frente a una hoguera y nos contaremos historias de terror.

Claro que antes tenía que ocuparse de una cosa. Aquel interrogatorio le había dejado tremendamente vulnerable. Zaide llevaba meses recorriendo un camino muy peligroso. El suelo estaba tan lleno de serpientes que parecía haber caído en un plato gigantesco de fideos envenenados. A un lado, un volcán con muy mala pinta. Al otro, ojos de depredadores al acecho.

Las serpientes jugaban entre sus pies, deseosas de hincarle el diente pero lo suficientemente atemorizadas como para no hacerlo. Los depredadores le buscaban con cuidado, conocedores del peligro que representaba. Que ellos creían que representaba.

Yota no parecía haberse dado cuenta, o, de haberlo hecho, lo estaba ocultando muy bien. Tenía claro, no obstante, que cuando relatase lo ocurrido allí a Kintsugi esta sí descubriría la verdad. Sabría lo que aquel interrogatorio significaba. Y entonces las serpientes atacarían, y los depredadores buscarían sin tanto cuidado.

No podía permitírselo. Debía evitarlo a toda costa…

…y hacer que Yota olvidase todo lo que había ocurrido en aquella cueva.
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#36
Ahora te llevaré junto a Daigo, comeremos y beberemos frente a una hoguera y nos contaremos historias de terror.

El rostro se me desencajó al escuchar la respuesta de Zaide. La verdad es que, entre las mil y una opciones que rondaron entre que hice la pregunta y que recibí una respuesta, muy pocas se asemejaban a la que recibí. Dicho lo cual no era un mal plan dadas las circunstancias. Seguir vivo ya me parecía todo un éxito.

Así pues, antes de que Zaide me apremiase me puse de pie como buenamente pude puesto que nada más hacerlo, el hombro me volvió a recordar de un modo pco amable que seguía desencajado.


— Joder — me quejé con una clara mueca de dolor.

No obstante seguí el camino que marcaba Zaide con sus pasos.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#37
Cuando Yota pasó al lado de su captor, este aprovechó para darle un golpe seco y contundente con el canto de la mano en la nuca. Con lo débil que estaba el pobre, eso fue todo lo que Zaide necesitó para dejarle inconsciente.

Vamos a comer y a beber, sí, pero antes tengo que solucionar un par de cosas con tu cabeza.

El Uchiha atrapó el cuerpo de Yota con los brazos y lo dejó sobre el suelo. Luego, entre sus dedos surgió una fina aguja de chakra que introdujo en la sien del kusajin. El Sennō Sōsa no Jutsu ocultó toda memoria de lo que había pasado hasta entonces en la cueva. Desde el primer momento en que se despertó hasta caer inconsciente. Salvo si la técnica era cancelada, Yota jamás recordaría nada de lo que allí había sucedido. Tampoco de las pocas preguntas que Zaide había respondido en un juego amañado desde el principio.

No me lo tengas en cuenta, ¿huh? Es lo mejor para los dos.

Yota podría volver a la villa sin la losa que suponía confesar ante un villano; y, Zaide, podría entrar con la fuerza de Dragón Rojo a su espalda. Porque, ¿para qué iba a necesitar preguntar a Yota la ubicación de su villa si estaba con ellos? A los dos kusajines se les había escapado, pero había un miembro de la organización, solo uno, que la conocía. Y ese alguien era…

· · ·

Ey, despierta, lechugo.

Zaide le abrió los párpados. Lo primero que vio Yota cuando despertó fue su Sharingan, clavado en sus pupilas. La ilusión hizo efecto al instante, y en dicha ilusión Yota no sentía dolor por el dedo fracturado ni el hombro dislocado. Fue solo por un momento, sin embargo. El Uchiha, rabioso, le echó al suelo y le dislocó el hombro, y Yota sintió el dolor de aquello.

Esto por tu amiga la araña, que me intentó joder cuando te tenía a mi merced. No te preocupes, sigue viva. —Luego le tomó un dedo y se lo partió. El mismo que le había partido antes, que le dejó tanto o más dolorido si cabe—. Y esto, por tu amigo Daigo, que casi me revienta un brazo después de rendirse. Ya que ellos no pueden pagar por sus pecados, es tu responsabilidad como chūnin hacerlo por ellos. Ahora estamos en paz.

Era el responsable de la matanza del Valle de los Dojos. Dislocar hombros y partir dedos por pura revancha entraba dentro del perfil que tenían de él, quería pensar. A aquella ilusión tan solo le quedaba un ingrediente para ser redonda: el miembro que conocía la ubicación de Kusagakure no Sato.

Tirado en el suelo y bocabajo, Yota apenas pudo distinguirle entre las sombras danzarinas que dibujaba la hoguera. Un puntito de luz tintineaba a la altura de su rostro, procedente de un cigarro que fumaba con ahínco. La silueta dio un paso al frente. Tenía un rostro brutal, demacrado por las llamas de la traición. Sus ojos no eran menos brutales, tan rojos como la sangre y el ocaso. En verdad, si no se le conocía, era un joven menudo y con poca presencia. Pero los que le conocían, los que habían oído hablar de él…

Ellos conocían la realidad.

Te tenía por un hombre más templado, Zaide.

No me toques los huevos. No sabes bien la que me liaron esos tres.

El joven tiró el cigarro al suelo y lo aplastó con la suela de su sandalia. Luego miró a Yota como quien escrudiña los dientes a un caballo.

¿Este? Este no me sirve ni para limpiarme los dientes.

Era él.

Era Uchiha Akame.



He hecho que este post se divida en dos turnos para agilizar y porque no tendrías nada a lo que postear a la primera parte.

¤ Sennō Sōsa no Jutsu
¤ Técnica de la Arena Manipuladora de las Memorias Ocultas
- Tipo: Apoyo
- Rango: A
- Requisitos: Ninjutsu 80
- Gastos: 160 CK
- Daños: -
- Efectos adicionales: -
- Carga: (ver descripción)
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: -
El usuario sella determinados recuerdos del objetivo enterrando una aguja extremadamente pequeña en el centro de memoria del cerebro. Estos recuerdos pueden ser restaurados cancelando la técnica al destruir la aguja mediante el sello del carnero. Si el usuario la cancela, los recuerdos volverán a la víctima; pues, en realidad, esta no los borra ni lava el cerebro, simplemente los oculta durante un tiempo. Para la correcta utilización de la técnica la víctima debe encontrarse inconsciente o totalmente incapacitada; además, el usuario necesitará de un turno completo de concentración que no habrá de ser interrumpido.

Saimigan
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#38
Por tercera vez durante aquella particular historia de delirios y torturas fui inducido en un sueño profundo de forma unilateral y sin previo aviso. Lo que pasó luego ya no entraría en mi recuerdo. De hecho de recuerdos iba la cosa y nunca más recordaria sobre aquel peculiar interrogatorio. Solo... de la pelea en el Valle del Fin.

Sentí como alguien tiraba de mi párpado mientras iba despertando. Un mal despertar, como estaba siendo usual desde que me crucé con Zaide. Tan solo vi su sharingan y pasé a sentir una extraña sensación.


Ey, despierta, lechugo.

— Le has empezado a pillar el gusto a esto de darme las buenas noches, ¿eh?

No recibí respuesta. No al menos por el canal por el que esperaba escucharla. El puto Uchiha me pilló y me lanzó al suelo, dislocándome el hombro en el acto. Juro por Dios que no le deseaba a nadie aquella sensación de dolor punzante.

— ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!

Me retorcía de puro dolor, causándome todavía más daño.

Esto por tu amiga la araña, que me intentó joder cuando te tenía a mi merced. No te preocupes, sigue viva.

— Como le hayas hecho algo...

De nuevo, no hubo tiempo a la reacción. Se ve que el tiempo apremiaba y no tardó en partirme uno de mis dedos, unos de los nueve que todavía me quedaban en su sitio.

— ¡¡AAAAH, JODEEEER!!

. Y esto, por tu amigo Daigo, que casi me revienta un brazo después de rendirse. Ya que ellos no pueden pagar por sus pecados, es tu responsabilidad como chūnin hacerlo por ellos. Ahora estamos en paz.

— Lástima del casi — dije entre bufidos de dolor.

Más tarde, entre aquella sensación de dolor incesante mis ojos repararon en un punto de luz. era algo tenue y se iba acercando. Seguramente se trataba de más tortura y dolor. Era lo que cabía esperar de esos salvajes que parecían disfrutar con aquello más que un tonto con un lápiz nuevo.

Te tenía por un hombre más templado, Zaide.

No me toques los huevos. No sabes bien la que me liaron esos tres.


Entonces le vi con claridad. Es como si estuviera aquellos carteles en la spuertas de los antros de mala muerte de todo Ōnindo. Uchiha Zaide y Uchiha Akame. Vaya par de cabronazos.

¿Este? Este no me sirve ni para limpiarme los dientes.

— Eso está por ver, Uchiha Akame

Trataba de reincorporarme, incluso de pensar como cojones salir de allí. Si ya las había pasado putas con Zaide solo, con otro Uchiha de su lado no tenía opción alguna de sacar nada positivo.

— ¿Dónde está Daigo? —
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#39
Akame no respondió al primer comentario, como quien no quiere quitarle la ilusión al niño que todavía cree en los cuentos de hadas. Sí respondió a lo segundo:

Pronto estarás con él.

Zaide y Akame se miraron dentro de la ilusión. El Uchiha sabía que a cada segundo que pasaba era un riesgo mayor a ser descubierto. No sabía si Akame y Yota se conocían, o del tipo de relación que había entre ellos dos, de haberla. Mejor finiquitar aquello cuanto antes.

Tenemos trabajo que hacer.

Akame asintió, y desapareció entre las sombras por unos segundos solo para después regresar con un cubo lleno de nieve.

Procura no romperle más huesos —dijo, dejando el cubo exactamente en la posición donde estaba fuera de la ilusión—. No creo que Kintsugi quiera aflojar la pasta por un ninja acabado.

Le lanzó una última mirada a Yota, inquisitiva, antes de desaparecer por última vez entre las sombras. Zaide tomó uno de los caramelos del kusajin de una bolsa y se lo echó a la boca antes de tirar a Yota de nuevo al suelo de una patada y volver a cogerle del rostro, exactamente como al principio de la ilusión.

El Genjutsu finalizó.

Vamos a portarnos bien, ¿huh? No me obligues a ser un cabrón —le dio un par de cachetadas en la mejilla, a medio camino entre una carantoña y una bofetada, y tiró de él para volver a erguirlo—. Sígueme. Vamos junto a tu amigo.

Tomó el caldero de nieve y empezó a andar.
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#40
Zaide y Akame se pusieron a discutir. El que una vez fue mano derecha de su hermano del desierto, Uchiha Datsue y jōnin de Uzushiogakure animaba al calvorota barbudo a que dejase de romperme huesos y articulaciones. Al final, dio la sensación de que vio por compartir aquel punto de vista antes de que el propio Akame desapareciese bajo el umbral de luz. Volvía a estar solo con Zaide y por raro que resultase me volvía a sentir algo más vulnerable.

Una nueva hostia me tiró al suelo creo que con la mala fortuna de morderme el labio en la caída, lo cual propinó que saliese disparado un hilillo de sangre al suelo. Escupí un poco más de esa sangre


Vamos a portarnos bien, ¿huh? No me obligues a ser un cabrón

— Hazle caso al bueno de Akame, dudo que Kintsugi vaya a pagar por un saco de huesos rotos — dije mientras recibía un par de cachetadas en la mejilla.

En cuanto me liberó volví a escupir al suelo, volviendo a mancharlo de sangre, aunque parecía que empezaba a remitir, mi boca quedó impregnado del característico sabor de la sangre.


. Sígueme. Vamos junto a tu amigo.

«Más te vale que esté bien»

Sin mediar palabra le seguí. Necesitaba ver que Daigo estaba bien.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#41
Cerramos tema. Seguimos en este tema.
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